En el frente del delito
En las 329 comisar¨ªas espa?olas se detectan las dificultades reales para reducir la criminalidad en las calles. ?sta es la versi¨®n de quienes se enfrentan a los delincuentes cada d¨ªa
Detr¨¢s de las palabras 'inseguridad ciudadana', que ocupan ya el tercer lugar en la lista de las preocupaciones de los espa?oles seg¨²n el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS) y que esta ¨²ltima semana resonaban en boca de varios dirigentes pol¨ªticos, se oculta la cotidianidad de las 329 comisar¨ªas espa?olas. Detr¨¢s de esas cifras que se?alan que la delincuencia ha subido cerca de un 11% desde el a?o pasado, hay una realidad que ha convertido a los casi 350 comisarios espa?oles en activo en gestores de 'servicios m¨ªnimos', con un total de 46.984 agentes a su cargo.
El papel que m¨¢s lee un comisario a lo largo del d¨ªa es el 'parte de ocurrencias'. En ¨¦l se recogen todas las denuncias realizadas a lo largo de la jornada. 'Un d¨ªa normal', relata un veterano comisario de Madrid, 'en una comisar¨ªa, hacia las 8.45 de la ma?ana empiezas a leer: dos o tres robos en establecimientos, otros tantos en domicilios, seis o siete robos con intimidaci¨®n, dos o tres tirones, un par de estafas, han robado tres o cuatro coches, m¨²ltiples p¨¦rdidas de documentaci¨®n... se han tramitado cerca de 140 asuntos. Y piensas: me est¨¢n subiendo los robos en establecimientos una barbaridad por la noche y no tengo gente para poner un servicio especial a esa hora'.
'Para meter a alguien en la c¨¢rcel hace falta investigaci¨®n, no ir paseando en una moto'
Este comisario, con toda claridad pero reservando su identidad para evitar represalias, concluye: '?Qu¨¦ hacemos? Pues muchas c¨¢balas. Pongo de noche agentes del d¨ªa. Los famosos polic¨ªas de proximidad del desenfocado Plan Polic¨ªa 2000, que tendr¨ªan que estar pase¨¢ndose en moto todo el d¨ªa para que los ciudadanos los vean, patrullan por la noche, que es cuando hacen falta. Hay que priorizar si queremos controlar un poco la situaci¨®n. El comisario que diga que no lo hace as¨ª miente, porque si sacamos las motos nos quedamos sin polic¨ªas. Hay m¨¢s motos que polic¨ªas operativos'.
Su descripci¨®n refleja con total fidelidad la realidad que se impone: el pasado viernes a las 11.30, en la comisar¨ªa del distrito de Arganzuela, en Madrid, m¨¢s de una decena de motos nuevas se alineaban en el garaje. 'Ah¨ª est¨¢n, esperando a que alguien las saque', comenta ir¨®nicamente un agente. 'Y los coches de la puerta, tambi¨¦n. Est¨¢n ah¨ª porque no hay nadie para conducirlos'.
Esta oficina, que dirige el comisario Pedro Rojo y que abarca siete c¨¦ntricos barrios de Madrid, cuenta con una plantilla de 143 personas, de las que 24 se encuentran agregadas a otras unidades o brigadas. Con las 119 restantes hay que cubrir todos los puestos (agentes en moto, investigaci¨®n, polic¨ªa cient¨ªfica, denuncias, cargos ejecutivos, seguridad...), teniendo en cuenta que cada puesto individual requiere 15 funcionarios (tres por turno: ma?ana, tarde, noche, libranza y vacaciones).
Rojo, como todos los comisarios consultados, ha registrado un incremento de los delitos en su comisar¨ªa pese a sus esfuerzos por controlar la situaci¨®n optimizando los escasos recursos humanos que le quedan. Y hay algo en lo que todos coinciden y que expresa el presidente del Sindicato Profesional de Polic¨ªa (SPP) -mayoritario y correspondiente a la escala superior del Cuerpo-, Cirilo Dur¨¢n: 'No se trata s¨®lo de aumentar los agentes en 4.700 como ha previsto el ministro del Interior, Mariano Rajoy. No se trata de hacer polic¨ªas como churros, a base de sacar dos promociones por a?o en vez de una . Se trata de emplear a los agentes en aquello que es eficaz contra la delincuencia: la investigaci¨®n'.
Y argumenta: 'El delincuente deja de delinquir si no est¨¢ en la calle. Y para que un juez lo meta en prisi¨®n hay que demostrar, por supuesto, que ha cometido un delito, y para demostrarlo hay que investigar y conseguir las pruebas incriminatorias: pillarlo in fraganti; o que alguien lo identifique; o recoger sus huellas y encontrarlo, porque los chorizos no suelen vivir en la direcci¨®n que aparece junto a su nombre. Y eso se consigue investigando, no saludando al tendero desde una moto', ironiza en referencia al Plan Polic¨ªa 2000.
Los polic¨ªas se muestran convencidos de que la idea que dirige dicho plan (que hay que acercar la polic¨ªa al ciudadano y que la presencia policial en las calles disuade a los delincuentes) es una utop¨ªa hoy: 'Es terrible la sensaci¨®n de impunidad que percibimos con respecto a los delincuentes. Y lo peor es que ellos lo saben y nosotros nos desmotivamos', comenta un agente de paisano mientras patrulla las calles de Madrid.
'Esas mujeres de ah¨ª', dice se?alando a un grupo que cruza en un sem¨¢foro de Banco de Espa?a, 'van a intentar robarle la cartera a la chica que va delante'. Y as¨ª es: las mujeres paran a la chica y le muestran un mapa, como para preguntarle una direcci¨®n. 'Son familias enteras, se pasan el d¨ªa entero as¨ª: llevan un mapa de Madrid en la mano, paran a alguien, y mientras una le tapa el bolso con el plano la otra mete la mano y se lleva la cartera. Las detenemos cuando podemos, pero entran por una puerta de la comisar¨ªa y salen por la otra. Si la cantidad robada no llega a 50.000 pesetas s¨®lo tienen que pagar 15.000 de multa. A eso me refiero cuando hablo de impunidad', comenta mientras les pide la documentaci¨®n al grupo de mujeres. En sus papeles plastificados pone que proceden de Bosnia. Pero mientras el agente los hojea, le hablan y le saludan como si le conocieran de toda la vida. 'Nos hemos encontrado demasiadas veces, ?t¨² crees que nos tienen alg¨²n miedo?', pregunta el agente.
Estas situaciones son las que han llevado a los responsables policiales a demandar una reforma del C¨®digo Penal que permita la celebraci¨®n de juicios r¨¢pidos y conseguir la tolerancia cero para los reincidentes.
'El aumento de la criminalidad no responde a un aumento de la poblaci¨®n o de la inmigraci¨®n, o no s¨®lo', dice Jos¨¦ S¨¢nchez Fornet, secretario general del Sindicato Unificado de Polic¨ªa (SUP), en respuesta a las ¨²ltimas declaraciones del presidente Aznar en el Congreso. 'Es una cuesti¨®n de que hasta ahora no han tomado conciencia de que existe un problema real y no imaginario. Ya es hora de que asuman la responsabilidad y lleven a cabo una pol¨ªtica de seguridad adecuada a las circunstancias'.
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