Extranjer¨ªa, malos tratos y buenas intenciones
El joven ecuatoriano Wilson Pacheco, que apareci¨® muerto en las aguas del puerto de Barcelona tras haberse visto involucrado en una pelea con guardias privados del Marem¨¤gnum, y el solista de trompeta de la Simf¨°nica de Barcelona, el estadounidense Rodney Mack, que sufri¨® una brutal paliza a manos de polic¨ªas que le confundieron con un delincuente, son las dos ¨²ltimas v¨ªctimas conocidas de una violencia racista desproporcionada perpetrada por quienes tienen la misi¨®n de garantizar los derechos de los ciudadanos. Una violencia que empa?a la credibilidad de los cuerpos p¨²blicos y privados de seguridad, y que suele salir a la luz cuando el apaleado resulta ser, no un inmigrante sin papeles que supuestamente se resisti¨®, sino un ciudadano honorable, o cuando la aparici¨®n de un cuerpo en el mar no se puede justificar con el argumento de que los guardias actuaron en defensa propia.
Si en el curso de la 'aplicaci¨®n de la violencia indispensable' por unos vigilantes privados para evitar que alguien que molesta entre en un local, este ciudadano cae al mar y aparece muerto, los guardias cometen como m¨ªnimo un delito de homicidio involuntario y negativa de auxilio.
Si cuatro agentes de polic¨ªa que realizan un seguimiento que debe concluir con la detenci¨®n de un delincuente no son capaces de inmovilizarlo y esposarlo mediante las t¨¦cnicas que se supone que dominan sin producirle da?os m¨²ltiples, o los polic¨ªas carecen de la profesionalidad necesaria o bien golpearon de forma reiterada al presunto delincuente que ten¨ªan tumbado en el suelo, y si adem¨¢s esos polic¨ªas no llevan uniforme, se supone que la persona a la que pretenden reducir puede considerar que se trata de un robo o de una agresi¨®n racista, como pudo pensar el trompetista Rodney Mack, detenido por error el pasado 15 de enero en Barcelona. Se supone que el procedimiento policial establece que los agentes deben identificarse y proceder a inmovilizar al sospechoso con la m¨ªnima violencia y sin pretender vengarse. Por ello, y a la espera de que la autoridad judicial aclare los hechos, parece que en el caso del trompetista o bien la polic¨ªa no se identific¨® con suficiente claridad, cosa que motiv¨® que corriera y se defendiera, o los agentes, convencidos de su supuesta culpabilidad, le propinaron unos merecidos golpes, justificados despu¨¦s por una supuesta actitud violenta del detenido y la habitual resistencia a la autoridad. Lo mismo que argumentan en tantas ocasiones los vigilantes privados. Y evidentemente la palabra de un subsahariano o la de un ecuatoriano que tal vez iba bebido suele valer menos que la de polic¨ªas y guardias jurados.
Lo que no pudieron prever es que el detenido, adem¨¢s de no ser ni un delincuente ni un 'negro sin papeles', es un prestigioso trompetista de nacionalidad estadounidense. ?Todo ocurri¨® por culpa de los nervios del m¨²sico, que reaccion¨® equivocadamente? ?Habr¨ªa trascendido este lamentable error si el agredido hubiera sido un inmigrante irregular? Y en el caso del ecuatoriano muerto, ?habr¨ªa podido rebatir que los guardias no actuaron en defensa propia si no hubiera sido arrojado al mar y tras ser atendido de la rotura de una costilla hubiera puesto una denuncia contra ellos?
Estos lamentables hechos han coincidido con la dimisi¨®n de ?ngel Miret, responsable de Inmigraci¨®n de la Generalitat, que dej¨® su cargo por la dificultad de cumplir unos objetivos de integraci¨®n llenos de buenas intenciones, pero imposibles de alcanzar si todas las admistraciones, incluidos los distintos departamentos de la Generalitat, no trabajan coordinadamente con voluntad pol¨ªtica y unas dotaciones presupuestarias necesarias. Jordi Pujol ha nombrado en su lugar a Salvador Obiols, antes directivo del departamento deJuventud, tras sondear nombres como el del jesuita Enric Puig, que dirigi¨® hace a?os Juventud, como el de Ignasi Garc¨ªa Clavel, antes responsable de prisiones y ahora de relaciones con las confesiones religiosas, y el del director de Acci¨® C¨ªvica, Josep Llu¨ªs Cl¨¨ries. Personas, tanto la nombrada como las propuestas, de una innegable calidad humana, pero que fracasar¨¢n si no tienen los medios econ¨®micos y materiales, y la complicidad de los distintos departamentos de la Generalitat -Servicios Sociales, Educaci¨®n, Interior- y de las otras administraciones, desde la Subdelegaci¨®n del Gobierno, hasta los funcionarios de polic¨ªa.
Para que una pol¨ªtica integradora de inmigraci¨®n funcione se necesitan recursos y voluntad pol¨ªtica. Nombrar a personas cargadas de buenas intenciones sin los medios ni la voluntad pol¨ªtica es abocarlos al fracaso.
Xavier Rius-Sant es periodista.Xavier Rius-Sant es periodista
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