Argentina emprende una ofensiva para explicar su nuevo plan econ¨®mico
El ministro de Exteriores, Ruckauf, llega hoy a Washington antes de viajar a Roma y Madrid
El canciller argentino, Carlos Ruckauf, inicia hoy en Washington una serie de reuniones clave para completar el dise?o de un programa econ¨®mico. En EE UU, y despu¨¦s en Roma y en Madrid, el ministro de Exteriores y los funcionarios que le acompa?an tratar¨¢n de calmar la ansiedad de Gobiernos y empresas con inversiones en el pa¨ªs. Ruckauf anticipar¨¢ detalles sobre cu¨¢l ser¨¢ el rumbo de la pol¨ªtica econ¨®mica.
Ruckauf explicar¨¢ tambi¨¦n qu¨¦ decisiones se tomar¨¢n para resolver los temas pendientes como la 'pesificaci¨®n', por conversi¨®n a pesos de todos los contratos, el presupuesto, el l¨ªmite a la emisi¨®n de moneda, la coparticipaci¨®n de impuestos con las provincias y la apertura del llamado corralito bancario en el que est¨¢n atrapados los ahorradores. Al viaje de Ruckauf le suceder¨¢ la semana pr¨®xima el del ministro de Econom¨ªa, Jorge Remes Lenicov, que se encontrar¨¢ a su vez con la junta directiva del Fondo Monetario Internacional (FMI). Para poner en marcha un 'plan coherente y sustentable', como le exigen los gobiernos de los pa¨ªses que representan a los principales inversionistas y los organismos multilaterales de cr¨¦dito, Argentina necesita una asistencia extraordinaria estimada como m¨ªnimo en 15.000 millones de d¨®lares (16.835 millones de euros).
'No se puede formular un plan serio y sustentable sin ayuda externa', admit¨ªa ayer a EL PA?S un miembro del equipo econ¨®mico. Seg¨²n todas las fuentes consultadas, 'hay coincidencia con los t¨¦cnicos del FMI en los n¨²meros del presupuesto'. El ministro Remes Lenicov dijo que las peticiones del FMI son 'razonables' y adelant¨® que su programa contempla la libre flotaci¨®n de la cotizaci¨®n del d¨®lar con relaci¨®n al peso.
El agregado de la cita con Paul O'Neill, secretario del Tesoro de EE UU, que pidi¨® a la Embajada argentina en Washington la entrevista con Ruckauf, se considera en Buenos Aires como 'una se?al' m¨¢s de que 'todo marcha bien'.
El discurso de Ruckauf, que se re¨²ne hoy por la ma?ana con la consejera nacional de Seguridad, Condoleezza Rice, luego con el secretario de Comercio Internacional, Bob Zoelick, y ma?ana con Colin Powell, sigue la l¨ªnea ya trazada por el presidente Eduardo Duhalde y el ministro Remes Lenicov: 'Se trata de llegar a ser un pa¨ªs normal'. Seg¨²n Duhalde, 'los pa¨ªses deben integrarse a partir de una actitud interna de defensa de su producci¨®n, y esto no tiene nada que ver con el viejo proteccionismo de los pa¨ªses cerrados'. Ruckauf tambi¨¦n ratificar¨¢ en Washington que se van a aplicar las 'retenciones' a las exportaciones de petr¨®leo para contribuir a la reforma del sistema financiero argentino y que 'se revisar¨¢n los contratos con las empresas concesionarias de los servicios p¨²blicos para establecer criterios realistas de rentabilidad'.
El Ejecutivo dar¨¢, a su vez, esta semana otro paso importante con el env¨ªo al Congreso del proyecto de Ley de Presupuesto, que fue consultado previamente con t¨¦cnicos del FMI, varios expertos internacionales, a los que el presidente Duhalde considera 'los mejores del mundo', y economistas de los grupos parlamentarios de la oposici¨®n. En principio se prev¨¦ una reducci¨®n de 8.000 millones de d¨®lares en el d¨¦ficit de 12.000 millones.
'Cacerolazos' a medida
En Buenos Aires se venden ya cacerolas dise?adas para protestar. Llevan dentro una bola de madera, como el badajo de una campana, que golpea y retumba de modo estridente. Los ciudadanos han salido a las calles y nadie sabe cu¨¢ndo volver¨¢n a sus casas. La protesta es ya motivo de an¨¢lisis para los soci¨®logos y se las compara con otras manifestaciones populares, como la del 17 de octubre de 1945 que dieron origen al peronismo. Los analistas, sin embargo, coinciden en que esto es distinto y no valen los antecedentes porque no hay grupos organizados detr¨¢s, ni partidos, ni representantes ni l¨ªderes. Pero ahora la gente habla, grita, golpea, exige, insulta, canta, reclama, protesta y sigue, y sigue, y sigue all¨ª, en las calles. Las noches c¨¢lidas y estrelladas acogen las asambleas semanales en las esquinas o los parques de los barrios que se convocan por Internet, mensajes telef¨®nicos o anuncios manuscritos pegados en los comercios. No se habla de otra cosa. Las grandes y las peque?as ciudades permanecen en estado de deliberaci¨®n permanente. Despuntan voces, pero a¨²n no hay l¨ªderes. Hay ganas, ¨¢nimo de reencuentro. De ex militantes de los setenta retirados despu¨¦s de la derrota, la persecuci¨®n y el exilio con j¨®venes que hasta ayer pasaban de todo. De padres con hijos. De vecinos hasta ahora desconocidos entre s¨ª. De Hombres y mujeres, de ancianos devastados, solos. Anoche tocaba la marcha de los desocupados y piqueteros. Sal¨ªan de la periferia en el barrio de La Matanza para encontrarse en el camino con las columnas de los Trabajadores del Estado y de la Corriente Clasista y Combativa. Esperaban sumar espont¨¢neas cacerolas antes de llegar hoy a la Plaza de Mayo. Hasta Hilda Gonz¨¢lez, la esposa del presidente Eduardo Duhalde, admite que las peticiones como 'leg¨ªtimas'. Para ella, como para todos, esto demuestra que el pueblo argentino est¨¢ vivo y de pie.
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