Ideas y personas
Como en una tragedia cl¨¢sica, la v¨ªspera de que Redondo anunciara en Portugalete a los periodistas su decisi¨®n de no presentarse a la reelecci¨®n como secretario general de los socialistas vascos (cargo que ocup¨® desde 1997 hasta su renuncia el pasado diciembre), la Comisi¨®n Gestora le hab¨ªa dado sustancialmente la raz¨®n -en t¨¦rminos estrat¨¦gicos e ideol¨®gicos- con la presentaci¨®n en Vitoria de la ponencia marco del Congreso Extraordinario que se celebrar¨¢ a finales de marzo. J¨¢uregui y sus tres compa?eros (el vizca¨ªno L¨®pez, el guipuzcoano Huertas y el alav¨¦s Rojo) han sintetizado los documentos de distinto signo que Eguiguren y Redondo hab¨ªan preparado para la cancelada Conferencia Pol¨ªtica. Si bien la extensi¨®n de los textos y las claves sin descodificar de las luchas partidistas aconsejen prudencia a la hora de sacar conclusiones, el cotejo de los tres documentos permite adelantar que la Comisi¨®n Gestora ha realizado con ¨¦xito su trabajo de integraci¨®n.
La historia de los partidos (y de los Gobiernos desde que los votos del centro deciden las elecciones) ofrece ejemplos ad nauseam de la manipuladora utilizaci¨®n de las confrontaciones doctrinales a que suelen recurrir los grupos discrepantes para derribar primero a la direcci¨®n y apoderarse luego de sus ideas. Si no fuese porque ese tipo de estratagemas pol¨ªticas son muy anteriores a las primeras reglas del f¨²tbol (redactadas en 1863 alrededor de una mesa de la londinense Freeman's Tavern), se dir¨ªa que los militantes de los partidos aprendieron ese eficaz procedimiento de los defensas le?eros que dejan pasar el bal¨®n pero no al hombre. Sea o no aplicable de manera estricta al caso de Redondo esa cainita tradici¨®n fraccional, el dimitido secretario general ha defendido un patrimonio de valores y de principios compartido por la gran mayor¨ªa de los 250.000 votantes de su partido; el abandono de la defensa del derecho a la vida y de las libertades de todos los ciudadanos del Pa¨ªs Vasco a cambio de un entendimiento oportunista con el PNV ser¨ªa no s¨®lo una cobard¨ªa moral sino tambi¨¦n el suicidio pol¨ªtico de los socialistas.
La ponencia de la Gestora ratifica la l¨ªnea defendida por Redondo desde el Pacto de Estella: de un lado, situarse 'junto a los perseguidos y a los dem¨®cratas, es decir, junto al PP' en todo lo relacionado con ' la defensa de la vida y la libertad' y con 'las convicciones democr¨¢ticas y constitucionales'; de otro, repetir a los nacionalistas que se olviden de los socialistas 'mientras el fantasma del soberanismo y la autodeterminaci¨®n gu¨ªen su proyecto de pa¨ªs'. La dosificada reproducci¨®n -a veces literal- de los documentos preparatorios de la frustrada Conferencia Pol¨ªtica no impide advertir el estruendoso silencio de la ponencia sobre la propuesta del texto de Eguiguren -cautelosa en la forma e inquietante en el fondo- para iniciar un acercamiento al mundo ideol¨®gico del PNV: el primer paso en esa direcci¨®n ser¨ªa la incorporaci¨®n de los socialistas al debate de los nacionalistas sobre la autodeterminaci¨®n para aclarar las intencionadas confusiones sembradas en torno a esa polis¨¦mica y neblinosa palabra.
Aunque varias p¨¢ginas del texto realicen una devastadora cr¨ªtica -incorporada parcialmente a la ponencia- de la maliciosa ambig¨¹edad calculada sobre el independentismo desplegada por los nacionalistas mediante un artificioso vocabulario curialesco (soberan¨ªa originaria, derechos hist¨®ricos, reintegraci¨®n foral, autodeterminaci¨®n, ¨¢mbito vasco de decisi¨®n, conflicto pol¨ªtico, soberanismo, territorialidad, etc), el documento de Eguiguren termina cayendo en las trampas terminol¨®gicas tendidas por el PNV. As¨ª, el modelo canadiense, patrocinado por Eguiguren y rechazado por Redondo, tomar¨ªa el relevo del espejo irland¨¦s hecho trizas por la ruptura de la tregua de ETA: la doctrina del Tribunal Supremo de Canad¨¢ de agosto de 1998 sobre los requisitos exigibles a una eventual secesi¨®n de Quebec (pregunta clara y mayor¨ªa cualificada en la consulta popular, reforma constitucional para acomodar la legalidad a la legitimidad, sustituci¨®n de la declaraci¨®n unilateral de independencia por la negociaci¨®n con el resto de la federaci¨®n) podr¨ªa justificar -seg¨²n esa tesis- un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n en el Pa¨ªs Vasco. De aceptar la Gestora la propuesta de Eguiguren, el equipo de arbitristas, r¨¢bulas y enredadores al servicio del PNV habr¨ªa entrado en ¨¦xtasis.
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