El Gobierno reducir¨¢ entre el 5% y el 6% el precio del gas natural para los hogares

Con un a?o de retraso sobre el calendario aprobado en junio de 2000, el Gobierno est¨¢ a punto de aprobar una profunda modificaci¨®n del marco legal del sector del gas. Los cambios, contenidos en tres ¨®rdenes ministeriales, afectar¨¢n al c¨¢lculo de las tarifas de las industrias, de los comercios y de los consumidores dom¨¦sticos. M¨¢s de 4,1 millones de hogares se beneficiar¨¢n de una rebaja de precios de entre el 5% y el 6%, seg¨²n fuentes conocedoras del proyecto. El nuevo modelo ha desatado las cr¨ªticas de las el¨¦ctricas que, en su caso, pagar¨¢n m¨¢s por un combustible que consideran esencial.

Las tres ¨®rdenes ministeriales que el secretario de Estado de Econom¨ªa, Jos¨¦ Folgado, dar¨¢ a conocer el lunes afectan a 'las actividades reguladas del sector gasista', a 'las tarifas de gas natural y gases manufacturados por canalizaci¨®n' y al 'acceso de terceros a las instalaciones gasistas'.

Convertidas al lenguaje llano, las ¨®rdenes suponen un vuelco en el m¨¦todo de c¨¢lculo de las tarifas del gas natural que pagan los usuarios. A partir de ahora, los precios, en lugar de tener como base el denominado 'combustible alternativo (fuel¨®leo)' se basar¨¢n, adem¨¢s, en el coste del servicio y un plus de rentabilidad para las empresas del sector. Las tarifas se revisar¨¢n cada vez que la materia prima oscile, arriba o abajo, por encima del 2%.

Para los usuarios dom¨¦sticos (4.121.818, seg¨²n datos de Sedigas, la asociaci¨®n que agrupa a las empresas del sectror), los nuevos m¨¦todos de c¨¢lculo supondr¨¢n una rebaja en su factura de entre el 5% y el 6%. Para las industrias en general, m¨¢s de 4.600 entidades, la rebaja ser¨¢ inferior, de alrededor del 3%, aunque a los acogidos a la denominada tarifa de gran consumo industrial (las grandes compa?¨ªas el¨¦ctricas) les subir¨¢ la factura.

Liberalizaci¨®n

Las ¨®rdenes ministeriales, que preparan la liberalizaci¨®n total del sector del gas, prevista para el 1 de enero de 2003, son cruciales para el sector energ¨¦tico, al menos en un doble sentido. Por un lado, determinar¨¢n cu¨¢nto vale en realidad la empresa propietaria de la red de gasoductos, Enagas (100% propiedad de Gas Natural), que ser¨¢ vendida en un 65% en los pr¨®ximos meses. Por otro, aclarar¨¢n la rentabilidad real de las nuevas instalaciones de generaci¨®n el¨¦ctrica basadas en el gas (centrales de ciclo combinado) que est¨¢n poniendo en marcha las grandes compa?¨ªas y que son esenciales para garantizar el suministro el¨¦ctrico.

En estos momentos, seg¨²n la Comisi¨®n Nacional de la Energ¨ªa (CNE), existen 22 proyectos de grupos de generaci¨®n el¨¦ctrica con gas de 400 megawatios que disponen de autorizaci¨®n administrativa previa y 26 proyectos de grupos con contrato de acceso a la red de gas ya firmado.

En Espa?a, que importa pr¨¢cticamente el 100% del gas que consume (el 60% proviene de Argelia), la previsi¨®n de aumento de consumo en los pr¨®ximos a?os es espectacular: de 17 bcm (miles de millones de metros c¨²bicos en sus siglas inglesas) en 2000 a 43,4 bcm en 2010.

Con s¨®lo tres plantas de regasificaci¨®n operativas (Huelva, Barcelona y Cartagena); 6.000 kil¨®metros de gasoductos de transporte; 31.000 kil¨®metros de gasoductos de distribuci¨®n, dos almacenamientos subterr¨¢neos y cuatro conexiones internacionales (Marruecos, Francia y dos conexiones con Portugal), el coste de las nuevas infraestructuras para atender la demanda, su gesti¨®n, y la convergencia de negocio (Gas Natural ha entrado en el negocio el¨¦ctrico y las el¨¦ctricas en el negocio del gas) ha desatado una dura pugna entre los actores del sector energ¨¦tico.

Est¨¢ en juego un negocio jugoso. S¨®lo en 2000, la venta de gas gener¨® un beneficio neto de 922,4 millones de euros, 153.000 millones de pesetas. Los principales actores del negocio gasista en estos momentos, y seg¨²n la clasificaci¨®n oficial de la CNE son Repsol YPF-Gas Natural (controlan adem¨¢s Enagas); el Ente Vasco de la Energ¨ªa-Gas de Euskadi; Endesa; BP Amoco e Hidrocant¨¢brico. Esos actores prinicipales libran una dura pugna con el resto de las el¨¦ctricas, que han firmado sus propios contratos de suministro con empresas privadas o estatales de pa¨ªses productores (caso de Uni¨®n Fenosa en Egipto).