Racionalismo isl¨¢mico
Es delicado, en los tiempos que corren, pronunciarse acerca de la cuesti¨®n isl¨¢mica, sobre todo cuando una se da cuenta de que, con respecto a ello, s¨®lo cabe opinar y que, en tiempos de guerra, las opiniones se convierten con extrema facilidad en regueros de p¨®lvora que arrasan lo que es o debiera ser propiedad de todos: el sentido com¨²n y el respeto al otro precisamente por serlo.
Sin embargo, qu¨¦ duda cabe que a los espa?oles, herederos de la cultura andalus¨ª, nos compete opinar acerca del legado del pensamiento ¨¢rabe. Y no es frecuente que nos ayude a ello, traducido directamente del ¨¢rabe, un libro dirigido, principalmente, a lectores ¨¢rabes. En El legado filos¨®fico ¨¢rabe, Mohamed Abed Yabri, profesor en la Universidad de Rabat, se enfrenta a las siguientes preguntas: ?es la filosof¨ªa ¨¢rabo-isl¨¢mica una lectura de su propia historia o simplemente una lectura de una filosof¨ªa distinta, la griega?, ?cu¨¢l es, en realidad, el legado de la filosof¨ªa ¨¢rabe y qu¨¦ es lo que puede seguir aportando a los ¨¢rabes de hoy?
EL LEGADO FILOS?FICO ?RABE. ALFARAB?, AVICENA, AVEMPACE, AVERROES, ABENJALD?N
Mohamed Abed Yabri Traducci¨®n de Manuel C. Feria Garc¨ªa Trotta. Madrid, 2001 442 p¨¢ginas. 18,03 euros
Seg¨²n Yabri, el mayor error de los historiadores de la filosof¨ªa isl¨¢mica, tanto occidentales como ¨¢rabes, es haberla considerado desde la perspectiva del material cognitivo que difundi¨®, es decir, la filosof¨ªa griega. Dicho error ser¨ªa fruto, seg¨²n ¨¦l, de la confusi¨®n entre el componente cognitivo y el contenido ideol¨®gico. El sentido y la historia de la filosof¨ªa en el mundo isl¨¢mico debe buscarse, dice, no en el conjunto de conocimientos que difundi¨®, sino en la funci¨®n ideol¨®gica que cada fil¨®sofo atribuy¨® a dichos conocimientos. Yabri apuesta por una modernizaci¨®n del pensamiento ¨¢rabe desde el punto de vista del m¨¦todo, y esto pasa, seg¨²n ¨¦l, por romper las inercias del razonamiento propias del iluminismo decadentista de Bagdad. Razones pol¨ªticas fueron, explica el autor, las que promovieron la gnosis de las antiguas escuelas sir¨ªacas que influyeron a Alfarab¨ª y a Avicena, y razones pol¨ªticas, tambi¨¦n, las que apoyaron, en Marruecos y Al Andalus, la fundamentaci¨®n de una nueva cultura, independiente de la del oriente isl¨¢mico. El lema de la revoluci¨®n cultural promovida por los almohades: 'Abandonar el argumento de autoridad y volver a las fuentes' supon¨ªa recuperar, sin tergiversaci¨®n, las obras de Arist¨®teles. Las traducciones que se hab¨ªan efectuado en el islam oriental hab¨ªan sido obras neoplat¨®nicas que pasaban por ser de Arist¨®teles. De esta manera, lo que los pensadores ¨¢rabes recibieron como racionalismo aristot¨¦lico era algo diametralmente opuesto: un platonismo iluminista.
Para el autor de El legado filos¨®fico ¨¢rabe, la reforma del pensamiento ¨¢rabe y su reconciliaci¨®n con la modernidad democr¨¢tica supone la defensa, frente al iluminismo gn¨®stico, del racionalismo de Averroes y, por tanto, frente a la necesidad medieval de unificar filosof¨ªa y religi¨®n, el acatamiento de su separaci¨®n, no para asumir una doble verdad, sino, por el contrario, para, deslindando los ¨¢mbitos, llegar por ambos al conocimiento verdadero.
Para el lector interesado en la filosof¨ªa ¨¢rabe, le ser¨¢ interesante profundizar en las razones por las que puede decirse que Averroes imprime un giro en el pensamiento ¨¢rabe en una ¨¦poca de renovaci¨®n pol¨ªtica y cultural. El lector occidental no isl¨¢mico, no obstante, a la vista de las disquisiciones en las que siguen debati¨¦ndose, y a pesar de la utilizaci¨®n de conceptos que forman parte de la historia europea (liberalismo, racionalismo, revoluci¨®n cultural, etc¨¦tera), no podr¨¢ dejar de preguntarse si, en su af¨¢n conciliador, el autor se ha planteado el problema que supone saltarse, filos¨®ficamente hablando, varios siglos de historia. Con el t¨ªtulo de la gran obra de Yabri ante los ojos: Cr¨ªtica de la raz¨®n ¨¢rabe, y al margen de lo dicho, yo, por mi parte, reitero la pregunta que siempre me hago en estos casos: ?qu¨¦ miedo le impide a un racionalista caminar con su raz¨®n a solas, hu¨¦rfano de padres celestiales?
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