Para el rock hay esperanzas

Fueron dos d¨ªas de enorme triunfo los vividos por este rockero vasco decidido a demostrar que hay vida despu¨¦s -o mientras- de Platero y T¨². En ambos conciertos se acabaron entradas y el p¨²blico, quiz¨¢ excesivamente apretado por cuestiones de espacio, se hart¨® de cantar los temas de los dos discos en solitario de Fito, en especial los del ¨²ltimo, el extraordinario Los sue?os locos. Flanqueado por una impecable banda en la que sobresale la guitarra del veterano Batiz, Fito celebr¨® en cada concierto una fiesta en la que el list¨®n de la diversi¨®n est¨¢ situado desde el principio muy arriba.

Puro rock, ecl¨¦ctico, en¨¦rgico, imaginativo, lleno de colores distintos, es el material que trabaja Fito, con la total impunidad para que un tema te suene a Police o a Calamaro o mucho m¨¢s pop que todo eso, y tus fans, que te siguen de un rock m¨¢s cazurro, vayan contigo. Porque seguramente el secreto de esta segunda carrera del guitarra y vocalista de Platero y T¨² estriba en el gusto que Fito tiene, pura y llanamente, por hacer bonitas canciones; temas de tono sincero como A la luna se le ve el ombligo, Para toda la vida o Ni negro, ni blanco, en los que el mensaje eterno del rock juvenil se abre paso en pos de la armon¨ªa, de lo bien hecho, de lo emocionante.

Amigos ilustres

En el segundo de los conciertos, Fito se adorn¨® con la presencia de amigos ilustres, como el M-Clan Carlos Tarque, el Extremoduro Robe Iniesta y el querido Rosendo, que esta vez interpret¨® Mientras tanto ?sin tocar la guitarra!. Lo dicho: dos enormes fiestas de rock y gracias a Fito por su colaboraci¨®n para seguir pensando que en esto del rock todav¨ªa queda algo de esperanza en estos tiempos de Triunfo.