La cara oculta de la belleza
Las operaciones de cirug¨ªa est¨¦tica provocaron el a?o pasado m¨¢s de 80 denuncias en Andaluc¨ªa, donde s¨®lo 56 centros privados cumplen los requisitos legales para practicarlas
La cirug¨ªa est¨¦tica privada en Andaluc¨ªa tiene mucho a¨²n de ocultismo. Nadie ofrece cifras fiables, ni se sabe con certeza el n¨²mero de cl¨ªnicas que la practican, ni cu¨¢ntos cirujanos, autorizados o no. Tampoco se conoce la cifra de operaciones por a?o, ni cu¨¢nto cuestan, ni en qu¨¦ condiciones se hacen. Cualquier cirujano pl¨¢stico sabe que hay hijas que no informan ni a su madre de su correcci¨®n de mamas, o esposas que jam¨¢s le hablan de su liposucci¨®n al marido.
Sobre las denuncias interpuestas el a?o pasado cada cual tiene sus cifras. La Consejer¨ªa de Salud recibi¨®, asegura, 14 reclamaciones 'por diversos motivos', sin querer explicar qui¨¦nes eran los denunciantes ni cu¨¢les sus quejas. La Asociaci¨®n de Defensa del Paciente (Adepa) habla de 80 denuncias recibidas, un 15% m¨¢s que en 2000, que fueron 72. Como Salud, tampoco explica las causas por las que los pacientes se vieron obligados a denunciar al cirujano que les oper¨®.
La demanda de cirug¨ªa est¨¦tica ha crecido en la ¨²ltima d¨¦cada en un 50%
As¨ª las cosas, el ¨²nico marco legal que pone coto a esta actividad -para algunos 'casi clandestina'- es el Decreto 16/1994 de 25 de enero. En ¨¦l se establecen las bases por las que se regula la actividad de estos centros privados de salud y se fijan todos los requisitos para 'la autorizaci¨®n y registro de centros y establecimientos sanitarios'. Seg¨²n esta norma, la Consejer¨ªa de Salud tiene 58 establecimientos registrados que cumplen todos los requisitos exigidos para hacer cirug¨ªa est¨¦tica. Aunque la misma Administraci¨®n asegura 'tener sospechas fundadas' de que son muchos m¨¢s los centros sanitarios privados que realizan pr¨¢cticas quir¨²rgicas no autorizadas.
La raz¨®n es sencilla: 'La Administraci¨®n nunca puede saber qu¨¦ se hace de puertas adentro en unas empresas que se registran para atender simples consultas m¨¦dicas y luego hacen de todo', explica un delegado provincial de Salud que prefiere no dar su nombre. S¨®lo la vigilancia permanente puede detectar estas irregularidades. El a?o pasado los servicios de inspecci¨®n de Salud visitaron 652 establecimientos sanitarios privados de todo tipo y en 83 de ellos detectaron alguna ilegalidad. A todos se le abri¨® un expediente.
Tambi¨¦n las denominadas cl¨ªnicas de cirug¨ªa pl¨¢stica fueron inspeccionadas. 'De las 56 que existen legalmente, en 23 se detectaron irregularidades', confirman en la Consejer¨ªa de Salud. Tambi¨¦n a ¨¦stas se les abri¨® expediente. Pero eso fue todo. Porque la consejer¨ªa no quiere ir m¨¢s all¨¢ en sus explicaciones ni aventurar cu¨¢l va a ser la resoluci¨®n de estos expedientes. Seg¨²n el delegado provincial antes citado, 'no debemos alarmar a la poblaci¨®n m¨¢s de lo necesario dando informaci¨®n sobre expedientes o denuncias interpuestas sobre las cuales ni la administraci¨®n ni la justicia han resuelto nada a¨²n'.
Salud, en resumen, recomienda prudencia. A las personas interesadas en acudir a una cl¨ªnica de cirug¨ªa est¨¦tica se les aconseja que pidan en la correspondiente Delegaci¨®n Provincial de Salud informaci¨®n sobre la cl¨ªnica en cuesti¨®n. Se aconseja a quien vaya a hacer uso de estos servicios que, antes de tomar cualquier decisi¨®n, se asesore.
