'Europa no puede permitirse fracasar en la cumbre de Barcelona'

Loyola de Palacio pasa por ser la comisaria que con m¨¢s ardor defiende sus posiciones en el Ejecutivo comunitario. Tambi¨¦n es, probablemente, aseguran varios de sus colegas, la que m¨¢s trabaja. Por eso, los pulsos que ha tenido con algunos de ellos a cuenta de la acci¨®n de oro o las ayudas al carb¨®n nunca los pierde. En todo caso, quedan en tablas. Otra cosa es la relaci¨®n con los Estados. Las ampl¨ªsimas competencias de su cartera, que van desde la energ¨ªa a los transportes pasando por las relaciones con la Euroc¨¢mara, le han obligado a mantener fuertes tensiones con pa¨ªses tan potentes como Francia, que se resiste a liberalizar el mercado energ¨¦tico.

La cumbre de Barcelona, el pr¨®ximo mes de marzo, es una verdadera prueba de fuego para ella. 'La mitad de los objetivos de Barcelona son competencias m¨ªas', asegura. Pese a las dificultades, desde que en septiembre de 1999 ocup¨® la cartera, ha logrado ya importantes avances en seguridad a¨¦rea y mar¨ªtima, la promoci¨®n de energ¨ªas renovables o la fijaci¨®n de las bases para el futuro del transporte en Europa.

'Las negociaciones con Francia para la liberalizaci¨®n energ¨¦tica son muy duras'

Pregunta. Usted apuesta por imponer a la fuerza la liberalizaci¨®n del gas y la electricidad ante la gran resistencia de Francia.

Respuesta. Ya se sabe..., pleitos tengas y los ganes. Pero, obviamente, prefiero el acuerdo, el pacto con el Gobierno franc¨¦s, y en eso trabajo. Pero no renuncio al objetivo y en la cumbre de Barcelona debe haber resultados. Con el euro en la calle, Europa no se puede permitir el lujo de una nueva decepci¨®n, como ocurri¨® el a?o pasado en Estocolmo. Los mercados internacionales lo reflejaron inmediatamente. Es la hora de la verdad. En Barcelona tenemos que decir si de verdad aquello que se dijo hace dos a?os en la cumbre de Lisboa va en serio o eran simples declaraciones.

P. ?C¨®mo van esas negociaciones con Francia?

R. Son duras. Francia tiene muy arraigada la idea republicana y el concepto de servicio p¨²blico es un elemento muy fuerte. Pero sus compa?¨ªas, enormemente competitivas y s¨®lidas, se est¨¢n encontrando con tensiones tremendas, animadversiones, dificultades en su desarrollo y en sus relaciones con el resto de los pa¨ªses de la UE a cuenta de esta apertura asim¨¦trica.

P. No a la hora de comprar otras empresas.

R. Tambi¨¦n. Con la apertura del mercado el¨¦ctrico y gas¨ªstico, las empresas francesas tienen mucho que ganar porque parten de una posici¨®n muy consolidada. Al final el acuerdo ser¨¢ posible y espero lograrlo para Barcelona.

P. ?Pero renuncia la Comisi¨®n a que el plazo l¨ªmite para la apertura total sea 2005?

R. No ha renunciado a nada. Hemos separado entre consumidores de empresas y consumidores dom¨¦sticos. En este segundo caso, juega m¨¢s el concepto de servicio p¨²blico, que afecta sobre todo a la poblaci¨®n menos favorecida.

P. Eurocontrol ha reducido a la mitad el margen de seguridad en los pasillos a¨¦reos para descongestionar el tr¨¢fico.

R. La decisi¨®n de reducir las distancias es un paso adelante muy importante que permitir¨¢ aumentar el n¨²mero de vuelos. Es una decisi¨®n que se integra claramente en el marco m¨¢s amplio del cielo ¨²nico, que pemitir¨¢ reducir dr¨¢sticamente los retrasos que sufrimos estos ¨²ltimos a?os.

P. Su propio trabajo ser¨¢ clave para que Barcelona sea o no un ¨¦xito, y por tanto tambi¨¦n para la presidencia espa?ola de la UE.

