La gallina ciega
Al comienzo de la anterior legislatura, el biso?o Gobierno de Aznar, necesitado de los votos nacionalistas a fin de completar su mayor¨ªa en el Congreso, recurri¨® a los globos sonda como procedimiento para medir la reacci¨®n de sus socios parlamentarios y comprobar la situaci¨®n meteorol¨®gico-pol¨ªtica de la opini¨®n p¨²blica; si las medidas oficiosamente filtradas provocaban excesivo rechazo (al estilo del medicamentazo), los desmentidos oficiales permit¨ªan al PP replegarse a tiempo sin perder la cara. Desde que los populares disponen de una desahogada mayor¨ªa absoluta, el presidente del Gobierno ha cambiado el tenderete de venta de melones a cala y a prueba por el patio del colegio para jugar a la gallina ciega: mientras la invidente oposici¨®n se apresura a criticar las leyes y medidas anunciadas de manera imprecisa y confusa por el ministro de turno, el Gobierno se burla de sus errores.
Tras el ensayo general con todo de la Ley Org¨¢nica de Universidades (LOU), aprobada por la mayor¨ªa parlamentaria del PP con alevos¨ªa y nocturnidad durante el verano, el Gobierno ha resuelto aplicar el juego de la gallina ciega a la educaci¨®n secundaria (y tal vez tambi¨¦n a la primaria). Las l¨ªneas generales del borrador de la Ley de Calidad de la Ense?anza (LOCE) siguen guardadas bajo siete llaves en alg¨²n sepulcro del Ministerio de Educaci¨®n, caso de que hayan sido escritas. Sin embargo, las ruidosas anticipaciones divulgadas la pasada semana por la ministra y la secretaria general del departamento y por el ministro portavoz hicieron caer inocentemente a la oposici¨®n en la trampa de construir con esos d¨¦biles mimbres rotundas o pintorescas descalificaciones de un texto inexistente o al menos desconocido. La consejera de Educaci¨®n del Gobierno vasco lleg¨® al extremo de utilizar la delicada expresi¨®n terrorismo institucional para expresar su descontento: una descripci¨®n que resultar¨ªa c¨®mica si no fuese tan dram¨¢tica la situaci¨®n del Pa¨ªs Vasco.
El primer conejo sacado de la chistera ministerial fue la futura Prueba General de Bachillerato (PGB), que desempe?ar¨ªa el papel de filtro para el ingreso a la Universidad despu¨¦s de la supresi¨®n por la LOU de la selectividad. La inconcreci¨®n de la noticia respecto a los procedimientos, los tribunales y los programas de la resucitada rev¨¢lida hace ocioso cualquier pronunciamiento -a favor o en contra- de la iniciativa: los portavoces del PSOE, sin embargo, picaron el anzuelo en medio del justificado alborozo de los medios de comunicaci¨®n al servicio del PP. La tesis socialista seg¨²n la cual la implantaci¨®n de la PGB significar¨ªa el regreso a la noche oscura del franquismo es simplemente una tonter¨ªa; gusten o no los objetivos extrapedag¨®gicos incluidos en la agenda oculta de la LOCE, la rev¨¢lida concebida como examen de ¨¢mbito estatal ¨²nicamente se propone asegurar un adecuado nivel de la ense?anza del castellano y de la historia y la geograf¨ªa de Espa?a en las comunidades biling¨¹es.
El juego de la gallina ciega puesto en pr¨¢ctica por el Gobierno, a trav¨¦s de las filtraciones parciales e interesadas de su fantasmal borrador, dificulta el debate informado, razonado y sereno que la LOCE exige. La encrucijada de itinerarios -hacia el bachillerato, la formaci¨®n profesional, la inserci¨®n laboral y la garant¨ªa social- afrontada por los estudiantes de la Ense?anza Secundaria Obligatoria (ESO) o las dificultades creadas por la promoci¨®n autom¨¢tica no son cuestiones que se pueden despachar a la ligera. Los porcentajes de fracaso escolar y las antolog¨ªas de faltas de ortograf¨ªa o contestaciones disparatadas de los alumnos en los ex¨¢menes son presentados al tribunal de la opini¨®n como pruebas irrefutables del acta de acusaci¨®n contra la normativa socialista. Pero el simplista enfoque monocausal que hace recaer sobre la legislaci¨®n del PSOE todos los males del sistema educativo, derivados de una compleja constelaci¨®n de factores, es casi tan fr¨ªvolo como la tentativa de atribuir a la futura LOCE una capacidad milagrera digna de la purga de Benito. La eventual aplicaci¨®n al estado de la educaci¨®n en Espa?a de la humor¨ªstica Ley de Murphy ('si algo puede salir mal, saldr¨¢ mal') servir¨ªa para recordar al Gobierno que una situaci¨®n nunca es tan mala como para que no puedan empeorarla considerablemente quienes tratan de arreglarla.
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