Misterio en los Andes venezolanos
El m¨ªtico p¨¢ramo andino corteja a distancia a la ciudad de M¨¦rida
Llevaba 12 d¨ªas en Caracas y ya estaba harto. Fumaba y las horas parec¨ªan tener plomo, sobre todo en los fines de semana. Estaba mirando indignado la misma puesta de sol de todos los d¨ªas. Bell¨ªsima, una buena postal. Amarillo primero, despu¨¦s rojo y p¨²rpura. Me acord¨¦ de una frase del diario de Jules Renard: 'La vida es corta, y aun as¨ª, nos aburrimos'. Decidimos marcharnos. No s¨®lo las horas ten¨ªan plomo; en Caracas, el promedio era cien muertos por herida de bala cada fin de semana. Ir¨ªamos a la ciudad andina de M¨¦rida, al sur de Maracaibo, donde ten¨ªa amigos y buenos recuerdos. Y el destino final pod¨ªa ser un lugar que siempre me hab¨ªa atra¨ªdo e intrigado, el hotel Los Frailes, a m¨¢s de 3.000 metros de altura, un hotel dentro de una nube, un antiguo monasterio construido en 1643 y convertido en un hotel solitario -peligroso, al estilo del de El resplandor, de Kubrick, me hab¨ªan advertido-, sin nada urbanizado en muchos kil¨®metros a la redonda, de gran calma s¨®lo perturbada por el murmullo del r¨ªo Santo Domingo, que desciende en cascada del p¨¢ramo, el m¨ªtico p¨¢ramo andino que corteja a distancia a la ciudad de M¨¦rida.
A M¨¦rida lo mejor es llegar en avi¨®n desde Caracas. Hay una dram¨¢tica hora de trayecto. Los primeros 15 minutos, el avi¨®n se mueve m¨¢s que un grabado japon¨¦s encantado. El aterrizaje te salva la vida. M¨¦rida se ha especializado en toda clase de r¨¦cords. Tiene la gente m¨¢s amable y tranquila del mundo. Es la ¨²nica ciudad de la Tierra que dice tener el aleph de Borges; lo encontraremos en la Avenida 3, esquina a la Calle 16. M¨¦rida presume discretamente de tener el telef¨¦rico m¨¢s alto y largo del mundo, lo que est¨¢ dicho pronto; se trata de un r¨¦cord muy serio. El telef¨¦rico salva una distancia de doce kil¨®metros y medio para llegar hasta el pico del Espejo, a 4.765 metros de altura. Cuando llegas al pico, si no has muerto, te ofrecen chicha, que t¨² bebes recordando aquellas puestas de sol de Caracas 'sin chicha ni limon¨¢' y la vida m¨¢s larga que tu propio aburrimiento.
M¨¦rida tiene el r¨¦cord Guinness de helados de los m¨¢s variados e imaginativos sabores, 788 hasta el d¨ªa de ayer; helados -vamos a ver- de ajo, de cerveza, de fr¨ªjoles, de espaguetis, de aguacate, de trucha fresca, de jam¨®n ib¨¦rico... M¨¦rida ostenta, con la mayor discreci¨®n, el r¨¦cord absoluto de cibercaf¨¦s por metro cuadrado, hay 83 en una poblaci¨®n de 100.000 habitantes. M¨¦rida, adem¨¢s, tiene unos alrededores que pueden parecernos el r¨¦cord de la belleza si nos adentramos en la carretera transandina que serpentea, a trav¨¦s del p¨¢ramo, hasta la poblaci¨®n de Apartaderos, desde donde se puede retroceder, por el camino que conduce a Barinas, m¨¢s all¨¢ del pueblo de Mucuch¨ªes, para darle un vistazo al hotel Los Frailes, por donde se pasea suelto el fantasma de Jack Nicholson en un clima de altura y de leche caliente, co?¨¢c y canela.
La carretera transandina sale de M¨¦rida, sale de la estatua que la ciudad ha dedicado al m¨®vil Carlot, e inicia un misterioso recorrido en el que todos los nombres de los pueblos nos reconcilian con la vida cuando descubrimos con optimismo que es verdad que hay lugares de otro nombre, que no todos los pueblos del mundo se llaman igual. La carretera serpentea y va atravesando los climas de altura de lugares que se llaman Tabay, Cacute, Mucuruba, Mucuch¨ªes, La Toma y finalmente San Rafael de Mucuch¨ªes, donde hay una capilla hecha con mil piedras por un enigm¨¢tico artista al que en el p¨¢ramo veneran como m¨ªstico y al que Umberto Eco le dedic¨® conmovedoras p¨¢ginas sem¨¢nticas. El santo S¨¢nchez termin¨® su capilla en 1984, cuando ten¨ªa 84 a?os, y al cumplir 90 le dieron el Premio Nacional de Arte, con el que se fue a la tumba. La tumba est¨¢ en la capilla y all¨ª va a rezarle la gente del p¨¢ramo y tambi¨¦n los viajeros alucinados que compran postales de la peque?a catedral de piedra y se fotograf¨ªan junto a una imagen del h¨¦roe del p¨¢ramo, con sus superiores bigotes al pie de su fr¨ªa losa. El cl¨¢sico lugar de peregrinaje.
