Externalizaci¨®n
Las elites econ¨®micas de EE UU andan revueltas en la actualidad a causa del mayor esc¨¢ndalo financiero de su historia. La quiebra de la compa?¨ªa energ¨¦tica Enron, macrochiringuito del que eran part¨ªcipes los peces gordos que manejan las riendas de Washington -entre ellos el m¨¢s gordo de todos, ese que casi la palm¨® el otro d¨ªa engullendo una galleta, como un pobre-, no es m¨¢s que una enorme met¨¢fora de lo que suele ocurrir cuando el Estado se pone al servicio de quien no debe. Me apuesto un euro a que los verdaderos responsables de este gran desfalco, al igual que pas¨® hace unos a?os con los de la quiebra del Saving & Loans (que le cost¨® al contribuyente yanqui una cifra similar a la deuda externa del Tercer Mundo), saldr¨¢n indemnes del asunto, y si no, al tiempo.
Bakunin y sus camaradas anarquistas deben andar muertos de risa -adem¨¢s de muertos de muerte- al ver de qu¨¦ manera tan curiosa el tiempo les ha dado la raz¨®n, pues el Estado que ellos quer¨ªan suprimir es ahora m¨¢s que nunca, con la reciente puesta en pr¨¢ctica de las teor¨ªas neoliberales, tapadera de corrupciones y negocietes. El siglo XX nos enga?¨® con el espejismo de una izquierda que parec¨ªa avanzar por los senderos del progreso a fuerza de ir despoj¨¢ndose de sus reivindicaciones m¨¢s militantes. El socialismo, descafeinado en socialdemocracia, conquist¨® el poder a cambio de perdonarle la vida al monstruo. Grave error, pues entre bastidores la maquinaria avanzaba sin tregua y, como en el tango de Gardel, mientras el m¨²sculo dorm¨ªa en el silencio de la noche, la ambici¨®n no ces¨® nunca de trabajar.
El Estado, sea del signo que sea, sirve hoy sin tapujos al capital: para no ir m¨¢s lejos, la semana pasada el socialista Jospin dio su apoyo moral al sistema bancario franc¨¦s, sospechoso de blanqueo de dinero, y el gobierno derechista del PP expres¨® su comprensi¨®n a los bancos espa?oles que ahora amenazan con irse de Argentina. ?Por qu¨¦? Porque el Estado se ha convertido en un t¨ªtere dirigido a distancia por fuerzas invisibles no elegidas por nadie, dedicadas en cuerpo y alma a soltar amarras de compromisos sociales, sanidad, educaci¨®n, pensiones de vejez, seguridad ciudadana y todo lo que significaban las mentiras piadosas que son el apellido de la Rep¨²blica Francesa: libertad, igualdad, fraternidad.
Este abandono de sus responsabilidades, que en ingl¨¦s se llama outsourcing, el gobierno de Eduardo Zaplana lo ha valencianizado como externalizaci¨®n y significa que muchos servicios p¨²blicos antes asumidos por la Administraci¨®n de la Generalitat est¨¢n ahora en manos privadas, pero siempre a costa del dinero p¨²blico, a trav¨¦s de contratos multimillonarios renovables y a corto plazo, que tienen como objetivo desviar limpiamente el dinero de nuestros impuestos al bolsillo de los de siempre. ?stos, claro est¨¢, pagan salarios m¨¢s bajos, dan peor servicio pues su objetivo es el lucro y, cuando las cosas se ponen dif¨ªciles, despiden al personal, cierran el quiosco y se van a otra parte. ?Y que viva el neoliberalismo!
A este paso, dado que los sociatas no son muy diferentes y hay PP para rato, ser¨ªa saludable desempolvar las ideas de Bakunin -ingenuo de m¨ª-, pues para sufrir un Estado que enriquece a sus amigos a expensas del consumidor m¨¢s vale la anarqu¨ªa.
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