'El patronato est¨¢ tracionando la voluntad de Oteiza'
La designaci¨®n de Alberto Rosales como director del Museo-Fundaci¨®n Jorge Oteiza, que se construye en Alzuza, cerca de Pamplona, ha abierto la mayor crisis vivida en el patronato que gestiona el legado que el escultor oriotarra cedi¨® hace una d¨¦cada al pueblo navarro. Cuatro de sus ocho miembros han impugnado el nombramiento y defienden el derecho del representante legal del escultor, el pamplon¨¦s Carlos Catal¨¢n, a integrarse en ¨¦l. Catal¨¢n, de 53 a?os, conservador, cr¨ªtico y comisario de exposiciones, defiende el derecho de Oteiza a supervisar su 'sue?o vital'.
Pregunta. ?Quiere usted dirigir el Museo-Fundaci¨®n Oteiza?
Respuesta. Mi aspiraci¨®n no pasa en absoluto por ser director de la fundaci¨®n, si bien es cierto que en un documento remitido por Jorge a los miembros del patronato hace unos meses dijo que me ve¨ªa como la persona indicada para dirigirlo. Jorge ¨²nicamente opin¨®, sin capacidad legal para imponer nada.
'Decir que el museo se abrir¨¢ a finales de 2002 es de una alarmante irresponsabilidad'
'Esto es un p¨¢ramo absoluto y hemos cumplido diez a?os del legado'
P. ?Por qu¨¦ le eligi¨® a usted como representante art¨ªstico?
R. Jorge Oteiza me conoce desde 1968. Hemos tenido una buena relaci¨®n nunca interrumpida y confi¨® en m¨ª como int¨¦rprete legal de su pensamiento y legado intelectual. En ese terreno decidi¨® que yo le representara a efectos art¨ªsticos y como albacea ¨²nicamente de su legado intelectual y me nombr¨® miembro del patronato por el deseo de que una persona de confianza hiciera de puente para tenerle informado, adem¨¢s de corregir la inactividad que padec¨ªa el patronato.
P. Afirman ustedes que el patronato est¨¢ 'traicionando' la voluntad del fundador.
R. Es cierto. S¨®lo hay que releer los art¨ªculos fundacionales del convenio de 21 de octubre de 1996 para recordar la finalidad del legado: ordenaci¨®n, catalogaci¨®n, formaci¨®n est¨¦tica del ni?o como derecho del hombre, estudio de la cultura ling¨¹¨ªstica preindoeuropea, concretamente del euskera y de su identidad original como prehistoria est¨¦tico-ling¨¹¨ªstica, difusi¨®n de la obra escult¨®rica del fundador, catalogaci¨®n inmediata, contrastada y cr¨ªtica de la obra escult¨®rica, sin olvidar que si la fundaci¨®n tiene alg¨²n sentido es servir de est¨ªmulo a j¨®venes generaciones en la investigaci¨®n experimental comparada en el campo de la est¨¦tica.
P. ?Y qu¨¦ hay de todo eso?
R. ?Nada de nada? Esto es un p¨¢ramo absoluto y hemos cumplido diez a?os del legado. A pesar de que la portavoz del patronato, Jaione Apalategi, procuraba tener relaci¨®n peri¨®dica y fluida con Jorge para informarle, la correlaci¨®n de fuerzas del patronato y el dise?o y estilo impreso por su presidente, Juan Huarte, lo estaban convirtiendo en una especie de fundaci¨®n de damas de ropero de un barrio rico de ciudad que se re¨²nen dos veces al a?o y ya est¨¢. Eso no es serio. La fundaci¨®n debe ser el motor de todos los sue?os plasmados por Jorge en los estatutos. Aun sin estar acabada la caja dise?ada por S¨¢enz de Oiza en Alzuza, como en cualquier museo del mundo, un equipo con objetivos claros de planificaci¨®n museogr¨¢fica deb¨ªa estar trabajando desde hac¨ªa a?os, y el equipo no existe.
P. El Gobierno navarro ha anunciado que el museo se abrir¨¢ al p¨²blico a finales de 2002.
R. Eso es de una irresponsabilidad alarmante, adem¨¢s de ser imposible desde el punto de vista t¨¦cnico y material. ?Pero si ni siquiera hay proyecto de rehabilitaci¨®n de la propia casa de Jorge Oteiza! ?Qu¨¦ se busca con ese anuncio? ?Una foto? ?Qu¨¦ venga el Rey a descorrer una cortinilla y al d¨ªa siguiente s¨®lo haya un globo lleno de aire? Eso no se puede consentir.
