Operaciones
Juro que la f¨®rmula de Operaci¨®n Triunfo se me ocurri¨® a m¨ª durante una noche de insomnio, s¨®lo que yo hab¨ªa previsto realizarla con novelistas. No me digan que no les gustar¨ªa ver a un grupo de escritores encerrados en una academia, escribiendo cada uno un relato sobre el que la audiencia se pronunciar¨ªa una vez a la semana con la crueldad que le es caracter¨ªstica. Las novelas eliminadas ser¨ªan publicadas, desde luego, porque nunca se sabe d¨®nde est¨¢ el negocio, pero al final s¨®lo quedar¨ªa un libro ganador que explotar¨ªamos en todos los soportes anal¨®gicos y digitales. Les aseguro a ustedes que no hay nada m¨¢s excitante que ver por el ojo de la cerradura c¨®mo trabaja un escritor, sobre todo si tiene que competir con el escritor del ojo de la cerradura de la puerta de al lado.
Y si verlos trabajar resulta excitante, verlos no trabajar es de risa. Todav¨ªa hay escritores que aseguran a su c¨®nyuge y a sus amantes que necesitan acumular experiencias para tener ideas. No quiero adelantar lo que para un escritor significa el t¨¦rmino 'experiencia', ni la palabra 'idea', por si a¨²n hay alg¨²n productor interesado, pero creo que con la visi¨®n de un novelista en el trance de tener una 'experiencia' y una 'idea' superar¨ªamos los quince millones de espectadores. Mi programa diferir¨ªa en algunos aspectos sustanciales del de Nina. No digo que no hubiese un gimnasio, para guardar las formas, pero ser¨ªa m¨¢s interesante que hubiera una farmacia y un bar abiertos 24 horas al d¨ªa. Las clases principales ser¨ªan dadas por m¨¦dicos con el fin de crear una atm¨®sfera hipocondr¨ªaca y amenazante que facilitara la creaci¨®n literaria.
Algunos amigos a quienes he contado confidencialmente el proyecto me han preguntado que por qu¨¦ no hacer esta 'operaci¨®n triunfo' con poetas, en lugar de con novelistas. Ya lo hab¨ªa pensado yo, pero es que no me gustar¨ªa que acabara convirti¨¦ndose en un espacio de sucesos. Es preciso tener en cuenta que en literatura hay una relaci¨®n directa entre la excelsitud de los g¨¦neros y la peligrosidad de los escritores: cuanto m¨¢s sublime es una escritura, m¨¢s abominable es su autor. Y no se trata de hacer un programa basura, sobre todo despu¨¦s de la lecci¨®n de Rosa.
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