Una ola de violencia pol¨ªtica se ceba en la izquierda brasile?a en un a?o de elecciones
Alarma por los secuestros, asesinatos y amenazas contra el Partido de los Trabajadores
Los asesinatos de dos alcaldes de prestigio del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), de Luiz In¨¢cio da Silva, Lula, ha disparado la alarma sobre la reaparici¨®n de la violencia pol¨ªtica en este pa¨ªs. Brasil necesita una reforma urgente y a fondo de sus dos cuerpos de polic¨ªa, civil y pol¨ªtica, consideradas ambas corruptas y faltas de preparaci¨®n, y con frecuencia conniventes con el crimen.
La primera sospecha sobre la existencia de una precampa?a de violencia pol¨ªtica la hab¨ªa lanzado, en diciembre, la direcci¨®n del Partido de los Trabajadores, una de las formaciones de izquierdas m¨¢s fuertes de Am¨¦rica Latina, y cuyo l¨ªder, Lula, disputar¨¢ por cuarta vez en octubre la presidencia de la naci¨®n.
El PT alert¨® al jefe del Estado, Fernando Henrique Cardoso, de que cerca de un centenar de militantes del partido hab¨ªan sido v¨ªctimas de secuestros, asesinatos o amenazas de muerte. La sospecha de que Ant¨®nio da Costa Santos, c¨¦lebre alcalde de Campinas -uno de los centros m¨¢s importantes del Estado de S?o Paulo-, fue v¨ªctima hace unos meses de un asesinato pol¨ªtico ha sido, de alguna forma, confirmada por el secuestro de Celso Daniel, alcalde de Santo Andr¨¦, otro importante centro del Estado de S?o Paulo, quien fue torturado antes de recibir siete tiros. El segundo alcalde asesinado era el elegido para dirigir la campa?a de Lula.
Estos asesinatos han tenido lugar en S?o Paulo, cuya ciudad y Estado est¨¢n considerados el verdadero centro econ¨®mico y financiero del pa¨ªs, con el 36% del PIB nacional. Curiosamente en S?o Paulo se van a celebrar elecciones para gobernador, a las que se presenta el senador del PT Jos¨¦ Genoino, uno de los l¨ªderes de mayor prestigio de ese partido.
Si S?o Paulo es el pulm¨®n neur¨¢lgico de la econom¨ªa, su capital es tambi¨¦n la ciudad m¨¢s afectada por la violencia, sobre todo por los secuestros. Ha crecido tanto la industria del secuestro que hoy, s¨®lo en la urbana S?o Paulo, se resgistran m¨¢s de dos secuestros al d¨ªa. En 1996 hubo un total de seis, y 19 en 1999, que subieron a 63 en 2000 y cuya cifra se dispar¨® a 307 en 2001. La ciudad est¨¢ aterrorizada y ya se habla de que S?o Paulo es la nueva Bogot¨¢.
Pocos dudan en Brasil que es urgente una reforma a fondo de la polic¨ªa, considerada como una de las m¨¢s corruptas, mal pagadas y con m¨¢s muertes a sus espaldas del mundo. Ahora, el Gobierno est¨¢ empezando a reaccionar. Lula se ha reunido por primera vez con el presidente Cardoso para estudiar juntos nuevas iniciativas contra el crimen. Cardoso reconoci¨® que la situaci¨®n 'hab¨ªa superado todos los l¨ªmites'.
Por ello, el Gobierno se dispone a llevar al Parlamento nuevas medidas contra la criminalidad. Pero la prensa ha revelado que ni el 50% del presupuesto anual dedicado a combatir la violencia se acaba utilizando y que en ese mismo Parlamento duermen 118 propuestas para combatir el crimen.
Los atentados pol¨ªticos han sido reivindicados por un grupo desconcido, el FARB (Frente de Acci¨®n Revolucionaria de Brasil), que adem¨¢s ha firmado amenazas de muerte contra otros 15 alcaldes del PT acus¨¢ndoles 'de acercarse a los partidos de centro-derecha', algo parecido a lo que hac¨ªan en Italia las Brigadas Rojas contra el Partido Comunista.
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