Una mujer sin mordaza
Una m¨¦dico malague?a participa en proyectos humanitarios en Somalia y Afganist¨¢n
Nines parece fr¨¢gil y t¨ªmida, pero en cuanto abre la boca destruye las apariencias. Acaba de llegar de Somalia, donde ha trabajado durante tres meses en un proyecto de M¨¦dicos sin Fronteras (MSF) y no pierde puntada para denunciar la situaci¨®n de aquel pa¨ªs africano. El testimonio forma parte de su trabajo. Un slogan de la ONG lo resume mejor que nadie: 'A veces llevamos mascarilla. Nunca mordaza'. La frase alude a la concepci¨®n que tiene la organizaci¨®n de que la denuncia es 'otra forma de curar'. Y Mar¨ªa ?ngeles Lima Parra es una mujer sin mordaza. Por eso cuenta que Somalia lleva diez a?os sumida en una cruenta guerra civil, que el pa¨ªs carece de estructura de atenci¨®n primaria y que no tiene ni gobierno.
Ha sido su primera misi¨®n como m¨¦dico de MSF. Marbell¨ª, de 31 a?os y especialista en medicina de familia, trabajaba en un centro de salud de Granada cuando la ONG le encomend¨® su primer desaf¨ªo. Aunque dice que empez¨® la carrera con la idea de dedicarse a la acci¨®n humanitaria, confiesa que la llegada a Somalia le impact¨®: 'El choque cultural es tremendo porque all¨ª no hay nada. Es duro al principio, pero te adaptas. Cuando te vas crees que echar¨¢s de menos muchas cosas porque aqu¨ª tienes de todo, pero despu¨¦s all¨ª te das cuenta que necesitas muy poco'.
Reconoce, eso s¨ª, que a veces anhelaba un plato de jam¨®n serrano con una cerveza fresquita y una buena pel¨ªcula. 'Y la familia y los amigos, por supuesto...' Como compensaci¨®n, dice que el trabajo humanitario le ha aportado la satisfacci¨®n personal de poder ayudar a los dem¨¢s, la oportunidad de conocer otra gente con otros valores y de meterse en las entra?as de una cultura diferente.
No tiene ataduras. 'Ni de pareja ni de hipotecas', bromea. Despu¨¦s desgrana que trabaj¨® en el hospital Costa del Sol (Marbella) y en el Torrec¨¢rdenas (Almer¨ªa), pero que finalmente decidi¨® hacer lo que siempre le hab¨ªa rondado la cabeza. Un master en medicina tropical para trabajar en una ONG. Se fue a estudiar a Barcelona y all¨ª contact¨® con MSF. Fue seleccionada, pero acept¨® el empleo en Granada mientras sal¨ªa una misi¨®n. En octubre lleg¨® la hora. Un proyecto para mejorar la calidad asistencial del personal de MSF en Somalia.
All¨ª tuvo que respetar el ritual de los sheiks (santones) que queman la piel de sus pacientes para curar afecciones, vio ceremonias en las que los ni?os eran rociados con sangre de camello para ponerlos a salvo de la anemia y asisti¨® a mujeres sometidas a una ablaci¨®n.
A finales de enero volvi¨® a M¨¢laga. Apenas se ha quedado tres semanas para ver a la familia y a los amigos, denunciar 'el olvido' del conflicto somal¨ª y concederse esa cerveza que ten¨ªa pendiente consigo misma. En unos d¨ªas partir¨¢ hacia Afganist¨¢n. Dice que a la vuelta contar¨¢ lo que ha visto. Y a?ade con una sonrisa: 'Inch? Al-Lah' (Si Al¨¢ quiere)'.
Con un pie en Afganist¨¢n
La misi¨®n en Afganist¨¢n ser¨¢ algo m¨¢s larga. Seis meses, por lo menos. Se trata de un proyecto para rehabilitar el hospital de Yakawlang, a 225 kil¨®metros de la capital, Kabul. Adem¨¢s, Nines deber¨¢ trabajar para poner en marcha tres centros de salud, llevar a cabo programas de vacunaci¨®n y realizar controles sobre nutrici¨®n infantil. Ya tiene pensada hasta su indumentaria. 'Burka no, un vestido tradicional afgano por respeto y para evitar problemas. Espero que los burkas los hayan quemado todos'. Como en su anterior misi¨®n, ir¨¢ cargada con una provisi¨®n de m¨²sica y libros. Est¨¢ ansiosa. La experiencia de trabajar codo a codo con afganas y de asistirlas como pacientes le parece todo un privilegio: 'Voy a tener la oportunidad de trabajar con mujeres olvidadas durante tanto tiempo... olvidadas de toda participaci¨®n social y pol¨ªtica. Estar con ellas ser¨¢ seguramente muy interesante'. Nines es apenas uno m¨¢s de los 55 andaluces que han participado en proyectos de MSF desde que se abri¨® la Delegaci¨®n de Andaluc¨ªa y Extremadura en 1993. Casi todas las misiones se han concentrado en ?frica y Am¨¦rica Latina. Una labor que, en parte, ha sido posible gracias al apoyo de cerca de 15.000 socios y donantes. Las aportaciones privadas suponen el 75% de los fondos de la organizaci¨®n. A fin de mantener su independencia, MSF s¨®lo permite contribuciones institucionales hasta el 25%. 'Y lo m¨¢s diversificadas posible para garantizar esa independencia', aclara el presidente de la delegaci¨®n, V¨ªctor G¨®mez. Y agrega: 'A la Administraci¨®n central no le pedimos ni un duro, ni lo recibimos tampoco, en desacuerdo con su pol¨ªtica de cooperaci¨®n, que est¨¢ subordinada a la pol¨ªtica exterior de Espa?a y no a las necesidades de los pa¨ªses. La cooperaci¨®n es en realidad una pol¨ªtica auxiliar de la pol¨ªtica exterior'. Aunque reconoce 'voluntad pol¨ªtica' en la Junta de Andaluc¨ªa a la hora de apoyar a las ONGs, admite que le gustar¨ªa que el proyecto de Ley de Cooperaci¨®n que prepara la Administraci¨®n auton¨®mica recogiera de forma m¨¢s clara su compromiso con la acci¨®n humanitaria, un campo que difiere de la sensibilizaci¨®n y la cooperaci¨®n y que es en el que trabaja MSF.
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