Pero ah¨ª no acaba la carretera transandina, porque si volvemos atr¨¢s, m¨¢s all¨¢ de Mucuch¨ªes, encontraremos en un lugar solitario el hotel Los Frailes, que de entrada m¨¢s que a El resplandor, de Kubrick, nos recordar¨¢ a la iglesia y el campanario espa?ol de la ¨²ltima secuencia de V¨¦rtigo, de Hitchcock. Antes de llegar al hotel te habr¨¢n llamado mucho la atenci¨®n, a lo largo de la misteriosa carretera, los ni?os que ofrecen, imperturbables, cachorros de mucuch¨ªes, perritos que de mayores recuerdan a los San Bernardo. Son tiernos y conmovedores los que te venden en la carretera, pero son agresivos y anarquistas cuando envejecen y se vuelven ciegos y no reconocen ni a su amo. Vas viendo mucuch¨ªes en oferta hasta que de pronto aparece el resplandor de Los Frailes. Los mucuch¨ªes est¨¢n emparentados con una leyenda que dice que Bol¨ªvar estuvo en el p¨¢ramo en 1813 y que su anfitri¨®n, como muestra de su lealtad, le entreg¨® un ni?o y su perro al Libertador: se supone que ambos se mantuvieron fieles a Bol¨ªvar hasta que los mataron en una batalla. El perro, Nevado, era de raza mucuch¨ªe, una raza que s¨®lo se encuentra en los Andes y que es lo m¨¢s parecido a un perro nacional.
Flores y frailejones
Y bien, ya est¨¢s en Los Frailes, ya est¨¢s en una nube, en la c¨²spide del p¨¢ramo, m¨¢s all¨¢ de Mucuch¨ªes y de todo, en una hondonada del valle de la sierra de Santo Domingo, est¨¢s rodeado por 40 hect¨¢reas de espl¨¦ndidos paisajes llenos de flores y de frailejones, que es una planta que s¨®lo se encuentra en esta regi¨®n. El hotel tiene 45 habitaciones, y antes, cuando ten¨ªa un convenio con Hortuvensa -filial de la compa?¨ªa a¨¦rea Avensa-, hab¨ªa que reservar con mucha antelaci¨®n, pero ahora es m¨¢s f¨¢cil encontrar sitio. De hecho, cuando nosotros estuvimos, apenas hab¨ªa clientes. Un personal de unas cinco personas atend¨ªa al hotel entero, pr¨¢cticamente vac¨ªo. El resplandor, de Kubrick, en efecto; vimos que ten¨ªan raz¨®n quienes hab¨ªan citado esa pel¨ªcula de terror para que entendi¨¦ramos qu¨¦ clase de hotel en la cumbre era Los Frailes. Hay all¨ª un bar excepcional, muy acogedor, pensado para el eterno invierno que se vive en esa zona. Sirven calentados, hechos con un licor de an¨ªs llamado miche, az¨²car moreno y agua caliente. Te ofrecen tambi¨¦n un ponche andino que corta la respiraci¨®n: leche caliente, miche, co?¨¢c y canela. El barman, grand¨ªsimo profesional, se transforma en ma?tre a la hora del almuerzo o de la cena, y a primeras horas de la ma?ana, disfrazado de portero, uno puede verlo en recepci¨®n. De hecho, todos los que trabajan all¨ª cambian varias veces en un solo d¨ªa de personalidad y de empleo hotelero. Por la noche desaparecen. El hotel se vuelve fantasmal, se oye s¨®lo el rumor del r¨ªo y uno puede llegar a tener miedo si se acuerda de que detr¨¢s del hotel, no muy lejos de all¨ª, andan sueltas llamas asesinas. Si uno, por aquello de arriesgarse en la noche y dar una ¨²ltima vuelta antes de acostarse, decide dejar el cuarto y cruzar el parquecito que va al bar, dialogar¨¢ consigo mismo en ese bar fantasmal, aunque creer¨¢ que est¨¢ hablando con el barman y que ¨¦ste le est¨¢ contando leyendas mucuch¨ªes. Al d¨ªa siguiente celebraremos estar de nuevo rodeados por todas partes por los Andes, en la tranquila y acogedora M¨¦rida, que se encuentra a s¨®lo dos horas de carretera, aunque lo serpenteante de ¨¦sta hace que parezcan Los Frailes mucho m¨¢s distantes, lejanos y fantasmales de lo que son. En M¨¦rida volveremos a estar sencillamente contentos porque nos veremos rodeados de personas en la calle, porque iremos a ver el aleph y entraremos en un cibercaf¨¦ y nos tomaremos un helado de pl¨¢tano mientras nos plantearemos, una vez m¨¢s, si decidimos por fin subir en el telef¨¦rico y alcanzar los cinco kil¨®metros de altura. Nos sentiremos felices en M¨¦rida, pero el recuerdo del hotel en la cumbre, el recuerdo del hotel fantasmal que est¨¢ m¨¢s all¨¢ de Mucuch¨ªes, su belleza y soledad radical, nos acompa?ar¨¢n el resto de nuestra vida. Eso, seguro.
GU?A PR?CTICA
Poblaci¨®n: el estado de M¨¦rida tiene 700.000 habitantes. Prefijo tel¨¦fonico: 00 58 274. Moneda: bol¨ªvar venezolano. Un euro equivale a 697 bol¨ªvares.
Desde Caracas hay vuelos con Lai, Air Venezuela, Santa B¨¢rbara o Avior de poco m¨¢s de una hora. Y en autob¨²s se tarda ocho horas.
- Hotel Chama (252 01 82). Avenida 4 con Calle 29. M¨¦rida. 36 euros. - Helader¨ªa Coromoto (253 35 25). Avenida 3, frente a la plaza el Llano. M¨¦rida. Tiene 788 sabores de helados, r¨¦cord Guinness de un establecimiento. - Hotel Los Frailes (00 58 212 976 18 83). Carretera Transandina v¨ªa Santo Domingo. La doble, 86 euros.
- Telef¨¦rico (252 19 97). Estaci¨®n Barinitas, entre las calles 24 y 25. De mi¨¦rcoles a domingo, de 7.00 a 12.00. Entre 17 y 21 euros, seg¨²n la temporada, para subir a Pico Espejo (4.765 metros)
- www.meridaweb.com.
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