Recetas b¨¢varas para la gripe alemana
El candidato Edmund Stoiber intenta vender a sus vecinos del norte las f¨®rmulas que han funcionado en Baviera
Baviera is different: la principal raz¨®n por la cual los conservadores alemanes han escogido a Edmund Stoiber, primer ministro de este land (Estado federado) de 12 millones de habitantes, como su candidato a canciller en las proximas elecciones es su imagen de exitoso gestor de una regi¨®n con bajos niveles de paro, gran empuje empresarial, alto calidad de vida, pocas deudas y fuerte desarrollo tecnol¨®gico.
La actitud abierta de Stoiber ante los problemas de las empresas es uno de los mayores m¨¦ritos de su Gobierno, desde 1993
La CSU b¨¢vara nunca tuvo problemas en optar por cl¨¢sicas intervenciones estatales: un subsidio, all¨ª; una ayuda, all¨¢
No todo es tan id¨ªlico. Visto de cerca, no obstante, el modelo b¨¢varo es menos reluciente de lo que parece y resulta dif¨ªcil de trasladar a escala nacional. Cuando en agosto del a?o 2000, un consorcio formado por Telef¨®nica M¨®viles y la operadora finlandesa Sonera logr¨® adquirir, por la astron¨®mica suma de 1.400 millones de euros, una licencia de telefon¨ªa m¨®vil de tercera generaci¨®n (UMTS) en Alemania, en la pr¨®spera y aun as¨ª apacible capital b¨¢vara, la maquinaria gubernamental r¨¢pidamente se puso en marcha. Mensajes que iban y ven¨ªan, conversaciones con el primer ministro, Edmund Stoiber, y el jefe de su Gabinete, Erwin Huber: Baviera no escatim¨® esfuerzo para atraer a M¨²nich al consorcio. 'En cuesti¨®n de dos semanas, ya les hab¨ªamos conseguido un edificio para su sede', recuerda alguien que intervino en las negociaciones, Peter Friess, presidente de la promotora estatal Go to Bavaria.
Tanta eficiencia (y la cercan¨ªa geogr¨¢fica con sus otras inversiones) acab¨® por inclinar la balanza de Telef¨®nica M¨®viles y Sonera a favor de M¨²nich, y en contra de Berl¨ªn, la capital alemana. Sus actualmente m¨¢s de 800 empleados han tenido que acostumbrarse a una ciudad en la que los alquileres en los ¨²ltimos a?os han subido tanto que resultan imposibles de pagar para todo aquel que no gane un dineral.
'Siempre que sea necesario, el se?or primer ministro se pone al tel¨¦fono', declara, satisfecho, Friess. Tambi¨¦n para Robert Koll, investigador del instituto Ifo en M¨²nich, 'la actitud abierta de Stoiber ante los problemas de las empresas' es uno de los mayores m¨¦ritos de su Gobierno, iniciado en 1993.
El asimismo presidente de la Uni¨®n Social Cristiana (CSU, partido hermanado con la mucho mayor Uni¨®n Cristiana Democr¨¢tica) sobre todo tiene o¨ªdos para la inform¨¢tica, la biotecnolog¨ªa y la innovaci¨®n y desarrollo (I+D). Las ayudas para estos sectores se han concentrado en unas pocas zonas, casi todas ellas cercanas a M¨²nich, en las que se espera generar una masa cr¨ªtica que acabe por convencer a los profesionales 'de que no hace falta marcharse a Estados Unidos', en palabras de Friess.
Estrategia con ¨¦xito
Sin embargo, y al contrario de lo que Edmund Stoiber ya est¨¢ comenzando a hacer creer en la precampa?a electoral, el evidente ¨¦xito de este tipo de estrategias -Baviera Alta, en las laderas de los Alpes, es una de las regiones m¨¢s pr¨®spera de toda la Uni¨®n Europea- no es de su exclusiva cosecha, ni de aquella de la CSU, en el Gobierno y con mayor¨ªas absolutas, desde hace cuatro d¨¦cadas. 'Baviera fue el ¨²ltimo land en industrializarse y por ello tiene las estructuras m¨¢s modernas', sentencia Koll, del instituto econ¨®mico Ifo.
En una sociedad agraria con muchos recursos disponibles, el despegue apenas se inici¨® en los a?os cincuenta y sesenta, gracias tambi¨¦n a millonarias transferencias por parte de los Estados federados m¨¢s ricos. En econom¨ªa, los ¨²ltimos, a veces, acaban siendo los primeros, y el Gobierno se limit¨® 'a no poner trabas a un desarrollo que, probablemente, de todas formas se hubiera generado', seg¨²n el investigador.
Para lograr la independencia energ¨¦tica -un problema que ha sido el tradicional tal¨®n de Aquiles de Baviera- se apost¨® fuertemente por las centrales nucleares, y, para conectar a este land con el resto de Alemania y del mundo, por muchas autopistas y el pujante aeropuerto de M¨²nich.
