En el reino de las hayas
Viejos ¨¢rboles pueblan las orillas de este afluente del Jarama cerca del famoso bosque acotado de Montejo
En un mundo que se rige por la ley de la oferta y la demanda, las hayas tienen el creciente valor de que cada vez son menos y la gente que desea verlas es mogoll¨®n. Nos referimos, claro est¨¢, al mundo y a la gente de Madrid y alrededores, porque en el norte de Espa?a hay hayas a pat¨¢s y no digamos ya en el centro y el noroeste de Europa, donde hasta las tablas del v¨¢ter se hacen de haya. Por eso, al madrile?o que no lo sabe y que entra por primera vez en una tienda sueca de decoraci¨®n, al ver muebles a porrillo de una madera que ¨¦l considera poco menos que sagrada, le da tal vuelco el coraz¨®n que tiene que sentarse en un sill¨®n Po?ng de haya con tejido Gobo en gris claro / verde oliva o en una silla Kristian resistente y apilable en chapa de haya, lo que le pille m¨¢s a mano.
Las autoridades mantienen un 'corralito' ecol¨®gico en torno a los hayedos m¨¢s valiosos de la sierra
Que haya recesi¨®n de hayas en el entorno de Madrid no es bueno, pues indica que el clima se est¨¢ volviendo -por los motivos que sean- m¨¢s c¨¢lido y seco, pero casi peor es la histeria colectiva que, en los ¨²ltimos a?os, impulsa a los urban¨ªcolas a visitar los hayedos del Sistema Central como si les fuera la vida en ello, sobre todo en oto?o -se?al de que no han visto un hayedo en invierno, al desnudo las cortezas tersas, plateadas y tan radiantes, que a su lado oscurece la nieve-. Por su parte las autoridades mantienen un corralito ecol¨®gico en torno a los dos hayedos m¨¢s valiosos de la sierra: el de Tejera Negra (Guadalajara), cuyo acceso est¨¢ restringido a 150 veh¨ªculos para evitar aglomeraciones en oto?o, y el de Montejo (Madrid), que, salvo cita previa, est¨¢ cerrado con tranca.
Ajenas a la oferta y a la demanda y a la recesi¨®n, varias docenas de hayas -algunas de muy a?osa corpulencia- viven tan ricamente en la cabecera del valle del Ermito. Caminando no ha mucho a la vera de este r¨ªo que nace en las estribaciones suroccidentales del Pico del Lobo y que afluye al Jarama justo enfrente del hayedo de Montejo, no encontramos a nadie en todo el d¨ªa.
Estas ¨²ltimas palabras hay que repetirlas y repensarlas varias veces para sacarles el jugo, que no es poco: nadie en todo el d¨ªa, nadie... ?Junto al archifamoso hayedo de Montejo! Puede que estas l¨ªneas cambien la bendita soledad del Ermito, pero si con ello se mitiga la atracci¨®n obsesiva que los madrile?os sienten por el vecino bosque del corralito, nos daremos con un canto en los incisivos.
Para ir en busca del Ermito, lo mejor es salir a pie del aparcamiento del hayedo de Montejo en direcci¨®n a El Cardoso, cruzando el puente sobre el Jarama donde lindan Madrid y Guadalajara y continuando por la carretera unos 300 metros hasta coger la pista de tierra que nace en ¨¢ngulo cerrado a la izquierda.
Por dicha pista se asciende suavemente, sin extrav¨ªo posible y sin m¨¢s novedad que las formidables vistas al hayedo de Montejo, que ocupa la ladera de enfrente, hasta que, a 20 minutos del inicio, se presenta una bifurcaci¨®n. El ramal derecho lleva directo al valle del Ermito: la ladera que antes poblaba el hayedo es ahora una loma tapizada de apretado pinar de repoblaci¨®n, mientras que por la ladera de la pista, que es la de la margen izquierda del r¨ªo, menudean los robledillos y los regatos que bajan del Santuy, del collado del Agua Fr¨ªa y del Cerr¨®n, las jugosas praderas y las ancianas casillas de ganado: la de Rom¨¢n, la del t¨ªo Agust¨ªn, la de los Gorrinos.
A medida que la pista se acerca a la cabecera del valle, aparecen especies m¨¢s querenciosas del fr¨ªo y la humedad, como el acebo, e incluso hay un punto donde el camino est¨¢ flanqueado por un haya y un abedul tremendos y por dos tejos chiquituelos.
Aunque sin llegar a formar un aut¨¦ntico bosque, las hayas se presentan a partir de aqu¨ª en bonitos rodales. Y as¨ª hasta que, a dos horas y media del inicio, se rebasa una empalizada circular y la pista gira brusca a la derecha, alej¨¢ndose del r¨ªo Ermito en pos de la cumbre del Cerr¨®n. Pero ¨¦sta es otra soledad que habremos de buscar otro d¨ªa.
Un paseo f¨¢cil por pista forestal
- D¨®nde. El hayedo de Montejo dista 97 kil¨®metros de Madrid yendo por la carretera de Burgos (N-I) y desvi¨¢ndose nada m¨¢s pasar Buitrago hacia Gandullas, Pr¨¢dena del Rinc¨®n y Montejo de la Sierra. Dos kil¨®metros despu¨¦s de Montejo, avanzando en direcci¨®n a La Hiruela, sale a la izquierda la carretera que conduce a El Cardoso, por la que hay que avanzar seis kil¨®metros hasta llegar al hayedo. - Cu¨¢ndo. Cualquier ¨¦poca es buena para dar este paseo de cinco horas de duraci¨®n -16 kil¨®metros, ida y vuelta por el mismo camino-, un desnivel acumulado de 300 metros y dificultad baja. - Qui¨¦n. El Centro de Recursos de Monta?a de Montejo de la Sierra (Real, 1; tel¨¦fonos 91 869 70 58 y 91 869 72 17) gestiona las reservas para visitar el hayedo de Montejo y ofrece informaci¨®n sobre la sendas de la zona. Tambi¨¦n puede consultarse la gu¨ªa Andar por el macizo de Ayll¨®n (Editorial La Tienda), de Manuel Rinc¨®n. - Y qu¨¦ m¨¢s. A pesar de que no hay p¨¦rdida posible, pues la ruta propuesta discurre en todo momento por una amplia pista forestal, para hacerse una idea del terreno cabe llevar la hoja 20-18 (Tamaj¨®n) del Servicio Geogr¨¢fico del Ej¨¦rcito o el mapa Sierras de Ayll¨®n y Ocej¨®n, de La Tienda Verde (calle Maudes, n¨²meros 23 y 38; tel¨¦fono 91 534 32 57).
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