R. No nos enga?emos: la mitad de los objetivos de Barcelona son competencias m¨ªas. El paquete energ¨¦tico es clave porque es muy simb¨®lico y muy decisivo para ver si de verdad hay voluntad pol¨ªtica o no. Ah¨ª se trata de decir s¨ª o no. Insisto, Europa no se puede permitir el lujo de un fracaso, de una nueva decepci¨®n. En una situaci¨®n de crisis, hay que demostrar que estamos decididos a cumplir lo dicho: hacer de Europa en 2010 la sociedad m¨¢s competitiva del mundo.

P. Tambi¨¦n en Barcelona se abordar¨¢ la viabilidad del proyecto Galileo.

R. Nuevamente, se trata de una cuesti¨®n de voluntad pol¨ªtica, no de un problema de dinero.

P. Las presiones de EE UU contra el proyecto son muy descaradas.

R. Es obvio que influyen y han influido. Lo que espero es que no influyan lo suficiente para paralizarlo. La postura del Gobierno alem¨¢n es clave. Ahora que quiere relanzar la recuperaci¨®n de puestos de trabajo y el liderazgo industrial, debiera tener todo el inter¨¦s en apostar por Galileo al margen de las supuestas dudas sobre la viabilidad del proyecto.

P. ?No cree que la prueba m¨¢s concluyente de que es viable reside precisamente en esas presiones de EE UU?

R. Es la l¨®gica vista a sensu contrario: si pensaran que no ten¨ªamos nada que hacer con Galileo, obviamente no se molestar¨ªan. Lo cierto es que, si en marzo no hay acuerdo, modificar¨¦ la asignaci¨®n de recursos hacia Galileo y los destinar¨¦ a otras infraestructuras. Pese a todo, es un proyecto tan importante que, incluso sin acuerdo entre los Quince, los pa¨ªses interesados deber¨ªan pensar en crear un consorcio, como hicieron con Airbus o con Arianne. En ese caso, podr¨ªan solicitar hasta un 20% de fondos europeos y yo lo apoyar¨ªa.

P. Algunos pa¨ªses parecen desear un frenazo en seco en el camino hacia la uni¨®n pol¨ªtica.

R. Hay personalidades que desean un salto cualitativo espectacular en la construcci¨®n y otros prefieren avanzar poco a poco. Pero nadie juega a desmantelar lo que se ha hecho. Ser¨ªa un riesgo y un error.

Por ejemplo, si Europa renuncia a mantener una pol¨ªtica de cohesi¨®n, parte del proyecto europeo desaparece. Es clave mantener el principio de igualdad de oportunidades, de solidaridad, de cohesi¨®n interna y de equilibrio territorial.

P. ?C¨®mo debe ser la representaci¨®n de las regiones en la UE?

R. El problema no compete a la UE. Cada pa¨ªs debe resolver sus problemas como mejor sepa. El problema no es el n¨²mero de regiones que existen en Europa, sino la heterogeneidad que existe entre ellas. Buscar una armonizaci¨®n es imposible. Cada pa¨ªs se organiza como quiere en funci¨®n de sus intereses, tradici¨®n, cultura, historia... La UE es una uni¨®n de Estados.

P. ?Le tienta ahora la posibilidad de acceder a un alto cargo en el PP?

R. No, no. Hasta el a?o 2004 estar¨¦ aqu¨ª. Todos tenemos alguna adscripci¨®n pol¨ªtica, pero este cargo ser¨ªa incompatible con ejercer a diario una tarea ejecutiva en el PP, por ejemplo. Nuestra funci¨®n es exclusiva y excluyente.

P. ?Pero se plantea volver a la pol¨ªtica activa en Espa?a?

R. Tengo claras dos cosas. Mi mandato es hasta 2004 y lo voy a cumplir. Pero no quisiera repetir mandato aqu¨ª, porque diez a?os en Bruselas es mucho tiempo. Un mandato y punto. Lo que me estoy planteando, y lo he hecho siempre durante toda mi vida, es hacer bien lo que estoy haciendo en cada momento. Hoy, mi horizonte es 2004.

P. Pronto estudiar¨¢ la Comisi¨®n la multa propuesta para que Espa?a devuelva todas las ayudas por el lino: 21.000 millones de pesetas. Usted era ministra de Agricultura en la ¨¦poca y, seg¨²n algunos eurodiputados, usted debe ausentarse de ese debate.

R. No lo har¨¦. Pienso participar como cualquier otro comisario. Es como si cualquier comisario que hubiera sido ministro tuviera que abandonar las reuniones cada vez que se hable de su pa¨ªs. En todo caso, les aseguro que la del lino es la ¨²ltima de mis preocupaciones.