Atenci¨®n hospitalaria
Quisiera denunciar unos hechos y, en memoria de mi padre, Manuel Sierra Canto, dejar constancia, en estas l¨ªneas, de lo ocurrido en observaci¨®n del hospital Virgen del Roc¨ªo de Sevilla. Mi padre ingres¨® sobre las 9.30 horas del d¨ªa 19 de enero por un empeoramiento de su enfermedad, c¨¢ncer pulmonar, y con antecedentes de insuficiencia respiratoria cr¨®nica, una reagudizaci¨®n bronquial y una disnea. Cuando fui a verle, cu¨¢l no ser¨ªa mi sorpresa cuando lo encuentro en un sill¨®n, departamento al que llaman los facultativos 'estancias cortas' pues es para enfermos con patolog¨ªas leves que requieran unas horas de observaci¨®n para, posteriormente, dar el alta o ser ingresado. Mi sorpresa fue may¨²scula dada la gravedad de mi padre. Me puse en contacto con la responsable de esta unidad, una residente a la cual comento y ruego que mi padre estar¨ªa mejor semiacostado en una cama y que no era lo m¨¢s aconsejable tenerlo en un sill¨®n, con ox¨ªgeno, un aparato para la medici¨®n de su ritmo cardiaco y una manta a sus pies, la cual me comenta que no depende de ella si no del jefe cl¨ªnico, que ordena y manda qui¨¦n ingresa, c¨®mo y cu¨¢ndo. Seguidamente hablo con el doctor Alcaide y me dice que mi padre est¨¢ para ingresarlo pero me remite a otro doctor, Fern¨¢ndez Sosbilla, para darme una serie de explicaciones no muy apropiadas y poco entendibles, y darnos el no por respuesta. Este se?or, a instancias de su jefe cl¨ªnico, nos dice que no puede proceder a nuestro ruego y nos dice que hay otras prioridades.
Sobre las 6.30 horas del d¨ªa 20, mi padre entr¨® en parada cardiorrespiratoria sentado, desgraciadamente, en un maldito sill¨®n, saliendo de la parada pero con un estado m¨¢s que cr¨ªtico e informando de este hecho, incomprensiblemente, cuatro horas m¨¢s tarde y falleciendo poco despu¨¦s.
Doy mi agradecimiento a la doctora que me comunic¨® este fatal desenlace y sus debidas explicaciones, a la cual comento todas las vicisitudes pasadas y, con cara sorprendida, no sabe c¨®mo excusar a sus compa?eros. S¨®lo cabe agradecimiento al personal de la unidad de hospitalizaci¨®n domiciliaria del Virgen del Roc¨ªo por su dedicaci¨®n, amor humano y comprensi¨®n para estos enfermos cr¨®nicos y casi desahuciados, y por haber aliviado en lo posible el sufrimiento de mi padre. Gracias por vuestra profesionalidad.
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