La afici¨®n azulgrana corea a Osasuna
El cuadro navarro, con un gol de Alfredo, aprovech¨® la confusi¨®n de un Bar?a abrumado por la bronca del Camp Nou
'?Ol¨¦, ool¨¦, oool¨¦!'.El Camp Nou infligi¨® ayer el castigo m¨¢s cruel a sus jugadores y acab¨® coreando a Osasuna, que convirti¨® en real su sue?o y dej¨® al Bar?a en estado de coma. Alfredo, a 10 minutos del final, marc¨® el 0-1 y situ¨® al club azulgrana en un momento extremadamente cr¨ªtico. La afici¨®n se fue del campo tal y c¨®mo lleg¨®: recibi¨® a su equipo con una estruendosa pitada y le despidi¨® con un abucheo a¨²n mayor, agravado por una pa?olada que no se ve¨ªa desde los tiempos de Van Gaal. El Camp Nou ech¨® la persiana con una imagen muy alejada de un campo de f¨²tbol: aparecieron pancartas de censura por la supuesta juerga en Madrid -retiradas al principio por los guardias de seguridad-, botes de humo, una mu?eca hinchable, mientras los jugadores escapaban a la carrera hacia el vestuario tras encajar la s¨¦ptima derrota del a?o. Fuera, varios boixos agredieron a un c¨¢mara de televisi¨®n junto al palco.
BARCELONA 0| OSASUNA 1
Barcelona: Reina; Reiziger (Coco, m. 63), Frank de Boer, Christanval, Sergi; Gabri (Rochemback, m. 50), Xavi (Gerard, m. 50), Cocu; Saviola, Rivaldo y Overmars. Osasuna: Unzue; Yanguas, Cruchaga, Jusue, Josetxo, Fernando; Palacios (Iv¨¢n Rosado, m. 55), Pu?al, Alfredo (Lekumberri, m.92), Gancedo; y Aloisi (Sabino, m. 90) Gol: 0-1. M. 80. Alfredo defiende muy bien la pelota en una jugada de ataque, se zafa de Sergi, tira la pared con Iv¨¢n Rosado, se anticipa a Gerard y se planta ante Reina, al que bate por bajo. La pelota rematada por Alfredo pasa por debajo de las piernas del portero azulgrana. ?rbitro: Rodr¨ªguez Santiago. Expuls¨® a Cocu por doble amonestaci¨®n (m. 71) y mostr¨® la tarjeta amarilla a Christanval, Yanguas, Fernando y Pu?al. Unas 55.000 personas en el Camp Nou. Mucha crispaci¨®n y bronca en la grada, tanto al inicio como al final del partido.
Faltaba el ¨²ltimo cap¨ªtulo del libro de la semana y ¨¦ste era, y el equipo bien lo sab¨ªa, uno de los finales posibles. El Bar?a jug¨® con fuego y se quem¨®: hizo un partido horripilante en la primera parte y, en la segunda, apenas tuvo tres ocasiones, manejadas por Overmars, Rochemback y Rivaldo, que ayer no fue el peque?o dios del Camp Nou. Extraviados, los azulgrana perdieron los nervios y cedieron la iniciativa a Osasuna, que en el segundo tiempo se convenci¨® de que pod¨ªa ganar cuando Cruchaga y Aloisi tuvieron el gol. El estadio, entonces, se enfureci¨®. La paciencia se acab¨® a veinte minutos del final cuando De Boer perdi¨® un bal¨®n tonto y brind¨® un contragolpe de lujo al equipo navarro. Los pa?uelos pintaron entonces de blanco la grada. Luego Cocu, en una absurda acci¨®n que simboliz¨® el desquiciamiento del equipo, fue expulsado por doble tarjeta y el Bar?a se acab¨®. Y sucedi¨® lo inevitable: Alfredo marc¨®.
La grada estall¨® en un final se incub¨® desde el principio. Se vio r¨¢pido. En cuanto corri¨® el bal¨®n. El Bar?a volvi¨® a ser el equipo confuso, lento, espeso y sin criterio. Como si hubiera regresado al abismo de diciembre. Como si se hubiera olvidado de jugar y de que lleg¨® a seducir este mes ante el Zaragoza y el Sevilla. Y eso que Osasuna casi no dio al principio ni se?ales de vida ante Reina: se pertrech¨® con una linea de cuatro y a veces cinco defensas; un nutrido mediocampo y dos hombres, el capit¨¢n Palacios y el delantero Aloisi, arriba. Una muralla dif¨ªcil de franquear y que provoc¨® un sudor fr¨ªo en la grada: ?Qu¨¦ suceder¨¢, si no se remedia antes, cuando el Bar?a se mida a los equipos punteros? El Bar?a ofreci¨® otra vez la peor versi¨®n de si mismo: es cuando piensa a c¨¢mara lenta y su f¨²tbol se convierte en tan sopor¨ªfero que parece que el reloj est¨¦ roto, que las manecillas no corran. Xavi no dirigi¨® al equipo con convicci¨®n. Las p¨¦rdidas de bal¨®n y los errores en los pases fueron constantes. Y las ocasiones, tan abundantes hace quince d¨ªas, se contaron con los dedos de una mano. Las internadas de Overmars se vieron con cuentagotas y Rivaldo, que toc¨® m¨¢s balones en defensa que en ataque, fue abucheado. Tic-tac, tic-tac, tic-tac. El c¨¦sped, con una grada convulsionada, tocando con su mano el mechero, se convirti¨® en una bomba de relojer¨ªa. S¨®lo Saviola, a quien el p¨²blico le ha puesto una estrella encima, mereci¨® los aplausos. Y eso que, tras un error de Unzu¨¦, tuvo una ocasi¨®n clara pero marr¨® el remate. La segunda ocurri¨® en la primera media hora en un cabezazo de Christanval salvado por un central.
La grada repiti¨® en el descanso la sonora bronca. Un anticipo de lo que se avecinaba. Overmars pudo cambiar el sino del partido pero como siempre fall¨® lo m¨¢s f¨¢cil: dio una vuelta sobre s¨ª mismo y err¨® el disparo. Rexach removi¨® el banquillo, un simple cambio de papeles, que apenas mejor¨® nada: Rochemback entr¨® por Gabri y Gerard por Xavi, para que Cocu acabara de guia. Lo hizo tan mal que se autoexpuls¨®. Lotina, entonces, apost¨® fuerte: quit¨® a Palacios y dio entrada al delantero Iv¨¢n Rosado, que mejor¨® el caudal ofensivo de su equipo. Visto el caos, Osasuna se lanz¨® al ataque. Pudo entonces tener mejor suerte el Bar?a en un espl¨¦ndido contraataque impulsado por Rivaldo que el propio brasile?o no pudo culminar con una chilena. O luego con un disparo de Rochemback que despej¨® Unzu¨¦. Pero para entonces el Camp Nou ya hab¨ªa claudicado abucheando a los suyos y aplaudiendo a los rivales. Tic-tac, tic-tac, tic-tac. Alfredo fue listo, marc¨® y el estadio, al final, revent¨®.
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