Hospital

Los Hermanos de San Juan de Dios est¨¢n escribiendo el gui¨®n de una pel¨ªcula sentimental de los a?os cincuenta. ?ranse una vez unos humildes y buenos frailes que estaban dedicados a cuidar a los enfermos en su hospital de toda la vida, cuando de pronto llegaron unos banqueros malos a quitarles lo que era suyo, porque quer¨ªan especular con el edificio en una oscura y sospechosa operaci¨®n. Pero la ciudad se moviliz¨®, se puso de parte de la caridad frente al negocio y fue necesario llegar a un acuerdo. Los frailes pudieron seguir haciendo su trabajo, y los granadinos fueron felices y comieron perdices. Una pel¨ªcula para verla por Navidad, con l¨¢grimas de polvor¨®n y emociones de mantecado.

Pero la vida no es una pel¨ªcula, aunque haya mucha gente trabajando para que todo se mueva como una superproducci¨®n elaborada en unos estudios cinematogr¨¢ficos. Hay todav¨ªa ciertas realidades que deben ajustarse para que sea coherente el gui¨®n de los Hermanos de San Juan de Dios en su pol¨¦mica con la Diputaci¨®n de Granada y con la Caja General de Ahorros, a prop¨®sito del Museo de Bellas Artes que quieren instalar en el edificio del antiguo Hospital. Uno conoce suficientemente a los bancos y a la Iglesia como para saber que en la actualidad un banco no necesita a la Iglesia para hacer negocio, y que la Iglesia necesita las bendiciones de los bancos para sacar tajada en sus dedicaciones espirituales. La Caja de Ahorros no necesita restaurar edificios en ruinas y patrocinar museos para hacer oscuras operaciones especulativas, porque tiene mil posibilidades y conoce bien su trabajo de todos los d¨ªas, su pan nuestro de cada d¨ªa. Por eso me interes¨¦ por el tema, por pura curiosidad l¨®gica, y la verdad es que las piezas no encajan en el gui¨®n de la pel¨ªcula. Hace m¨¢s de 150 a?os que el edificio fue desamortizado, resultan imprescindibles unas car¨ªsimas obras de restauraci¨®n, all¨ª no hay condiciones para mantener una tarea sanitaria decente, y los frailes, adem¨¢s, viven y trabajan en otro lugar aleda?o, en el centro de San Rafael. ?Conclusi¨®n? Que los humildes hermanos de San Juan de Dios quieren aprovechar la idea que ha tenido la Caja de Ahorros de convertir el antiguo Hospital en Centro Cultural y Museo de Bellas Artes, para exigirle a la Diputaci¨®n, propietaria del edificio, el regalo de uno de sus tres patios hist¨®ricos. Y si fuese posible la generosidad, ser¨ªa simp¨¢tico hacerles caso, porque estos hermanos forman parte de ese extra?o sector de la Iglesia que atiende a la gente m¨¢s herida, m¨¢s pobre, m¨¢s destrozada por la realidad. No son curas de ambiciones pol¨ªticas, ni de solemnidades ba?adas por el oro, ni de fiestas adornadas por ning¨²n arzobispo. Lo malo del caso es que si se les concede el tercer patio, no queda espacio para llevar a cabo el proyecto cultural que pueden realizar la Diputaci¨®n y la Caja de Ahorros, y que, dicho sea de paso, le vendr¨ªa muy bien a Granada. Es mala suerte que las pol¨¦micas paralicen siempre las iniciativas de esta malaventurada ciudad.

Veremos hasta d¨®nde resiste la Caja de Ahorros. Tal vez le sea m¨¢s rentable publicitariamente buscar otro edificio o construir uno nuevo, adecuado a las exigencias de un museo moderno. ?Pero qui¨¦n salvar¨¢ entonces el hist¨®rico Hospital de San Juan de Dios?