El desquite de Corretja
El espa?ol se toma su victoria ante Alami, que se retir¨® por lesi¨®n, como prueba de que no reh¨²ye los partidos decisivos
Lo que muchas voces le hab¨ªan pedido se produjo ayer. ?lex Corretja tom¨® la responsabilidad de ganar, ante Marruecos, el quinto y decisivo punto y situ¨® a Espa?a en los cuartos de final de la Copa Davis. Lo hizo porque los capitanes, el G-3, se lo pidieron y porque tambi¨¦n ¨¦l ten¨ªa ganas de demostrar que no siente miedo ante la presi¨®n y las complicaciones. Salt¨® a la pista justamente despu¨¦s de que Juan Carlos Ferrero fuera derrotado por el n¨²mero uno rival, Younes el Aynaoui, por 7-6 (7-2), 6-0, 3-6, 0-6 y 6-3 en tres horas y 28 minutos y cuando el equipo espa?ol m¨¢s necesidad ten¨ªa de la victoria. Luego, ganaba ya a Karim Alami por 6-3 y 6-0 cuando ¨¦ste decidi¨® abandonar con evidentes problemas en el abductor derecho. Espa?a se impuso por 3-2 y deber¨¢ enfrentarse a Estados Unidos, all¨ª, a mediados de abril.
La elecci¨®n de Corretja no se desvel¨® hasta el ¨²ltimo momento. Su entrenador, Javier Duarte, se neg¨® a comentarla media hora antes de comenzar el partido. Los capitanes debatieron la noche anterior sobre la conveniencia de dar paso a Albert Costa en el quinto punto o de mantener a Corretja tal como estaba previsto desde el inicio. Tambi¨¦n ellos estaban pendientes de la decisi¨®n que tomase Marruecos entre Hicham Arazi y Karim Alami. Al final, ambos equipos optaron por los jugadores que menos han jugado este a?o. En el caso de Alami, un claro error, puesto que sus males f¨ªsicos se agudizaron en la pista y tuvo que abandonarla entre l¨¢grimas y recibiendo, eso s¨ª, el apoyo de sus compa?eros.
Sin embargo, para Corretja fue un momento importante. M¨¢s que por su victoria, que era previsible, por acallar las voces que se hab¨ªan levantado contra ¨¦l despu¨¦s de no jugar los individuales en la final de la Copa de 2000 ante Australia y de disputar s¨®lo el doble en la primera eliminatoria de 2001, que Espa?a perdi¨® en Holanda. Las dos veces fue alejado de los individuales por decisiones, m¨¢s o menos controvertidas, de sus capitanes que ¨¦l acept¨® a rega?adientes, pero convencido porque pensaba que era lo mejor para el equipo. Pero no todo el mundo lo entendi¨® as¨ª. Y las insinuaciones de cobard¨ªa le hicieron da?o. Por eso, cuando ayer el G-3 le pregunt¨® si se sent¨ªa en condiciones de afrontar el punto decisivo, su respuesta fue fulminante: 'S¨ª'. No le import¨® ni el nombre de su rival ni la responsabilidad de salvar una eliminatoria que, en general, se daba por ganada.
'Cuando ganamos el doble, con Joan Balcells, coment¨¦ a Costa que pensaba que era yo quien deb¨ªa disputar el ¨²ltimo partido si era decisivo. Me parec¨ªa una situaci¨®n muy injusta para ¨¦l. El agobio deb¨ªa pasarlo yo. Pero, para m¨ª, el verdadero h¨¦roe de esta eliminatoria ha sido ¨¦l. Porque ha aceptado las decisiones de los capitanes con honestidad y valent¨ªa y ha demostrado que lo m¨¢s importante es el equipo', dijo Corretja.
El esp¨ªritu de equipo que se vivi¨® en 2000, cuando Espa?a gan¨® su primera Ensaladera, estuvo siempre presente en Zaragoza. El G-3 jug¨® esa opci¨®n y obtuvo la complicidad de los cuatro tenistas. No hubo quejas ante ninguna de sus decisiones. Y todos asumieron que cada jugador dio lo mejor de s¨ª mismo.
Esta vez el protagonismo no fue para Ferrero, que ayer perdi¨® frente a El Aynaoui, el que estaba en mejor forma de los cuatro individualistas, tras agotar las cinco mangas. Fue una decepci¨®n, pero no hab¨ªa ninguna raz¨®n objetiva para pensar que Ferrero comenzara a enderezar el rumbo de sus confrontaciones anteriores. Si el marroqu¨ª le hab¨ªa ganado las cuatro veces que se hab¨ªan enfrentado, ¨¦sta era la peor ocasi¨®n para ¨¦l, que sal¨ªa de una lesi¨®n, hab¨ªa jugado s¨®lo dos partidos este a?o y andaba falto de ritmo. En cambio, El Aynaoui hab¨ªa ganado en Doha y disputado la tercera ronda en Australia. Todo ello se hizo patente en el partido. Ferrero perdi¨® porque dej¨® escapar sus oportuniades en la quinta manga -dos bolas de rotura en el cuarto juego- y porque estaba menos rodado.
Pero ah¨ª estaba Corretja dispuesto a vivir su gran d¨ªa. Preparado para llevar a Espa?a a los cuartos de final.
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