Apuesten por la medicina adolescente
- Arena inquietante. 'Recientemente he visto c¨®mo del r¨ªo Manzanares, a la altura de un ¨¢rea de recreo que se encuentra en direcci¨®n a El Pardo, unos camiones han sacado toneladas de arena', cuenta Rosa Mar¨ªa. 'Hasta ah¨ª, todo bien; el problema es que esa arena la han depositado justo en el paraje m¨¢s bonito de todos, un c¨ªrculo trazado con maderas y pretiles de piedra, en cuyo interior se alza un ¨¢rbol enorme, centenario; a su vera se sientan a comer familias con ni?os que trepan al ¨¢rbol', agrega. 'El caso es que, como en este pa¨ªs se nos tiene habituados a pensar siempre lo peor, mucho me temo que esa arena, en vez de mejorar el contorno, va a ser empleada para cubrir ese tan lindo paraje y carg¨¢rselo. Por favor', pide, 'que alguien tome medidas que impidan el cerco de arena sobre ese lugar'.
- Locales para ensayo. 'Ya es hora de que tantos solares y locales pertenecientes a industrias de la zona de M¨¦ndez ?lvaro y otras ¨¢reas de la ciudad sean puestas gratuitamente al servicio de los j¨®venes, para ensayar su m¨²sica', pide Patricia. 'Es una verg¨¹enza que luego los mayores se quejen tanto de los j¨®venes, cuando no hay nada que no les cueste un mont¨®n de dinero como, por ejemplo, los locales de ensayo', subraya.
- Servicios en el metro. 'No entiendo muy bien por qu¨¦ raz¨®n en las estaciones de metro no hay, que yo sepa, servicio p¨²blico para los usuarios', dice Adela. 'Creo que cuanto mayor sea el confort de los transportes p¨²blicos, m¨¢s usuarios de edad tendr¨¢, crecer¨¢ el negocio y todos contentos', a?ade.
- Medicina para adolescentes. 'Pienso que la medicina no ha avanzado tanto como dicen', destaca Diego, 'porque hasta el momento no he visto ninguna c¨¢tedra de patolog¨ªas de la adolescencia, empezando por la anorexia, siguiendo por la bulimia, las disfunciones del crecimiento y otra sarta de enfermedades espec¨ªficas. ?No habr¨ªa manera de que la Comunidad de Madrid, que alardea siempre de ir a la vanguardia de todo, o por lo menos de parecer que va, tratara con inter¨¦s este asunto y destinara alg¨²n hospital para este tipo de especialidad orientada al tratamiento de las enfermedades de los adolescentes?', se pregunta.
E ?Polic¨ªa de inmigrantes? 'Que se sepa, la Polic¨ªa Municipal no tiene a su costa las tareas vinculadas a la inmigraci¨®n', dice Pablo, 'por lo cual no me explico por qu¨¦ raz¨®n los agentes municipales, cuando se les ve hacer algo, se dedican casi exclusivamente a pedir los papeles a los ciudadanos de color que hallan a su paso. Creo', a?ade, 'que ese control exhaustivo no es m¨¢s que un prejuicio de tinte racista que est¨¢ fuera de lugar. Recuerdo a los agentes que disfrutan con esa monotarea que muchos espa?oles, posiblemente familiares de esos mismos agentes, estuvieron exiliados por razones econ¨®micas o pol¨ªticas durante d¨¦cadas en Francia, Suiza, B¨¦lgica, Holanda, etc¨¦tera, y es seguro que sus descendientes hubieran deseado para sus ancestros un trato mejor del que ellos proporcionan hoy a los inmigrantes extranjeros'.
- ?De qui¨¦n es el dinero? 'La principal caracter¨ªstica de los bancos en Madrid es que tratan a la gente como si el dinero fuera de los bancos, no de la gente', se queja Esperanza. 'Creo que es una costumbre muy est¨²pida la de adoptar ante los bancos un comportamiento servil, cuando lo ideal es que exista una relaci¨®n de igualdad entre el prestatario de un servicio y el que as¨ª lo demanda, sobre todo si el demandante es quien paga', remarca.
- M¨¢s animales, m¨¢s humanidad. 'Los animales cumplen una funci¨®n excelente en cuanto a la configuraci¨®n de los afectos en los ni?os y, a su vez, se benefician de ¨¦stos', cuenta Loreto. 'Por eso, es muy bueno que se establezcan relaciones de los ni?os con gatos, perros, tortugas y toda clase de animales domesticables. Pero es chocante el reducido n¨²mero de tiendas de animales que existen en Madrid y las dificultades derivadas de tenerlos', se lamenta. 'Creo que con una buena formaci¨®n, cualquier ni?o puede adoptar el compromiso del cuidado de cualquier animal domesticado y contribuir, con los animales, y aunque parezca contradictorio, a humanizar la vida de todos, humanos y animales'.
- Vecindarios rivales. 'No me explico c¨®mo cuando llega uno a cualquier pueblo de la Comunidad de Madrid es m¨¢s f¨¢cil hallar una indicaci¨®n de un pueblo distante que encontrar la que corresponde al pueblo vecino', se lamenta Bernardo.
- Bronca o guerra. 'El otro d¨ªa', comenta Regino, ' vi a una chica abroncar a dos ni?os peque?os que jugaban a los indios y los vaqueros en el Retiro, fingiendo que se disparaban. Lo gracioso es que la bronca antiviolenta era extraordinariamente violenta', ironiza.
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