El enemigo del demonio
El cura Jos¨¦ Antonio Fortea explica los exorcismos de la Iglesia cat¨®lica
Los exorcismos no son s¨®lo ceremonias que ocurren en el cine. En el seno de la Iglesia cat¨®lica siguen practic¨¢ndose. Jos¨¦ Antonio Fortea, un sacerdote de Alcal¨¢ de Henares (Madrid), es un experto demon¨®logo que ha participado en 13 de estos ritos. Fue as¨ª como descubri¨® que es posible que la cabeza de una persona, como la de la ni?a de la pel¨ªcula El exorcista, d¨¦ la vuelta 360 grados. Sentado en su casa, rigurosamente vestido de negro salvo a la altura del cuello, describe con serenidad clerical el desarrollo de un ritual de exorcismo: 'A veces duran horas y horas y durante d¨ªas. El sacerdote se pone delante del poseso y recita oraciones especiales, le derrama agua bendita, le muestra el crucifijo, le unge con el santo crisma. Eso es el exorcismo, nada m¨¢s'.
'Escupen a los sacerdotes, los ojos se les ponen en blanco, una fuerza interna mueve sus cuerpos'
Aconseja que en una de estas sesiones 'haya por lo menos seis personas, aunque se trate de una mujer, porque se ponen muy furiosos y hacen mucha fuerza. Normalmente el poseso salta y hay que agarrarlo'. 'Durante el trance, escupen a los sacerdotes, los ojos se les ponen en blanco, una fuerza interna mueve sus cuerpos. Est¨¢n fuera de s¨ª, no son responsables de lo que hacen; despu¨¦s, cuando recuperan la conciencia, te piden perd¨®n'. En una ocasi¨®n, este sacerdote tuvo que emplear sus dos brazos para sujetar la cabeza de una mujer en pleno trance. Aun as¨ª, insiste en que el ritual, que se celebra en la iglesia con la puerta cerrada, dejar¨ªa fr¨ªo a cualquier espectador.
Fortea naci¨® en Barbastro (Huesca), 'en el mismo pueblo del fundador del Opus Dei', hace 33 a?os. Estudi¨® teolog¨ªa y su tesina es 'pr¨¢cticamente el ¨²nico trabajo acad¨¦mico teol¨®gico sobre exorcismo que hay en el mundo'. Ahora acaba de publicar un libro, Daemoniacum. Tratado de Demonolog¨ªa (Editorial Belacqua), que saldr¨¢ a la venta el 18 de febrero. Aquella tesina de Fortea le dio a conocer entre los sacerdotes, de tal forma que, cuando un cura se encuentra con un caso dudoso, le pide a ¨¦l que lo atienda para determinar si est¨¢n o no ante el maligno. El joven p¨¢rroco recuerda en su casa, sentado en un sill¨®n, medias y zapatillas de pa?o negras; un cuadro de angelotes le observa desde la pared: 'Me llegaron un caso y otro, y al final, soy yo quien atiende casi todos los que hay en Espa?a', dice sopesando cada palabra.
'Con experiencia lo ves claro. Cuando te encuentras con alguien que razona perfectamente y de pronto te dice: padre, yo hice espiritismo y desde entonces mi mujer me dice que por las noches a¨²llo y tomo posturas animales; padre, cuando entro en la iglesia me siento mal, me tengo que salir; padre, en algunos momentos es como si perdiera la consciencia y dijera cosas que no quiero decir, blasfemias, y esto no me hab¨ªa pasado nunca'. Esto es un caso claro, explica. La cura que llega mediante el exorcismo ser¨¢ para la Iglesia la prueba que confirmar¨¢ la verdadera posesi¨®n, pero Fortea advierte que, en la mayor¨ªa de los casos, s¨®lo son enfermedades mentales o ataques de epilepsia.
Para el psiquiatra Alberto Fern¨¢ndez Liria, jefe de servicio del hospital de Alcal¨¢ de Henares, estas manifestaciones son siempre patolog¨ªas psiqui¨¢tricas, aunque no niega que, a veces, la pr¨¢ctica del exorcismo surta efecto, porque ambos, el sacerdote y el paciente, creen en el remedio que se aplica.
Para la Iglesia, el demonio sigue siendo una verdad incontestable, un ser espiritual, no s¨®lo un s¨ªmbolo del mal. Entre los cat¨®licos hay exorcistas famosos como el padre Gabriel Amorth, en Roma, y el propio Juan Pablo II ha practicado alg¨²n exorcismo. Son las pr¨¢cticas de santer¨ªa, misas negras, espiritismos, lo que trae al demonio a nuestro mundo, dice Fortea. 'Sat¨¢n no elige a sus v¨ªctimas, son ellas las que lo invocan, aunque no lo sepan'. Entre esas v¨ªctimas hay gente de todas las edades y religiones y las ha habido en todas las ¨¦pocas. 'El demonio posee en todas partes'. Lo que no pueden, por suerte, es tener hijos, porque al no tener materia 'no puede enviar nada que fecunde un ¨®vulo'.
El sacerdote no quiere profundizar mucho m¨¢s. 'Con la cantidad de gente loca que intenta convencerte de que est¨¢ posesa, basta dar detalles para que los imiten a la perfecci¨®n'. 'En unos a?os no han sido m¨¢s de 30 las personas que se cre¨ªan pose¨ªdas, afortunadamente. Yo trato de convencerles, les mando a la Seguridad Social. Y la respuesta siempre es la misma: el loco ser¨¢ usted', dice con una sonora carcajada.
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