Estigma de perdedor
En la ciudad que vive y deja vivir, como le contaban los extranjeros a John Carlin para explicar lo a gusto que estaban de vacaciones en Barcelona, no se hablaba ayer de otra cosa que de la presunta juerga que unos cuantos futbolistas del Bar?a se corrieron en Madrid. Tanto si es verdad como mentira, el asunto ha calado entre la gente, cada vez m¨¢s hecha al chascarrillo que a la noticia, falta de revistas como Barrab¨¢s o de programas al estilo de For?a Bar?a, tiempos en que se diferenciaba entre lo serio y la broma. La mayor¨ªa de los aficionados no se interesa por verificar lo sucedido, sino que pregunta por los nombres de los que montaron la jarana, m¨¢s que nada para que purguen la derrota. En la victoria, en cambio, el hincha no s¨®lo guarda una actitud comprensiva, sino que le habr¨ªa gustado ser el mismo Biosca o Kubala en el Barcelona de las Cinco Copas o Romario en el Dream Team. A los ¨ªdolos se les venera tanto en el campo que el socio les pagar¨ªa la cama. Los perdedores, por contra, no tienen perd¨®n de Dios, as¨ª que nadie les costear¨ªa una farra. Juergas como la de Madrid, cierta o no, sirven para explicar gatillazos como el de Vallecas, de la misma manera que la escapada de Saviola a Andorra se utiliz¨® para justificar la eliminaci¨®n copera en Figueres o el positivo de Kluivert en un control de alcoholemia vino que ni pintado para encontrar una respuesta al empate contra el Galatasaray. Ya pas¨® en otro tiempo con Maradona, cuando carg¨® con lo suyo y lo de los dem¨¢s; igual que Rexach y Marcial en la edad lozana de B¨¢rbara Rey o, para decirlo de otro modo, cuando el Burgos jugaba en Primera; por no hablar de la vez que Miguelito Reina, el padre de Reina, ejerci¨® de anfitri¨®n en una fiesta en Sevilla. Son cosas que pasan cuando la directiva no tiene nada que decir porque cuanto m¨¢s habla menos le creen. El Bar?a de Gaspart no s¨®lo no ha cerrado ning¨²n conflicto, sino que cada d¨ªa le sale uno nuevo. A¨²n resuena la denuncia de 'Chusin, el precio lo pongo yo', por lo de las comisiones, y en el horizonte ya aparece la charanga de Osasuna, visitante el domingo en el Camp Nou, cantando: 'El Bar?a, m¨¢s que un club, es un puticlub'. Es el estigma del perdedor.
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