Mucha producci¨®n y poca cuota

El conflicto del algod¨®n en las provincias andaluzas se enmarca en el contexto de un sector que dispone de una baja cuota de producci¨®n con apoyo comunitario y el riesgo de una explosi¨®n en la siembra ante la falta de otros cultivos alternativos. Esta situaci¨®n provoca cada a?o fuertes penalizaciones y se repite en otras producciones con cuota insuficiente, como trigo duro, arroz, ma¨ªz y aceite de oliva.

En un intento por evitar las penalizaciones, el Ministerio de Agricultura, la Junta de Andaluc¨ªa, industriales y productores negociaron recientemente un compromiso voluntario para autolimitar las siembras. La decisi¨®n final adoptada por Agricultura obligaba a dejar cada a?o sin cultivar un tercio de la explotaci¨®n algodonera, eximiendo de esa obligaci¨®n a las explotaciones con menos de cinco hect¨¢reas. Pero la Junta y los peque?os y medianos agricultores -representados por cooperativas algodoneras, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y la Uni¨®n de Peque?os Agricultores (UPA)- reclamaban que no se exigiera abandonar el tercio de la superficie de cultivo a explotaciones de hasta 15 hect¨¢reas.

Los peque?os y medianos cultivadores estiman que la superaci¨®n de la cuota es culpa de las grandes explotaciones. El 7% de los cultivadores controla el 44% de las superficies, seg¨²n datos de la UPA.

Espa?a tiene unos 11.000 cultivadores de algod¨®n y dispone de una cuota algodonera de 249.000 toneladas, para las que Bruselas garantiza un precio m¨ªnimo de 101 euros por 100 kilos (168 pesetas por kilo). Entre una producci¨®n de 249.000 y 362.000 toneladas, el precio se penaliza a raz¨®n del 0,5% por cada 1% de superaci¨®n de la cuota base. A partir de las 362.000 toneladas, la penalizaci¨®n es del 2% por cada 4.830 toneladas. En la ¨²ltima campa?a el precio m¨ªnimo percibido fue de 0,79 euros (132 pesetas) por kilo.

En los ¨²ltimos a?os, las penalizaciones han sido muy elevadas al existir unas producciones entre 300.000 y 400.000 toneladas. Esta campa?a, ante la existencia de agua embalsada para riegos y la imposibilidad de otras alternativas de cultivo rentables como el girasol, el conjunto del sector tem¨ªa la posibilidad de una avalancha de superficies de siembra.