No salgo de mi apogeo
MI PADRE VOT? a Bustamante. Me he enterado por terceros, porque a m¨ª mi padre me ha estado ocultando durante meses su afici¨®n a Operaci¨®n Triunfo. Hombre, notaba indicios, como que ven¨ªa a comer a casa y a cada botella de vino que abr¨ªamos alzaba el pu?o en se?al de entusiasmo. Me dec¨ªa a m¨ª misma: '?A qu¨¦ me suena este gesto?'. Claro, que lo atribu¨ªa a dos posibles causas:
a) A su afici¨®n por el buen vino que pagan otros.
b) Al radicalismo ideol¨®gico que vive hoy el mundo del jubilado.
Tambi¨¦n es cierto que de vez en cuando le o¨ªa tararear: 'A tu lado me siento seguro...', pero como he vivido estos meses al margen de dicho fen¨®meno televisivo, pensaba que se trataba de la cancioncilla publicitaria de un fondo de pensiones, dado que ¨¦se es el tema favorito de mi padre, por no decir El Tema. Tal vez me lo ha ocultado porque a ¨¦l le gustar¨ªa, as¨ª me lo ha dicho, salir en estos art¨ªculos realizando actividades culturales, yendo por ejemplo a la exposici¨®n Regeneraci¨®n y Reforma que hay en el BBVA, comentando la importancia de Joaqu¨ªn Costa en el sistema de regad¨ªo espa?ol, o pronunciando el lema de don Joaqu¨ªn para aquella Espa?a de principios de siglo: Escuela y despensa, aunque yo a mi padre se lo reducir¨ªa a Despensa. Suena como m¨¢s autobiogr¨¢fico. Pero en esto que voy el otro d¨ªa a Moratalaz, que por si no se han enterado todav¨ªa, es (era) mi barrio, y seg¨²n me iba acercando a la mansi¨®n familiar, antiguos conocidos me iban poniendo al d¨ªa del candidato de mi santo padre. Que te tengas que enterar por terceros de lo que ocurre en tu propio seno (familiar), da una idea de la incomunicaci¨®n que se vive en el mundo contempor¨¢neo, lo digo en mi calidad de antrop¨®loga. Llego a casa de mi progenitor y tras dos whiskys se confiesa, dice que s¨ª, que llam¨® a la tele y vot¨® (no salgo de mi asombro, o como le dijo un flamenco a Lorca: 'No salgo de mi apogeo'), pero dice que no vot¨® con el coraz¨®n, que vot¨® a Bustamante porque pertenece al mundo del andamio, y para mi padre, que lleva su fidelidad a Dragados y Construcciones en el c¨®digo gen¨¦tico, eso es garant¨ªa de honradez. Luego, que cante o no cante, a ¨¦l, personalmente, le chupa un pie. Por cierto, al hilo de Bustamante y el andamio, el otro d¨ªa iba por la calle y ocurri¨® una cosa curiosa: unos alba?iles estaban fum¨¢ndose su cigarrete (hay veces que uno se pregunta qui¨¦n construye las casas), y en esto que pasa una chavala hipermaciza por delante (no era yo); uno de los paletas mira a la chica, yo esperaba la ordinariez de costumbre, pero no, el paleta lanz¨® el siguiente grito: '?Cu?aoooo!'. El mundo del piropo est¨¢ sufriendo una evoluci¨®n extra?a, lo digo en mi calidad de soci¨®loga.
En mi calidad de autora-viva llam¨¦ a la editora Amaya Elezcano a fin de re¨ªrme un poco de mi padre a sus espaldas (es el nivel de comunicaci¨®n literaria que mantenemos), y me dijo, sin cortarse, que yo que siempre presumo de estar en la cima de lo ¨²ltimo, en este asunto de la Operaci¨®n Triunfo me he quedado desfasada. As¨ª me lo solt¨®. Hay que perdonarla, es de Bilbao. 'Y te dir¨¦ m¨¢s', me dijo, 'no me da verg¨¹enza decir que yo s¨ª que he votado con el coraz¨®n: mi voto es y ser¨¢ para Rosa'. Me sum¨ª de tal manera en la perplejidad que ya no le ped¨ª, como pensaba, dos libros de los que me interesan: Me cas¨¦ con un comunista, de Philip Roth, y Redenci¨®n, de Henry Roth. Es que me encanta que los libros me salgan gratis, as¨ª el dinero que me ahorro me lo gasto en los bares. En eso, todos los escritores de culto somos iguales.
Eso de que le pida dos libros de autores que se apellidan Roth no es porque yo lea por orden alfab¨¦tico, es que da la casualidad de que me gustan todos los escritores que se apellidan Roth (por supuesto, Joseph). De hecho, me fui a Barcelona porque mi amigo Herralde (que creo que vot¨® a Chenoa, pero es un dato que tengo que contrastar) me invit¨® a presentar Metaf¨ªsica de los tubos, de Am¨¨lie Nothomb, escritora belga-japonesa. Y como yo tambi¨¦n soy cruce (gaditano-moratalacense), me sent¨ª identificada a la par que cercana. Envidio a Am¨¨lie: tiene cinco a?os menos que yo, sabe japon¨¦s, tiene escritos 41 libros, s¨®lo necesita dormir tres horas, escribe en cualquier sitio, s¨®lo necesita papel y boli, s¨®lo tiene tres trajes (dice que para qu¨¦ m¨¢s), es siempre educada, escribe con poes¨ªa y humor, sabe cantar el No (un tipo de c¨¢ntico japon¨¦s del cual, a petici¨®n del p¨²blico, hizo una demostraci¨®n notable, arqueando las cejas, poniendo cara de m¨¢scara oriental y soltando maullidos), y tiene cara de ni?a prodigio. Esta semana he tenido m¨²ltiples complejos: si me comparo con Am¨¨lie, soy un desastre: no s¨¦ idiomas, soy consumista, tengo miles de trajes, calmo mi ignorancia gastando, sin ordenador ya no s¨¦ escribir, no me gusta escribir, no me gusta trabajar, s¨®lo me gusta dormir, leer novelas de sof¨¢ (en el sof¨¢), ver programas infectos, y encima, entre los muchos que veo, me pierdo el fundamental. Desde aqu¨ª lo digo: estoy desfasada. Para colmo, oigo a representantes socialistas y de IU decir que hay que buscar alternativas a la juventud para que no se emborrachen, y me sorprendo pensando en voz alta: '?Que se las busquen ellos, no te jode!'. O sea, que para colmo, me siento reaccionaria. Soy lo peor.
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