?Qui¨¦n teme a Lula?
El eterno candidato del Partido de los Trabajadores suaviza su discurso para optar con garant¨ªas a la presidencia de Brasil
Cuarenta millones de brasile?os viven con menos de un d¨®lar por d¨ªa, el n¨²mero de desempleados es el m¨¢s alto del mundo despu¨¦s de India, la salud y la educaci¨®n son inaccesibles para una inmensa masa de excluidos y la criminalidad se ha instalado como un segundo Estado en la periferia de las grandes ciudades. Pero Brasil muestra otra cara adem¨¢s de sus estad¨ªsticas, que arrojan 275 homicidios por cada 6.000 habitantes.
Esta naci¨®n, de m¨¢s de 170 millones de habitantes, es capaz de lo mejor y lo peor. Brasil es tambi¨¦n el pa¨ªs con una poderosa industria aeron¨¢utica, una medicina puntera que ha desarrollado campa?as mod¨¦licas contra el sida y la gripe y una agricultura para alimentar a medio mundo. Ahora se prepara para el cambio en la Presidencia de la Rep¨²blica, que ser¨¢ mucho m¨¢s que un relevo.
Para sus adversarios, los fracasos de Lula son un indicio de que genera desconfianza
Brasil est¨¢ preparado para asumir la llegada al poder del Partido de los Trabajadores
El ganador de las elecciones del pr¨®ximo 6 de octubre tendr¨¢ un desaf¨ªo de proporciones gigantescas. Suceder¨¢ a Fernando Henrique Cardoso, estadista brillante, para dirigir un pa¨ªs que no puede ser configurado como uno m¨¢s de Am¨¦rica Latina, sino como un continente dentro del continente suramericano. Las encuestas indican, por ahora, que el elegido ser¨¢ Luiz In¨¢cio, Lula, da Silva, candidato del Partido de los Trabajadores (PT), que aspira al cargo por cuarta vez consecutiva. Sus adversarios presentan los fracasos anteriores como el mejor indicio de que Lula, obrero metal¨²rgico, de 56 a?os y padre de cinco hijos, genera desconfianza en la mayor¨ªa de brasile?os. Y le auguran un nuevo rev¨¦s.
Por el contrario, los colaboradores del candidato se muestran convencidos de que esta vez ser¨¢ la buena, porque 'el mundo ha cambiado' y Lula tambi¨¦n. Aparentemente, no hay duda. El candidato del PT viste traje y corbata, ha suavizado considerablemente el tono de su discurso y repite su vocaci¨®n de ser el presidente de todos los brasile?os. Las cosas no le han ido mal hasta ahora. La que se presentaba como su principal adversaria, Roseana Sarney, candidata del derechista Partido del Frente Liberal (PFL), se retir¨® de la campa?a el pasado abril tras quedar implicada en una denuncia de corrupci¨®n.
La insistencia de las encuestas en mantener a Lula al frente de las preferencias de los electores ha empezado a inquietar a sectores del mundo empresarial y financiero, que advierten de los riesgos de la llegada del PT al palacio de Planalto. El tono es m¨¢s moderado que en los comicios de 1989, cuando el entonces presidente de la patronal de S?o Paulo (Fiesp), Mario Amato, declar¨® que si Lula ganaba las elecciones, 800.000 empresarios abandonar¨ªan el pa¨ªs. 'Fue una declaraci¨®n pol¨ªticamente incorrecta que todav¨ªa planea. En el fondo de su coraz¨®n la mayor¨ªa de empresarios recela de Lula', dice Luiz Fernando Furlan, vicepresidente de la Fiesp.
Una de las cr¨ªticas m¨¢s repetidas desde sectores pol¨ªticos y empresariales es la falta de experiencia del partido de Lula en el ejercicio del poder. 'Olvidan que el PT gobierna en 186 ciudades, entre las que se encuentran las m¨¢s importantes, como S?o Paulo, que tiene el tercer presupuesto del pa¨ªs, y en cinco Estados', responde Guido Mantega, asesor econ¨®mico de Lula.
Algunas entidades financieras del exterior, sobre todo las que operan en el llamado mercado secundario como JP Morgan y Merrill Lynch, han alertado a sus clientes que compraron t¨ªtulos brasile?os ante una eventual victoria de Lula. 'Es un mercado con un volumen peque?o y muy vol¨¢til, en el que se hacen jugadas de alto riesgo', observa Mantega. 'Aconsejaban comprar alegando que Brasil estaba de maravilla, y no era cierto. Luego cambiaron de posici¨®n y los analistas usaron el elemento de las encuestas y Lula para provocar un movimiento de venta en un mercado tremendamente especulativo'.
