'Tengo una relaci¨®n muy dif¨ªcil con mi obra. Y es cada vez peor'
?lvaro Mutis (Bogot¨¢, 1925) recibir¨¢ el pr¨®ximo 23 de abril en Alcal¨¢ de Henares el Premio Cervantes 2001. Ser¨¢ en un acto presidido, como siempre, por los Reyes, lo cual har¨¢ feliz a este gran esc¨¦ptico, que siempre se ha definido como 'gibelino, mon¨¢rquico, legitimista y anarquista', y que no descarta que su afecto por la realeza se deba, entre otras cosas, a que vio la luz un 25 de agosto, 'd¨ªa de san Luis, Rey de Francia'.
Mutis ha venido a Espa?a, como prometi¨® antes de que le fuera concedido el premio en diciembre pasado. Ten¨ªa un compromiso con la Casa de Am¨¦rica: la Semana de Autor dedicada a su figura, en la que hay una exposici¨®n de sus libros, cine inspirado en su literatura (hoy se proyecta Ilona llega con la lluvia, de Sergio Cabrera, y ma?ana, La mansi¨®n de Arauca¨ªma, de Carlos Mayolo) y tres encuentros literarios.
'Maqroll dice: 'No te alegres, que las cosas no son as¨ª. Y acepta las cosas como vienen'
'No quisiera volver a la c¨¢rcel. Claro que tampoco volver¨ªa al colegio'
Mutis inaugur¨® las actividades con humor y generosidad, y habl¨® de todo, incluso de su antigua estancia en la c¨¢rcel, aquella que Garc¨ªa M¨¢rquez explic¨® as¨ª: 'Estuvo por un delito del que disfrutamos muchos escritores y artistas, y que s¨®lo ¨¦l pag¨®; permaneci¨® los 16 meses que ¨¦l considera los m¨¢s felices de su vida'.
Como es habitual, Mutis dej¨® varias frases sabrosas: 'En Am¨¦rica Latina, la popularidad de algunas dictaduras hace que parezcan la viva demostraci¨®n de la democracia'. 'Nunca he pensado en la identidad. Pero en mis 40 a?os de poes¨ªa y los dem¨¢s de novela siempre aparece el mismo paisaje: la Tierra Caliente, los cafetales, los c¨¢mbulos florecidos, los r¨ªos torrentosos'. 'Tengo una relaci¨®n muy dif¨ªcil con mi obra. Y cada vez es peor. Cuando termino algo, no me quedan sino dudas. Tantas dudas, que cuando las cr¨ªticas son malas pienso que pueden tener raz¨®n'. 'Hago una autocr¨ªtica muy aguda sobre la justeza de cada palabra y el ritmo de cada frase. Escribo una y otra vez, y rompo mucho. Quem¨¦ dos novelas completas. Una, sobre los ¨²ltimos d¨ªas de Bol¨ªvar, la otra, sobre un episodio de violencia en Colombia. A la chimenea'.
Pregunta. ?As¨ª que se puede ser mon¨¢rquico y anarquista a la vez?
Respuesta. Ser mon¨¢rquico con esa convicci¨®n en este mundo es una prueba evidente de anarqu¨ªa. Quisiera eliminar todo tipo de gobierno e instaurar la monarqu¨ªa en el mundo: eso es anarqu¨ªa. Hubo bastantes anarquistas en mi familia, as¨ª que serlo me conecta con mis ra¨ªces. Y mon¨¢rquicos: en mi ni?ez se hablaba del reinado de Alfonso XIII como de una cosa inmediata, que suced¨ªa muy cerca.
P. ?Y de d¨®nde le viene esa pasi¨®n confesa por Bizancio?
R. Desde joven me llam¨® mucho la atenci¨®n la posibilidad hist¨®rica de una capital de Occidente a las orillas de Asia Menor. ?Qu¨¦ habr¨ªa pasado si la capital del cristianismo hubiera sido Bizancio en vez de Roma? Bizancio era fascinante, una mezcla muy inusual de caos y sentido est¨¦tico de las cosas. Su historia de cr¨ªmenes e intrigas en la corte es extraordinaria.
