Caricaturas estad¨ªsticas
El otro d¨ªa le¨ª que el alcohol est¨¢ implicado en el 33 % de los accidentes mortales. Eso, seg¨²n el texto, quiere decir que el 67% restante ha sido causado por personas sobrias. De lo que se deduce que la forma m¨¢s segura de conducir es beodo. Es lo que tienen las estad¨ªsticas, son esclarecedoras, aunque, un poquito inquietantes. A mucha gente no le gustan. Es muy desagradable que a uno le encajen en un determinado tanto por ciento. Porque la estad¨ªstica, mal utilizada, puede convertirse en una caricatura de la realidad. Por ejemplo, si lo consideramos de una forma estad¨ªstica, cada persona tiene un pecho y medio pene. Y si la tasa de natalidad supera a la de mortalidad, una de cada dos personas es inmortal.
La estad¨ªstica se parece a menudo a un chiste. Son tradicionales las estad¨ªsticas que miden la capacidad sexual o el tama?o del miembro de los varones de la raza humana peri¨®dicamente. Dichos datos deben de basarse en estudios exhaustivos con entrevistas y mediciones sobrecogedoras, inimaginable tarea para los estad¨ªsticos, todo con el fin de observar, a vuelo de p¨¢jaro, algo tan importante como las diferencias entre los ¨®rganos sexuales de las tribus. Nunca una estad¨ªstica fue tan sexista y diferencialmente trascendente. Algo que nos permite afirmar que, por ejemplo, los sudaneses son los que la tienen m¨¢s larga, o que, entre los europeos, los tiroleses son los que m¨¢s hacen el amor (de ah¨ª el yodelei-yodelei-yodelei-hi-hi).
El caso es que las estad¨ªsticas se presentan como pruebas irrefutables y adem¨¢s, sirven para llenar los peri¨®dicos cuando no hay otro tipo de noticias, as¨ª que se puede hablar de un puro af¨¢n de entretenimiento. Y m¨¢s si te dicen que tu comunidad es m¨¢s lista que otras. ?stas son las estad¨ªsticas que le levantan el ¨¢nimo a uno. No se sabe si sirven para algo, pero distraen bastante de los problemas reales. Tal vez su inutilidad manifiesta es la base su ¨¦xito: las estad¨ªsticas curiosas e intrascendentes se recuerdan mucho mejor que las estad¨ªsticas sesudas y onerosas. Y as¨ª cree uno saber d¨®nde se vive mejor, d¨®nde se hace m¨¢s el amor, cosas aparentemente f¨²tiles que sirven para dibujar una caricatura de la humanidad y de los pueblos. Entretanto, quiz¨¢s otras estad¨ªsticas, tal vez mucho m¨¢s interesantes, jam¨¢s vean la luz por una supuesta falta de inter¨¦s p¨²blico. Tantos por ciento inc¨®modos que podr¨ªan ser utilizados como aut¨¦nticas armas arrojadizas. Cifras que son susceptibles de ser usadas como ladrillos, en defensa o en ataque, y que se quedar¨¢n en el almac¨¦n porque 'no interesan'.
No es raro que los tantos por ciento, tan contundentes, susciten controversia. Cuando se escucha una estad¨ªstica seria, la exigencia m¨ªnima, es que no est¨¦ manipulada, ni sirva para manipular. En ambos sentidos, el f¨ªsico y el simb¨®lico, es innegable que el tama?o del pene es manipulable. No se r¨ªan que es muy serio: todo depende de la erecci¨®n de los datos, incluso en los tiempos de las dichosas autopistas de la informaci¨®n. ?Es la estad¨ªstica una herramienta independiente de medici¨®n del pene? No, la estad¨ªstica no se libra de la sospecha de oportunismo a la hora de informar. La cuesti¨®n no es si el pene es largo o corto, sino c¨®mo, cu¨¢ndo y por qu¨¦ se lanza un censo a los medios de comunicaci¨®n. Y por supuesto, qui¨¦n se ha encargado de elaborarlo, o por encargo de qui¨¦n. ?Tenemos intereses ocultos en Sud¨¢n, donde viven esos guapos mozos tan bien dotados? ?Acaso a los tiroleses les deb¨ªamos un favor? ?Qu¨¦ paranoia!
En el caso de estas estad¨ªsticas, la verdad es que no se les ve una intencionalidad pol¨ªtica clara. Esto contribuye a que el censo de penes de la humanidad, por ejemplo, goce de una credibilidad relativa, de lo cual resulta que las estad¨ªsticas m¨¢s est¨²pidas suelen ser consideradas, en el fondo, las m¨¢s objetivas por su sinsentido, am¨¦n de distraer nuestras miradas de otros problemas m¨¢s acuciantes. Eso s¨ª, mucha gente se extra?a de no conocer a nadie a quien le hayan medido el miembro. Eso es que no han estado en el Sud¨¢n.
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