El precio de las operaciones oscila entre las 200.000 pesetas de una liposucci¨®n y el mill¨®n de pesetas cuando se trata de una reducci¨®n mamaria o de eliminar la grasa abdominal. Seg¨²n la Sociedad Andaluza de Cirug¨ªa Pl¨¢stica (SACP) los implantes mamarios son los m¨¢s demandados.
M¨¢laga, con 600 operaciones anuales, es la tercera provincia espa?ola tras Madrid y Barcelona. Por s¨ª sola registra m¨¢s implantes que toda la comunidad. No hay m¨¢s cifras. Los cirujanos calculan que las mujeres se operan diez veces m¨¢s que los hombres, aunque constatan un aumento de la demanda masculina. 'Sobre todo piden eliminar michelines o las bolsas de los ojos', resalta Jos¨¦ M¨¢rquez, director de una cl¨ªnica sevillana. En Andaluc¨ªa se hace m¨¢s cirug¨ªa corporal que facial; es decir, m¨¢s operaciones de mamas y lipsucciones que correcciones de nariz o liftings.
En general, la demanda de cirug¨ªa est¨¦tica se ha disparado. En la SACP no tienen dudas de que ¨¦sta ha crecido en la ¨²ltima d¨¦cada un 50%; algunos cirujanos van m¨¢s lejos y aseguran que 'la demanda se ha triplicado de un par de a?os'. En la comunidad andaluza podr¨ªa haber en torno a 1.200 m¨¦dicos operando sin el pertinente t¨ªtulo de cirujano pl¨¢stico y reparador. En Espa?a esta cifra se eleva a 6.000. La Sociedad Espa?ola de Cirug¨ªa Pl¨¢stica, Reparadora y Est¨¦tica (SECRE) fija los m¨¦dicos acreditados para todo el pa¨ªs en 'unos 600'. En Andaluc¨ªa, en ning¨²n caso, sobrepasar¨ªan los 120. Son cifras estimativas. Porque ni Adepa, ni la SACP, ni la SECRE, ni la Junta se ponen de acuerdo a la hora de dar una cifra. Adepa resume que 'dos de cada tres personas que practican la cirug¨ªa pl¨¢stica lo hacen de forma ilegal'. En M¨¢laga, por ejemplo, s¨®lo hay 27 cirujanos pl¨¢sticos colegiados, aunque son 'cientos', seg¨²n la SACP, los establecimientos dedicados a esta pr¨¢ctica.
La Costa del Sol, se dice, es el para¨ªso de la cirug¨ªa pl¨¢stica. Por eso no es extra?o que en los ¨²ltimos tres meses la Delegaci¨®n de Salud de M¨¢laga haya abierto 15 expedientes a otras tantas cl¨ªnicas: a seis por carecer de autorizaci¨®n y a 9 m¨¢s por realizar operaciones de cirug¨ªa est¨¦tica cuando s¨®lo estaban acreditadas para consultas de medicina general.
Una trampa com¨²n consiste en solicitar permiso para ejercer una actividad m¨¦dica menor a fin de dar apariencia de legalidad a una cl¨ªnica no autorizada para intervenciones pl¨¢sticas. 'Aparentemente son operaciones f¨¢ciles, pero sin una buena formaci¨®n quir¨²rgica, no pueden resolverse las posibles complicaciones', sostiene Miguel Luanco, presidente de la SACP. Luanco calcula que m¨¢s de la mitad de las liposucciones que se practican en Andaluc¨ªa son realizadas por m¨¦dicos no especializados: 'Cuanto m¨¢s simple es la intervenci¨®n, m¨¢s intrusismo hay'.
Los precios baratos y el silencio sobre los riesgos son los indicadores que deben poner sobre aviso al paciente. 'Esto no es como ir a la peluquer¨ªa, son operaciones; los riesgos existen', advierte Luanco. En los centros sin especialistas los peligros son a¨²n mayores: al no estar cualificados los profesionales, los establecimientos no disponen de la correspondiente autorizaci¨®n de funcionamiento, escapan al control administrativo, e, incluso carecen de seguros.
Luanco cree que para acabar con los abusos hay que atacar por tres frentes. Los pacientes deben informarse; la Junta, endurecer su labor inspectora; y el Ministerio de Sanidad tiene que regular la formaci¨®n de los profesionales.
