'El juego de la fotograf¨ªa' muestra la vida americana que capt¨® Winogrand
La sala Rekalde expone una retrospectiva del 'pr¨ªncipe de las calles'
El fot¨®grafo Garry Winogrand (Nueva York, 1928-M¨¦xico, 1984) encarn¨® el prototipo de fot¨®grafo de calle, hasta el punto de que mereci¨® de sus colegas el sobrenombre de 'pr¨ªncipe de las calles'. Armado con su c¨¢mara Leica, capt¨® sin descanso durante m¨¢s de 30 a?os la sociedad americana de la ¨¦poca hasta dejar a su muerte un legado de m¨¢s de 300.000 negativos. La sala de exposiciones Rekalde (Alameda de Recalde, 30), de Bilbao, inaugur¨® ayer su retrospectiva El juego de la fotograf¨ªa.
La exposici¨®n selecciona entre la ingente obra de Garry Winogrand un centenar y medio de im¨¢genes en blanco y negro, realizadas entre 1950 y finales de los a?os 70. 'Son instant¨¢neas de la vida real, muy directas, realizadas sin manipulaciones t¨¦cnicas', explic¨® ayer su comisario, Carlos Gollonet. 'Es uno de los grandes creadores de la realidad, de los que logran dar forma a lo informe, a las fuerzas explosivas de la vida que nos rodean, pero que no siempre somos capaces de vislumbrar', agreg¨®.
En las fotos de Winogrand desfilan los personajes que caminaban por las calles de Nueva York, los visitantes de sus parques y del zoo, las fiestas en el Museo Guggenheim, los rodeos en el Oeste, las marchas pacifistas, escenas de la vida pol¨ªtica o la fiesta de cumplea?os del escritor Norman Mailer. Y muchas mujeres, a las que encontraba de paso y en espacios p¨²blicos. En 1975, Winogrand les dedico el libro Women are beautiful (Las mujeres son hermosas), pero su optimista visi¨®n del g¨¦nero femenino no fue atractiva ni para hombres ni para mujeres. 'Comercialmente el libro fue un fracaso y, a la larga, considerado por ¨¦l como el menos interesante de su carrera', recuerda Gollonet en el cat¨¢logo de la exposici¨®n.
'Hago fotograf¨ªas para descubrir qu¨¦ apariencia tendr¨¢ algo una vez convertido en fotograf¨ªa', dijo en su d¨ªa Winogrand. Gallonat puntualiza que, a diferencia de otros fot¨®grafos americanos, deseosos de intervenir en la sociedad y tratar de cambiarla, s¨®lo aspiraba a desarrollarse a s¨ª mismo.
Winogrand comenz¨® estudiando pintura en el City College de Nueva York. La culpa de que abandonara los pinceles por la c¨¢mara la tuvo su traslado a la Universidad de Columbia, que manten¨ªa abierto las 24 horas del d¨ªa su laboratorio de revelado.
El personal estilo de Winogrand comenzaba con su forma de trabajar. El fot¨®grafo se sumerg¨ªa en el mundo que le rodeaba, en un deambular continuo y sin dejar de disparar su c¨¢mara. A su muerte dej¨® miles de rollos sin revelar y en total, m¨¢s de 300.000 fotograf¨ªas. Son cifras que refuerzan el mito del fot¨®grafo que patrulla a todas horas la ciudad, del pr¨ªncipe de las calles.
Las reproducciones incluidas en la exposici¨®n fueron realizadas en vida de su autor y pertenecen al Legado Winogrand.
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