Aznar y sus diversidades
Aznar compareci¨® hace un par de semanas por primera vez ante el Parlamento Europeo como presidente del Consejo de la Uni¨®n Europea. Nada nuevo en su discurso: expres¨® las ya conocidas l¨ªneas de trabajo para la presidencia espa?ola, poniendo un ¨¦nfasis especial en la lucha antiterrorista y en la importante Cumbre de Barcelona, que debe desarrollarse el pr¨®ximo mes de marzo, entre cuyos contenidos destacan los temas referidos al empleo, el crecimiento y la competitividad.
Fue la suya una intervenci¨®n ajustada y, en general, bien recibida por el conjunto de la C¨¢mara, excepto en lo que se refiere a dos aspectos: hasta qu¨¦ punto su propuesta de lucha antiterrorista puede entrar en conflicto con las libertades, por una parte, y la ausencia de reconocimiento hacia las regiones y la diversidad, por otra.
No es coherente defender que el terrorismo no tiene matices y a la vez no condenar, por ejemplo, las acciones de Rusia en Chechenia. Es el doble lenguaje de condenar determinadas violencias al tiempo que se toleran otras
No hay duda de que quien con m¨¢s acierto denunci¨® esos puntos d¨¦biles fue el recientemente nombrado presidente del Grupo Liberal, Graham Watson (nuevo en tanto que sustituye a Pat Cox, elegido unas horas antes presidente del Parlamento Europeo).
La tesis de Aznar respecto al terrorismo es suficientemente conocida: el terrorismo no tiene matices y s¨®lo son planteables la acci¨®n militar en el exterior y la acci¨®n judicial y policial en el interior, descartando cualquier acci¨®n pol¨ªtica. Cierra Aznar las puertas a cualquier tipo de di¨¢logo pol¨ªtico o la eficacia en este asunto de cualquier pol¨ªtica de desarrollo.
El pleno del Parlamento no dej¨® de percibir que ah¨ª reside una de sus principales incoherencias. Porque no es coherente defender que el terrorismo no tiene matices y a la vez no condenar, por ejemplo, las acciones de Rusia en Chechenia. Es el doble lenguaje de condenar determinadas violencias al mismo tiempo que se toleran otras.
Son muchos, m¨¢s a¨²n despu¨¦s del 11 de septiembre, los que entienden que la violencia o el terrorismo (especialmente si cuentan con un destacable nivel de apoyo social) no s¨®lo requieren de las acciones policiales, militares y judiciales adecuadas. La soluci¨®n a esos conflictos requiere igualmente de acciones pol¨ªticas, porque son estas ¨²ltimas las que reducen las causas de los mismos y el apoyo social con que cuentan. Son las acciones pol¨ªticas las que atienden al origen de los problemas.
Respecto al regionalismo en Europa, en cambio, Aznar no quiere contestar. El presidente del Consejo de la Uni¨®n Europea ha vuelto a cerrar con contundencia las puertas sobre esta cuesti¨®n, pese a lo acordado en Laeken y a pesar de que el debate sobre el hecho regional, y muy especialmente sobre el reconocimiento de las regiones y nacionalidades constitucionales, es un debate vivo, actual y de futuro en Europa.
De nada sirvi¨® que el citado Graham Watson le recordara que en su intervenci¨®n inicial hab¨ªa hablado mucho de Espa?a, pero nada de la diversidad que integra, ni que le acusara de no reconocer lo bastante la diversidad ling¨¹¨ªstica de su propio Estado, ni que le insistiera en la idea de que Europa no pertenece s¨®lo a los Estados, sino que debe representar la unidad en la diversidad.
Pero todo ello puso en evidencia otra nueva contradicci¨®n en el discurso europeo del presidente espa?ol. Porque ¨¦l mismo defendi¨®, una vez m¨¢s, la importancia del reconocimiento y el respeto hacia la diversidad de la Uni¨®n Europea. Pero, claro, se expres¨® en el sentido de que se deben reconocer y respetar el hecho espa?ol, el franc¨¦s o el dan¨¦s... y basta. Mostr¨® as¨ª, una vez m¨¢s, su doble lenguaje. Una cosa son las palabras y otra las acciones. Est¨¢ claro que en el discurso de la diversidad de Aznar no caben realidades como la catalana o la gallega.
Tambi¨¦n, pues, se percibi¨® en Estrasburgo la incoherencia de Aznar respecto a la cuesti¨®n regional europea. Pero pese a ello, en Europa se sigue avanzando. Baste recordar una reciente resoluci¨®n de la Euroc¨¢mara en la que quedaba bastante claro: 'Toda lengua, todo pueblo, tiene la misma dignidad...'.
Sin novedades, pues. Aznar sigue con su discurso y lo pasea sin rubor por todas partes. Sin embargo, en Europa muchos aspiramos a una visi¨®n m¨¢s abierta y democratica de las cosas.
Pere Esteve es diputado al Parlamento Europeo por Grupo Liberal ELDR.
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