Eichel cruza los dedos
El mal comportamiento de la econom¨ªa complicar¨¢ el d¨¦ficit p¨²blico alem¨¢n
'Todo lo que ah¨ª se lee, tambi¨¦n lo hubiera podido escribir yo', afirm¨® esta semana el ministro de Finanzas alem¨¢n, Hans Eichel, al tener que rendir cuentas sobre el hecho de que es precisamente Alemania el primer pa¨ªs que, junto a Portugal, es notificado con una alerta temprana emitida por Bruselas de que corre serio riesgo de violar el Pacto de Estabilidad.
El d¨¦ficit p¨²blico alem¨¢n (medido como proporci¨®n del producto interior bruto) fue del 2,6% el a?o pasado, 1,3% m¨¢s del que se registr¨® en 2000, y ya muy cerca del m¨¢ximo del 3% fijado como cota m¨¢xima en la zona euro, en buena parte gracias a la insistencia de Alemania. Tambi¨¦n para este ejercicio, tanto el Gobierno de Berl¨ªn como Bruselas prev¨¦n que los n¨²meros rojos de las cuentas p¨²blicas se sit¨²en entre el 2,5% y el 2,7%.
La aparente tranquilidad de Eichel se debe a que el comisario Pedro Solbes, al menos en el contenido de su amonestaci¨®n (no as¨ª en la forma, considerada una afrenta en Berl¨ªn) ha aceptado la argumentaci¨®n alemana de que este alto d¨¦ficit se explica casi exclusivamente con un crecimiento mucho menor del previsto inicialmente (0,6% frente al 2,8%).
Tal y como admite Bruselas, esta debilidad de la coyuntura en buena parte se explica por factores por fuera del control del Gobierno rojiverde, que, por el contrario, ha venido adelantando una rigorosa pol¨ªtica de austeridad durante los ¨²ltimos a?os: potencia exportadora y sede de grandes multinacionales, Alemania sufre m¨¢s que otros pa¨ªses si la econom¨ªa estadounidense e internacional se ralentizan. Adem¨¢s, el pa¨ªs contin¨²a arrastrando el lastre del alto coste que supuso y supone la reunificaci¨®n.
Todo ello, sin embargo, no cambia el hecho de que las cifras del d¨¦ficit son las que son y de que el 3% est¨¢ a la vuelta de la esquina. Con la econom¨ªa estancada -Alemania est¨¢ atravesando una leve recesi¨®n-, Eichel ha descartado ya ulteriores recortes del gasto p¨²blico. Por razones econ¨®micas, desde luego, pero tambi¨¦n pol¨ªticas: al igual que las reformas de fondo requeridas -reestructurar la sanidad y el mercado laboral, ante todo-, estas medidas son pr¨¢cticamente imposibles de poner en pr¨¢ctica en un a?o electoral.
Por otro lado, con semejante d¨¦ficit, tampoco es posible estimular el crecimiento con grandes programas de coyuntura, como podr¨ªa ser un adelanto de nuevas fases de la reforma fiscal.
Margen de maniobra
As¨ª, el margen de maniobra es m¨ªnimo, y el Gobierno pr¨¢cticamente se limita a cruzar los dedos para una pronta recuperaci¨®n econ¨®mica. Seg¨²n la mayor¨ªa de los pron¨®sticos nacionales e internacionales, ¨¦sta deber¨ªa llegar a mediados del a?o, y as¨ª lo parecen confirmar los ¨²ltimos datos de la confianza empresarial. El ¨ªndice Ifo -considerado como uno de los indicadores m¨¢s fiables sobre el futuro comportamiento no s¨®lo de la econom¨ªa alemana, sino tambi¨¦n europea- subi¨® en enero por tercer mes consecutivo y tambi¨¦n las noticias que llegan de Estados Unidos son esperanzadoras, seg¨²n han destacado tanto Eichel como el canciller, Gerhard Schr?der.
Cualquier imprevisto, sin embargo, podr¨ªa deshacer estas esperanzas, seg¨²n subrayan varios expertos. Precisamente esta semana se inician las negociaciones salariales, en las que el poderoso sindicato metal¨²rgico e industrial IG Metall pedir¨¢ un 6,5% de aumento de sueldo. Si bien este tipo de posturas maximalistas forman parte del ritual de los convenios, el pulso con las patronales se anuncia duro y, en el caso de desembocar en huelgas, podr¨ªa hacer trizas la recuperaci¨®n econ¨®mica.
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