El mayor lastre del candidato del PT es la necesidad de tener que demostrar permanentemente que su moderaci¨®n es sincera. A nadie se le exige tanto, como reconoce Ma¨ªlson da Nobrega, ministro de Hacienda en el Gobierno de Jos¨¦ Sarney, que no es precisamente uno de sus fans: 'Lula es al mismo tiempo la soluci¨®n y el problema. Es la soluci¨®n porque es el fen¨®meno pol¨ªtico brasile?o m¨¢s importante de los ¨²ltimos a?os, que ha hecho una contribuci¨®n decisiva para la democratizaci¨®n de Brasil; es una demostraci¨®n de la movilidad social en Brasil; es el ¨²nico que une a las diversas facciones de su partido. Pero, al mismo tiempo, su figura est¨¢ asociada a un pasado radical y es muy dif¨ªcil que logre convencer con una campa?a de m¨¢rketing'.
Distintas fuentes consultadas coinciden en que Brasil est¨¢ preparado para asumir la llegada del Partido de los Trabajadores al poder si as¨ª lo decide el electorado, y que las instituciones democr¨¢ticas est¨¢n plenamente consolidadas. 'El margen de maniobra no es muy grande. Lula presidente pondr¨ªa mayor ¨¦nfasis en los problemas sociales, inversi¨®n en educaci¨®n, planes de protecci¨®n para los hambrientos y en la creaci¨®n de empleo', se?ala Furlan. El PT tiene a punto el proyecto Hambre Cero y ha hecho los n¨²meros de lo que costar¨ªa aliviar la vida de 40 millones de brasile?os: ocho millones de d¨®lares anuales durante los pr¨®ximos cuatro a?os.
No est¨¢ claro de d¨®nde saldr¨ªan los recursos. El equipo econ¨®mico del PT ha apuntado algunas ideas como la disminuci¨®n de impuestos sobre la producci¨®n y los salarios a cambio de una mayor tributaci¨®n sobre la propiedad. La reforma fiscal, presente en su programa electoral, es una asignatura pendiente que el Gobierno de Cardoso ha sido incapaz de aprobar, por la dificultad de lograr el consenso necesario en el Congreso.
Aunque la campa?a electoral no comenzar¨¢ formalmente hasta el mes pr¨®ximo, despu¨¦s de la clausura del Mundial de f¨²tbol que todo el pa¨ªs sigue con pasi¨®n, los candidatos ya hace meses que recorren Brasil. Por primera vez los cuatro principales aspirantes han acudido a la Universidad para explicar sus propuestas. Por las Facultades Metropolitanas Unidas (FMU) de S?o Paulo han desfilado estos d¨ªas Anthony Garotinho, Ciro Gomes, Jose Serra y el propio Lula, los cuatro principales aspirantes a la Presidencia. Parad¨®jicamente, todos ellos proceden ideol¨®gicamente de la izquierda y sus planteamientos tienen muchos puntos en com¨²n. Sin duda, de todos ellos el adversario que m¨¢s preocupa a Lula es Serra, ex ministro de Planificaci¨®n y de Salud en distintos gobiernos del presidente Cardoso y ahora candidato del oficialista Partido Social Dem¨®crata de Brasil (PSDB).
Las numerosas coincidencias entre estos dos candidatos incluyen una buena relaci¨®n personal entre ambos (estuvieron juntos contra la dictadura militar) y la colaboraci¨®n de t¨¦cnicos del PT en la ¨¦poca que Serra fue ministro. Uno y otro coinciden en se?alar la necesidad de crecer en torno al 4,5% anual, y la reducci¨®n de los tipos de inter¨¦s (18,5% el tipo b¨¢sico, los m¨¢s elevados del mundo detr¨¢s de Polonia) como herramientas imprescindibles para afrontar la vulnerable situaci¨®n econ¨®mica de Brasil, atenazada adem¨¢s por un elevado endeudamiento interno. Lula promete bajar los tipos al 13%. Asimismo, el fortalecimiento de las exportaciones y la sustituci¨®n de importaciones es la bandera que enarbolan los dos candidatos para mejorar la corriente de comercio, que ha registrado sus n¨²meros m¨¢s bajos de los ¨²ltimos seis a?os.
El mal end¨¦mico de Brasil, la desigualdad social, es presentado como el caballo de batalla de los cuatro grandes candidatos. Ciro Gomes daba esta semana el siguiente dato: 'El 10% con m¨¢s recursos es 29 veces m¨¢s rico que el 40% m¨¢s pobre. En Europa la diferencia es de cuatro veces'. El crecimiento mediocre de este a?o, en torno al 1,5%, no s¨®lo no ayuda, sino que contribuye al deterioro de la renta per c¨¢pita e impide cualquier reactivaci¨®n para crear empleo.
La realidad de una gran urbe como S?o Paulo poco tiene que ver con ciudades del interior como Paran¨¢ o Curitiba. La inseguridad, los problemas sociales, el perfil de la econom¨ªa, son claramente diferentes. Por ejemplo, muchas empresas han emigrado de S?o Paulo a otros Estados en busca de costes salariales m¨¢s bajos, menor presi¨®n sindical y mejor calidad de vida.
La mitad del electorado prefiere no pronunciarse a estas alturas. Es tradici¨®n en Brasil. Las decisiones empezar¨¢n a tomarse en agosto, cuando empiece la emisi¨®n de espacios electorales gratuitos en televisi¨®n, el arma m¨¢s preciada de todo candidato a la presidencia.
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