All¨ª donde hace falta, Stoiber y su m¨ªtico antecesor, Franz-Josef Strauss, nunca tuvieron problemas en optar por cl¨¢sicas intervenciones estatales: un subsidio aqu¨ª, una ayuda, all¨¢. Hay una larga lista de empresas rescatadas por el land de Baviera con tal de preservar puestos de trabajo.
En este tipo de operaciones -al igual que en las pol¨ªticas de investigaci¨®n y desarrollo, o en la apuesta por convertir la capital b¨¢vara en un centro cultural de rango internacional-, la CSU ha contado con una ventaja decisiva: a diferencia de otros l?nder alemanes, que apenas fueron creados tras la Segunda Guerra Mundial, el as¨ª llamado Estado libre de Baviera es un ente hist¨®rico, cuyas m¨²ltiples propiedades hasta hace poco, cuando se comenz¨® a privatizarlas con ping¨¹es beneficios, abarcaban desde cervecer¨ªas y manufacturas de porcelana, pasando por aseguradoras y bancos, hasta llegar a una gran energ¨¦tica.
La prueba m¨¢s fehaciente de que el idilio b¨¢varo tiene relativamente poco que ver con la CSU, es lo que ha sucedido en las regiones donde las condiciones hist¨®ricas no han sido tan favorables. 'Donde hab¨ªa viejas industrias, el Gobierno tiene grandes problemas', subraya Sebastian Beck, periodista del rotativo S¨¹ddeutsche Zeitung.
Reconversi¨®n econ¨®mica y altas tasas de paro: cerca de la mitad de Baviera, sobre todo bordeando la antigua frontera con la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (donde no se consider¨® tan necesario invertir en infraestructuras), padece problemas muy similares a otras regiones del pa¨ªs. Baviera is not different, por tanto. Lo que sucede es que 'buena parte del ¨¦xito de la CSU y de Stoiber obedece a que han logrado que s¨®lo se les identifique con la regi¨®n m¨¢s pr¨®spera', seg¨²n sostiene otro periodista, Peter Fahrenholz.
La imagen b¨¢vara
Alta tecnolog¨ªa, bienestar e id¨ªlicos paisajes que atraen a millares de turistas, a?o tras a?o: no es de descartar que la imagen que de Baviera suele presentar la CSU acabe por convencer tambi¨¦n a los dem¨¢s alemanes de que Stoiber es el hombre por votar. Gracias tambi¨¦n a la atenci¨®n que mereci¨® su reciente nominaci¨®n, el primer ministro, hoy d¨ªa, a ocho meses de las elecciones, est¨¢ batiendo al canciller socialdem¨®crata, Gerhard Schr?der, en las encuestas.
Ya lo que suceder¨ªa despu¨¦s de una eventual victoria en las elecciones, es harina de otro costal: escasez de recursos, resistencia a reformas dr¨¢sticas, paro estructural, crisis permanente en Alemania del Este. 'La experiencia b¨¢vara, desde luego, no es ninguna garant¨ªa de ¨¦xito', admite incluso uno de los m¨¢s estrechos colaboradores de Stoiber, antes de agregar: 'De manera abstracta, sin embargo, podemos decir que el primer ministro ha sabido aprovechar sus oportunidades'.
Todo un peque?o arsenal ofensivo , aunque la reciente victoria de Schr?der para evitar el tir¨®n de orejas de Bruselas por el excesivo d¨¦ficit p¨²blico quiz¨¢s haya equilibrado las cosas en estos ¨²ltimos d¨ªas.
Cursillo aplicado de finanzas p¨²blicas
En la hermosa Staatskanzlei, sede del Gobierno b¨¢varo, se est¨¢ trabajando a marchas forzadas sobre qu¨¦ puede proponer Stoiber a los electores alemanes. 'Bajar impuestos, reducir la participaci¨®n estatal en la econom¨ªa, desregularizar el mercado laboral', resume su portavoz, Ulrich Wilhelm, como si fuera una lista de compras. C¨®mo se articular¨¢n exactamente estas propuestas durante la campa?a electoral, no obstante, est¨¢ por verse. Sucede que el candidato b¨¢varo se encuentra en la misma trampa que el canciller Gerhard Schr?der. No hay dinero para financiar reformas mientras la coyuntura no cambie, y Francfort y Bruselas observan con lupa los manejos del presupuesto.
Tras las primeras, muy generosas ofertas econ¨®micas de la precampa?a electoral, Stoiber 'ha comenzado a moderar las expectaciones de su gente', observa Peter Fahrenholz, quien desde hace a?os cubre para el S¨¹ddeutsche Zeitung la CSU. 'Ya les est¨¢ diciendo que no todo se puede pagar'.
En vista de lo espinoso de este tema, no se descarta ni siquiera que las cuestiones econ¨®micas tendr¨¢n menos importancia en la campa?a de lo que se preve¨ªa. En vez de ello, Stoiber podr¨ªa optar por cargar las tintas en otros dos temas que, al menos en Alemania, casi siempre dan votos: limitar la inmigraci¨®n y luchar contra el crimen.
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