?Y qu¨¦ paso con el ¨¢ntrax?
Las pistas del FBI apuntan a un cient¨ªfico de EE UU como responsable del bioterrorismo
Bastaron unos miles de esporas en cuatro sobres con letra infantil para sembrar el p¨¢nico, colapsar el funcionamiento del Gobierno y causar cinco muertos. Estas cuatro cartas contaminadas con carbunco (¨¢ntrax) fueron las armas del primer ataque bioterrorista jam¨¢s perpetrado contra Estados Unidos, una operaci¨®n barata, sencilla, sorprendente e incre¨ªblemente efectiva. Despu¨¦s de muchas vueltas, el FBI est¨¢ convencido de que su autor es un cient¨ªfico estadounidense. Pero, a falta de pistas, los investigadores s¨®lo conf¨ªan en que alguien cercano al culpable lo denuncie ante la polic¨ªa.
Las primeras sospechas apuntaron a Al Qaeda. El vicepresidente, Dick Cheney, asegur¨® que la investigaci¨®n deb¨ªa presuponer la responsabilidad de Osama Bin Laden. A las pocas semanas, sin embargo, empez¨® a despuntar la teor¨ªa de una operaci¨®n casera, obra de un cient¨ªfico solitario que tuviera muy a mano el carbunco, lo bastante como para contaminar y enviar las cartas apenas una semana despu¨¦s del 11 de septiembre. Los objetivos, entre ellos un grupo de prensa sensacionalista y dos senadores relativamente desconocidos, parec¨ªan demasiado locales para Irak o Rusia. La variedad del carbunco empleado, del tipo Ames, proced¨ªa de Estados Unidos.
Cinco meses despu¨¦s de la primera muerte, el FBI parece saber tanto como al principio, es decir, poco. No ha habido nuevas amenazas, no se ha descubierto nada sobre el responsable, el caso ha pasado a un discreto olvido. Pero los agentes siguen investigando. Acaban de multiplicar la recompensa por cualquier informaci¨®n: 2,5 millones de d¨®lares. 'Desde que no salimos tanto en los peri¨®dicos, nos llaman menos personas, pero lo que nos dicen tiene m¨¢s sentido. Contamos mucho con la colaboraci¨®n ciudadana', dijo una portavoz del FBI.
'La lecci¨®n m¨¢s importante de los errores de la investigaci¨®n es que sabemos muy poco sobre el ¨¢ntrax', coment¨® Richard Betts, experto en seguridad de la Universidad de Columbia y ex miembro de la Comisi¨®n Nacional sobre Terrorismo, 'y, si se produjera un ataque masivo y m¨¢s organizado, sin duda descubrir¨ªamos que sabemos a¨²n menos de lo que nos parece'.
La semana pasada, el FBI difundi¨®, a trav¨¦s de la Sociedad Americana de Microbiolog¨ªa, una descripci¨®n del sospechoso. 'Es muy posible que ustedes conozcan a la persona que mand¨® las cartas. (...) Por su selecci¨®n del Bacillus anthracis, creemos que ha tenido acceso a agentes biol¨®gicos en alg¨²n momento. Parece alguien muy organizado y meticuloso. Seguramente le gusta funcionar por su cuenta y puede haber trabajado en laboratorios fuera del horario regular. Ustedes pueden ayudarnos a identificarle'. Es un perfil parecido al de Theodore Kaczynski, Unabomber, el genial profesor de matem¨¢ticas que durante 18 a?os y desde su caba?a de Montana mand¨® paquetes bomba por todo el pa¨ªs, matando a tres personas e hiriendo a otras 28. El FBI s¨®lo dio con ¨¦l, en 1996, porque su hermano lo denunci¨®.
Pero en ese perfil encajan muchas hip¨®tesis. 'Fabricar este ¨¢ntrax exige conocimientos muy rudimentarios. Aislar la bacteria es muy sencillo, se aprende en los seis primeros meses de microbiolog¨ªa. Luego hay que convertirla en polvo, una t¨¦cnica relativamente b¨¢sica en la ingenier¨ªa farmac¨¦utica o la industria de pesticidas. Hay que encontrar la persona que conozca estas dos ¨¢reas, y s¨®lo puede haber unos cientos de sospechosos', explic¨® Richard Ebright, microbi¨®logo de la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey), donde el FBI ha llevado a cabo sus ¨²ltimas pesquisas. 'Desde que pasaron los agentes por la Universidad, hemos estado pregunt¨¢ndonos qui¨¦n puede ser. Quiz¨¢ alguien que haya estudiado aqu¨ª y que ahora trabaje en el sector privado'.
Abigail Salyers, presidenta de la Sociedad Americana de Microbiolog¨ªa, tiene otra teor¨ªa: 'Es un tipo de carbunco muy elaborado, no se puede fabricar en cualquier parte, sobre todo en secreto, porque los cient¨ªficos, por naturaleza, somos muy fisgones y siempre intentamos averiguar en qu¨¦ trabajan nuestros colegas. La ¨²nica explicaci¨®n es que alguien rob¨® el carbunco de un laboratorio militar'.
Sobre los motivos hay otras muchas ideas. Quiz¨¢ el autor perdi¨® a alguien en los atentados, quiz¨¢ ten¨ªa ya intenci¨®n de llevar a cabo sus ataques y aprovech¨® la confusi¨®n del 11 de septiembre; quiz¨¢ esperaba forzar al Gobierno a proporcionar m¨¢s dinero para la guerra bacteriol¨®gica. Quiz¨¢ pertenezca a una milicia antigubernamental. Quiz¨¢ nunca se sepa.
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