P. ?Por eso dice que el ¨²ltimo acontecimiento pol¨ªtico que le importa es la toma de Constantinopla por los turcos en 1453?
R. S¨ª, el 29 de mayo de 1453. Pero tambi¨¦n he dicho alguna vez que a¨²n no me repuse del funesto viaje de Enrique IV a Canossa para rendir pleites¨ªa al papa Gregorio VII en el a?o 1077.
P. Creo que Rafael Alberti public¨® uno de sus primeros libros.
R. S¨ª, cuando dirig¨ªa, con Guillermo de Torre, la colecci¨®n Poetas de Espa?a y Am¨¦rica en Losada public¨® Los elementos del desastre.
P. ?Conoci¨® a Alberti?
R. S¨ª, era un ser extraordinario.
P. El primer poema de Maqroll dec¨ªa: 'Su uso cotidiano es un ant¨ªdoto eficaz contra la incredulidad y la dicha inmotivada'. ?Sigue vigente eso? ?Es ¨¦se el mensaje de Maqroll?
R. Absolutamente. No te alegres, que las cosas no son as¨ª. Y acepta las cosas como vienen.
P. O sea, que el hombre ha fallado como especie.
R. Mire el mundo. No hay m¨¢s que mirar el mundo. Un cuarto de la Amazonia ha sido arrasado, destrozado, convertido en desierto. Y eso que dar tres pasos all¨ª cuesta un esfuerzo enorme.
P. ?Sigue escribiendo poes¨ªa?
R. Nunca dej¨¦. Cuando escribo novelas manejo los mismos elementos y las mismas obsesiones.
P. ?Y es posible que siga sintiendo inseguridad por lo que escribe?
R. Cada vez peor. Siempre siento que deber¨ªa haber agregado algo. Pero no quiero hablar de ello. Me produce angustia. Por eso casi nunca abro un libro m¨ªo cuando se ha publicado.
P. ?Entonces los premios no se los dan a usted?
R. Los premios se los dan a los libros tal y como est¨¢n, lo cual me produce cierta satisfacci¨®n porque supongo que si los premian querr¨¢ decir que no est¨¢n tan mal.
P. ?Qu¨¦ puede salvar el mundo? ?La amistad? ?El amor? ?La cultura tal vez?
R. Salvarnos lo veo dif¨ªcil. La amistad, desde luego, puede ayudar. Pero necesitamos recuperar la piedad por nuestros hermanos, que se acab¨®. Y una especie de conciencia de saber que no somos estas sombras en las que nos estamos convirtiendo.
P. Pero usted ha vivido una vida plena, ?no?
R. S¨ª, aunque nunca he podido vivir de mi vocaci¨®n literaria. Siempre me acuerdo de Epicuro, que dijo: 'Huye, afortunado, con todas las velas desplegadas, de cualquier forma de cultura'.
P. ?O sea, que la cultura puede llegar a perjudicar?
R. No saquemos conclusiones precipitadas. Epicuro tambi¨¦n dijo: 'Vive secreto'.
P. La c¨¢rcel en la que usted estuvo preso, Lecumberri, en M¨¦xico DF, ha sido convertida en archivo. ?Qu¨¦ le sugiere eso?
R. Me parece bien.
P. ?C¨®mo fue su experiencia?
R. Me ense?¨® muchas cosas que antes s¨®lo intu¨ªa. Fue un periodo muy formativo. Pero no quisiera volver. Claro, que tampoco volver¨ªa al colegio.
P. Por eso no sac¨® el t¨ªtulo de bachiller...
R. No pod¨ªa perder el tiempo estudiando porque estaba leyendo Los or¨ªgenes de la Francia contempor¨¢nea, un libro muy interesante.
P. Tambi¨¦n porque le interesaba m¨¢s el billar...
R. Es que el billar es mucho m¨¢s inteligente que el ¨¢lgebra.
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