En Espa?a no existen los cirujanos est¨¦ticos. La ¨²nica especialidad reconocida es la de cirug¨ªa pl¨¢stica, reparadora y est¨¦tica. El jefe de cirug¨ªa pl¨¢stica del hospital Carlos Haya, Alfonso Abad, responsabiliza a la Junta, a la que exige m¨¢s control. 'Las calles y las gu¨ªas telef¨®nicas est¨¢n llenas de anuncios de estos centros. Es necesaria una actitud mucho m¨¢s dr¨¢stica de la inspecci¨®n', afirma. Abad aplaude a la ministra de Sanidad, Celia Villalobos, que tras la muerte de una paciente se comprometi¨® a perseguir las cl¨ªnicas clandestinas.
La afirmaci¨®n de la ministra, en cambio, indigna a Carmen Flores, presidenta de Adepa: 'Ahora dice que no va a permitir lo que ya ha permitido'. Flores reparte las culpas entre ambas administraciones porque 'las cl¨ªnicas afloran por su permisividad'. Seg¨²n Adepa, las quejas recibidas por intervenciones de est¨¦tica suponen el 6% del total, cuando esa actividad no representa ni el 1% del total de las operaciones.
Lagunas legales y laberintos administrativos
En Espa?a no existe una titulaci¨®n acad¨¦mica espec¨ªfica para practicar la cirug¨ªa con la finalidad del mero embellecimiento del demandante. No existen los cirujanos est¨¦ticos a secas. La ¨²nica especialidad relacionada con este tipo de pr¨¢cticas reconocida es la cirug¨ªa pl¨¢stica, reparadora y est¨¦tica.
Desde la Sociedad Andaluza de Cirug¨ªa Pl¨¢stica (SACP) se aclara que algunos especialistas -como los otorrinolaring¨®logos o los cirujanos maxilofaciales- tambi¨¦n est¨¢n habilitados para hacer operaciones est¨¦ticas en su campo. Pero siempre que un m¨¦dico general sin ning¨²n t¨ªtulo de especialista acomete una intervenci¨®n pl¨¢stica incurre en intrusismo.
Las lagunas normativas y los laberintos administrativos abonan el terreno para estas pr¨¢cticas ilegales que van en detrimento de las garant¨ªas del paciente.
Seg¨²n el presidente de la SACP, Miguel Luanco, el problema es que existe un vac¨ªo legal, porque aunque s¨®lo los especialistas est¨¢n capacitados para hacer estas intervenciones, 'cualquier licenciado en medicina y cirug¨ªa en teor¨ªa puede hacer de todo'.
Algunos t¨¦cnicos de la administraci¨®n sanitaria andaluza creen que esa laguna queda subsanada con el filtro que supone que Salud no conceda autorizaci¨®n para centros de cirug¨ªa pl¨¢stica nada m¨¢s que a aquellos en los que hay especialistas y que re¨²nen una serie de requisitos.
Pero adem¨¢s est¨¢n los vericuetos administrativos. Una cl¨ªnica que est¨¦ trabajando ilegalmente porque carezca del permiso sanitario correspondiente -es el caso de las seis expedientadas en M¨¢laga- puede ser instada por la Consejer¨ªa de Salud al cese de la actividad. Pero las delegaciones no pueden disponer su cerrojazo inmediato porque carecen de capacidad ejecutiva.
Y hay m¨¢s. Todas estas irregularidades pueden ser perseguidas s¨®lo por la v¨ªa administrativa, bien por publicidad enga?osa, por no disponer del permiso preceptivo o por extralimitarse en la autorizaci¨®n concedida. Pero para llegar a la v¨ªa penal -generalmente a ra¨ªz de la interposici¨®n de una denuncia por parte de un paciente- debe probarse que la operaci¨®n fue realizada por un m¨¦dico no capacitado y que se cometi¨® un delito de intrusismo.
En M¨¢laga, a cuenta de las inspecciones se ha originado un enfrentamiento entre la Junta y el Colegio M¨¦dico. Ante los controles administrativos, algunos establecimientos se escudaron en un informe de la entidad profesional sobre la Ley de Protecci¨®n de Datos para no dar las historias cl¨ªnicas de sus pacientes, un dato esencial para comprobar si hicieron operaciones para las que no estaban autorizados. Mientras Salud estudia presentar una demanda contra las cl¨ªnicas por obstrucci¨®n a su labor inspectora, la instituci¨®n m¨¦dica se defiende argumentando que se limit¨® a informar a sus colegiados de los efectos de la ley.
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