Xingjian y la China de Mao
A las puertas del imperio, en la habitaci¨®n acristalada de un hotel de Hong Kong, compartida casi sin interrupci¨®n durante varios d¨ªas y varias noches con una joven amante occidental, jud¨ªa alemana para m¨¢s se?as, el escritor exiliado empieza la evocaci¨®n de un pasado en el que durante a?os intent¨® no pensar. Gao Xingjian abandona en su segunda novela los territorios brumosos de la China ancestral y profunda y afronta su peripecia vital en la China de Mao, centr¨¢ndose en el periodo convulso de la Revoluci¨®n Cultural. Gao Xingjian habla del joven que ¨¦l fue en tercera persona, 'como si fuese otro'. Se objetiva en la mirada impasible que recrea la pesadilla sin af¨¢n de juzgar ni de recrearse en el odio ni el remordimiento: si acaso con la voluntad de liberarse de ellos y de transformarlos en arte.
EL LIBRO DE UN HOMBRE SOLO
Gao Xingjian Traducci¨®n de Xin Fei y Jos¨¦ Luis S¨¢nchez Del Bronce. Barcelona, 2002 540 p¨¢ginas. 21 euros
EL LLIBRE D'UN HOME SOL
Gao Xingjian Traducci¨®n de Pau-Joan Hern¨¢ndez Columna. Barcelona, 2002 496 p¨¢ginas. 25,54 euros
Empiezan ya a ser unas cuantas las reconstrucciones de la Revoluci¨®n Cultural que la ficci¨®n y el memorialismo chinos contempor¨¢neos nos van ofreciendo, desde Cisnes salvajes, de June Chang, y Vivir, de Yu Hua y Zhang Yimou, hasta Balzac y la joven costurera china, de Dai Sijie. La evocaci¨®n de Xingjian destaca por su veracidad y penetraci¨®n. Buena parte de esta evocaci¨®n se sit¨²a en un kafkiano laberinto de pasillos y despachos llamado la Instituci¨®n. Gao Xingjian retrata en secuencias discontinuas la imposibilidad de la privacidad, el peligro intenso del sexo practicado en parques nocturnos o habitaciones esquivas: en aquel clima adverso surge una escritura ef¨ªmera, destinada a ser ritualmente quemada o enterrada. Sin embargo, Gao Xingjian no se limita a denunciar o a mostrar la dureza y la miseria del momento; tiene el valor de presentarse como v¨ªctima de la historia y objeto de persecuciones, pero tambi¨¦n como actor y protagonista de la locura colectiva: se muestra a s¨ª mismo con el brazalete rojo, conspirando, colgando dazibaos -diarios murales de denuncia y combate pol¨ªtico-, interrogando a viejos camaradas, dirigiendo sesiones p¨²blicas de denuncia. Hay en todo ello un extra?o y bello halo de tristeza. Gao Xingjian convierte su incursi¨®n en la Revoluci¨®n Cultural en algo m¨¢s que una met¨¢fora universal del totalitarismo y la manipulaci¨®n pol¨ªtica, traza el punto de partida de un proceso de individuaci¨®n: s¨®lo se identifica con el que huye, el que escapa y el que se dignifica en alg¨²n gesto de ternura y de comprensi¨®n en medio de la barbarie.
Las secuencias del pasado en tercera persona alternan con episodios situados en el presente del sexo, del viaje, del recuerdo y la escritura, a trav¨¦s de una introspectiva segunda persona. Tal como pasaba en La monta?a del alma, Gao Xingjian acaba situando la reflexi¨®n sobre la identidad en el centro de su literatura. La refracci¨®n de tiempos y personas gramaticales le permite contemplarse a s¨ª mismo recordando, reflexionar sobre el sentido de la escritura, introducir derivas ensay¨ªsticas en el avance del relato. La recurrencia al erotismo le permite acceder a los l¨ªmites de la soledad y a la vulnerabilidad de la desnudez, cuando caen las m¨¢scaras y se muestra lo oculto. El que recuerda y escribe el libro aparece caracterizado por su desapego y su nomadismo vital, le seguimos de Hong Kong a Sidney, Nueva York, Estocolmo, Perpi?¨¢n, Figueras o Barcelona, de los brazos de una amante alemana a una francesa. De la misma manera que la novela evita el plural omnipresente en las campa?as y consignas mao¨ªstas, es notable la ausencia del yo: tal como se apunta en el libro, lo que importa es el proceso de observaci¨®n, la mirada contemplada, el instante vivido.
Tanto la versi¨®n castellana como la catalana de El Libro de un hombre solo se basan en la traducci¨®n francesa de No?l y Liliane Dutrait, aunque en el caso de la versi¨®n castellana se ha efectuado un proceso de contraste con el original chino que redondea detalles e introduce notas aclaratorias. Se ha mantenido sin embargo en ambos casos la opci¨®n francesa del t¨ªtulo del libro, y en ¨¦l se pierde un matiz importante. Literalmente el t¨ªtulo chino, Yi ge ren de Shenjing, vendr¨ªa m¨¢s bien a ser La Biblia de un solo hombre. En la ¨²nica menci¨®n que se hace en la novela al texto se dice: 'Has escrito este libro para ti, un libro sobre la huida, la Biblia de un solo hombre. Eres a la vez tu Se?or y tu ap¨®stol'. Un libro bello, duro y de una lucidez infrecuente.
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