P. ?Se ha iniciado, como dijo el director general de Pr¨ªncipe de Viana y miembro del patronato Juan Ram¨®n Corpas, el cat¨¢logo razonado del legado art¨ªstico?
R. Eso es literalmente falso. Lo ¨²nico que se ha hecho, y en condiciones tercermundistas, es el inventario de toda la obra legada por Jorge al pueblo navarro. Y gracias a la tarea heroica de los dos t¨¦cnicos, Carlos Mart¨ªnez y Pilar del Valle de Lersundi.
P. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ con la firma del contrato de direcci¨®n anunciada con Alberto Rosales?
R. Que est¨¢ condenada a ser nula. El juzgado de A¨®iz tramita la demanda judicial interpuesta contra ¨¦se y otros acuerdos.
P. ?C¨®mo deber¨ªa elegirse al director del Museo-Fundaci¨®n?
R. Ser¨ªa necesario un concurso restringido, sin reparar en gastos, de personas con experiencia probada en el terreno muse¨ªstico, en las vanguardias art¨ªsticas y conocedor a fondo de la obra del fundador, adem¨¢s de contar, obviamente, con su aprobaci¨®n. En el caso de Alberto Rosales, Oteiza ya ha dicho expl¨ªcitamente que no lo considera adecuado y rechaza su nombramiento. No es verdad que Rosales tenga relaci¨®n fluida con Jorge Oteiza. En realidad, Jorge se niega rotundamente a verle y tenemos razones sobradas para ser reticentes sobre su nombramiento debido a actuaciones llevadas a cabo en relaci¨®n con su obra.
P. ?En qu¨¦ argumentos jur¨ªdicos basan su pretensi¨®n de ser aceptado como el noveno integrante del patronato?
R. En dos indiscutibles. El art¨ªculo octavo de los estatutos, que dice: 'Quedando a salvo el derecho y facultad del fundador para establecer en el patronato cualquier otro cargo con funci¨®n espec¨ªfica que lo estime conveniente'. Y el Fuero Nuevo de Navarra, cuya ley s¨¦ptima establece: 'La voluntad unilateral del fundador prevalecer¨¢ sobre cualquier fuente de derecho'. El Gobierno navarro acept¨® la plena legalidad del documento firmado por Oteiza design¨¢ndome su enlace personal en el patronato.
P. ?No ser¨ªa incompatible la pertenencia al patronato, la representaci¨®n personal del fundador y la direcci¨®n del museo?
R. Reitero que no es mi pretensi¨®n dirigir el museo, pero, dicho esto, hay muchos ejemplos en museos del mundo compatibilizando ambas funciones.
P. ?Qui¨¦n es, a su juicio, el responsable de la crisis en el seno de la fundaci¨®n?
R. El conflicto ha sido provocado por la incapacidad y la cerraz¨®n irresponsable del Gobierno de Navarra y el desprecio a la voluntad del fundador, que est¨¢ vivo y muy l¨²cido, sobre todo en lo relacionado con su obra.
P. ?Por qu¨¦ se ha iniciado ahora la itinerancia internacional de la obra escult¨®rica sin esperar a la apertura del museo?
R. Por expreso deseo de Oteiza. Queremos el reconocimiento internacional en vida que en justicia le corresponde. Jorge tiene ya 93 a?os y no caben m¨¢s demoras. En Estados Unidos la expectaci¨®n es enorme. Le esperan, a partir de febrero de 2003, Nueva York, Los ?ngeles, Nevada, Chicago y Houston. El nuevo Museo de Arte Contempor¨¢neo de Nevada se quiere inaugurar con una gran retrospectiva de Oteiza. Frank Gehry se ha ofrecido personalmente para organizar el espacio expositivo en el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Los ?ngeles. Estamos trabajando en la elevaci¨®n de escala de sus maquetas, porque si un d¨ªa el artista nos falta, no se podr¨¢n tocar. Y Jorge est¨¢ convirtiendo sus experimentos en obras emocionantes, en algunos casos monumentales, para la itinerancia americana. Est¨¢ descartando piezas, modificando otras y d¨¢ndole vocaci¨®n de escala media o monumental a cada una con esa expresi¨®n suya tan personal para algo acabado: 'Ahora est¨¢ contenta'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.