Vuelve Luis Enrique, vuelve el 'viejo' Bar?a
El medio, lesionado en Anfield, es la llave maestra del juego que pretende Rexach
Anfield. 20 de noviembre de 2001. Liverpool-Bar?a. Minuto 16. Luis Enrique se palpa el muslo de la pierna derecha con un gesto de dolor, se quita el brazalete de capit¨¢n, asiente con la cabeza y pide el relevo al doctor. Luego, desde el banquillo, contempla como sus compa?eros, que hab¨ªan empezado sufriendo mucho, acaban ridiculizando al desconcertado Liverpool, el ¨²nico gran equipo al que han ganado con solvencia esta temporada (1-3). Han pasado ya tres meses de aquella cita tan magnificada y el equipo no ha vuelto a reencontrarse con la gloria. El Bar?a ha transitado desde entonces por el mismo oscuro t¨²nel que Luis Enrique, que volvi¨® a sufrir otra rotura fibrilar en enero en el mismo punto de su cuerpo. Pero el historial cl¨ªnico del obstinado m¨²sculo semitendinoso de la pierna derecha de este jugador parece que ya se ha cerrado. El jueves, Luis Enrique recibi¨® el alta. Justo cuando llega el Deportivo y el Bar?a afronta el itinerario m¨¢s delicado de la temporada: Deportivo-Roma-Valencia y m¨¢s tarde, Liverpool y Madrid.
'Luis Enrique tiene muchas virtudes pero un peque?o defecto, y es que a veces no sabe dosificarse. Yo a dije que quer¨ªa alinearle ante el Depor, pero no s¨¦ si lo reservar¨¦ para la segunda parte', anunci¨® ayer, en un arranque de sinceridad, Carles Rexach, no se sabe si haciendo una concesi¨®n a Irureta o poni¨¦ndole una peque?a trampa. Algo, sin embargo, s¨ª es cierto: Luis Enrique se lesion¨® por primera vez en octubre ante el Betis, una semana antes del Bernab¨¦u. El asturiano atravesaba entonces un espl¨¦ndido estado de forma y quiso ganar tiempo acelerando su recuperaci¨®n: acudi¨® a un m¨¦dico ajeno al vestuario y no le fue bien. No logr¨® enga?ar a su cuerpo: las prisas s¨®lo le permitieron jugar una hora en Las Palmas y tres d¨ªas despu¨¦s, en Liverpool, se volvi¨® a romper. Y luego, despu¨¦s de Navidad, el m¨²sculo se le rasg¨® otra vez. Quiz¨¢ por eso Charly quiere mimarle y no perder por cuarta vez a un hombre que necesita como el aire.
Mucho car¨¢cter
Y mucho m¨¢s ahora en este Bar?a tan joven como blando, donde nunca nadie grita, nadie chilla, nadie se enfada con nadie. Cruyff lleg¨® a confesar un d¨ªa que se equivoc¨® al formar un plantel con catalanes y jugadores del Este porque result¨® triste y falto de garra. Y Rexach sabe que ahora tampoco tiene demasiado empuje en el vestuario. Por eso necesita a Luis Enrique, que, superada su crisis de autoestima del a?o pasado -'quiz¨¢ si perdemos tantos partidos es porque no sabemos m¨¢s'-, dio el plus necesario en la Liga de Campeones (tres goles) para clasificar al Barcelona. Charly no s¨®lo le espera a ¨¦l. Ahora que parece que la suerte le va de cara, el t¨¦cnico est¨¢ recuperando la columna vertebral con la que empez¨® el curso -Anderson, Sergi, Luis Enrique y a Rivaldo- y que se le quebr¨® por lesi¨®n durante la primera vuelta.
Los datos son irrefutables. Para Rexach, la polivalencia del asturiano es tan clave como la eficacia de Rivaldo. Por el campo, se ha movido como un pe¨®n. El d¨ªa del debut, en Cracovia, desplaz¨® a Cocu, siempre intocable, en el puesto de interior izquierdo; abri¨® la Liga como lateral zurdo en Sevilla; actu¨® en casa ante el Rayo de interior y ante Osasuna ocup¨® la media punta. Y hasta en Estambul, donde el Bar?a encauz¨® su camino en la Liga de Campeones, ocup¨® el puesto reservado a Saviola. 'Me gusta mucho jugar ah¨ª: ¨¦sa era la posici¨®n que ocupaba en el Sporting', dijo, desafiante, Luis Enrique ante un auditorio con ganas de convertir al peque?o pibe en un ¨ªdolo. El regreso de Luis Enrique puede deshacer de nuevo el tridente y regresar a los or¨ªgenes, que llevaron al Bar?a a un liderato ef¨ªmero que perdi¨® justamente en Riazor.
Muy querido en la grada por dejar el Bernabeu y recalar en el Camp Nou en 1996, Luis Enrique mejor¨® y ampli¨® en junio su contrato por tres a?os. Todo gracias a que aprovech¨® un despiste burocr¨¢tico de la directiva que al principio s¨®lo le ofrec¨ªa una temporada. Vuelve ahora el turno de este futbolista polivalente, un ejemplo de jugador tan profesional como serio y especialista en borrarse de las c¨¢maras cuando est¨¢ lesionado. No importa mucho que sea el tercer capit¨¢n (por detr¨¢s de Sergi y Abelardo) y que el vestuario, como ha ocurrido recientemente, est¨¦ incendiado. Pero Luis Enrique es as¨ª y Charly y el Camp Nou entero tienen depositado en ¨¦l un amor ciego.
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