Unas 40.000 personas recuerdan al movimiento 'Manos limpias'
Sectores de la izquierda italiana censuran p¨²blicamente a sus l¨ªderes
Unas 40.000 personas participaron el s¨¢bado en Mil¨¢n en un homenaje a los jueces del movimiento Manos limpias, que destaparon hace 10 a?os el esc¨¢ndalo de corrupci¨®n pol¨ªtica conocido como Tangentopoli. Al acto, organizado por la revista Micromega, que ha dedicado un n¨²mero monogr¨¢fico al fen¨®meno, no asisti¨® ninguno de los l¨ªderes del Olivo, que fueron criticados por haberse distanciado de la l¨ªnea justicialista que caracteriz¨® hasta el a?o 2000 a la izquierda italiana.
La afluencia a la concentraci¨®n de Mil¨¢n, que super¨® ampliamente las expectativas de sus promotores, vendr¨ªa a confirmar los datos de una reciente encuesta de la sociedad SWG, de Trieste, seg¨²n la cual un 80% de los italianos quiere que los juicios que tienen a¨²n entre manos los magistrados del movimiento de Manos limpias se celebren. La fatiga causada por el interminable debate pol¨ªtico sobre la justicia no parece extenderse a los procesos pendientes, entre ellos el que ve acusado al primer ministro, Silvio Berlusconi, de haber corrompido a varios jueces en el proceso sobre la compra de la sociedad alimentaria SME.
Tangentopoli destap¨® el sistema corrupto mediante el cual los partidos pol¨ªticos de la Primera Rep¨²blica consegu¨ªan financiarse cobrando comisiones a las grandes y medianas empresas que aspiraban a hacer negocios en Italia. Como consecuencia de las investigaciones de los jueces de Mil¨¢n, que dieron vida al movimiento Manos Limpias, los dos grandes partidos de Gobierno, el socialista y la democracia cristina, desaparecieron del mapa pol¨ªtico.
Procesos por corrupci¨®n
Desde febrero de 1992, cuando fue detenido el socialista Mario Chiesa, director de un asilo de ancianos, con dinero de las comisiones ilegales, los jueces milaneses abrieron centenares de procesos por corrupci¨®n contra financieros y pol¨ªticos y llegaron a pedir 395 suplicatorios para procesar a otros tantos senadores y diputados, casi la mitad de los parlamentarios del pa¨ªs. A partir de 1994, la acci¨®n de Mani pulite se centr¨® en la investigaci¨®n de indicios de corrupci¨®n que pesaban sobre el magnate de la televisi¨®n privada, Silvio Berlusconi.
En noviembre de ese a?o, la noticia de que Il Cavaliere, entonces primer ministro, figuraba entre los investigados por presunta corrupci¨®n a la polic¨ªa financiera precipit¨® la ca¨ªda de su Gobierno. Desde entonces, Berlusconi ha centrado su mensaje pol¨ªtico en el ataque a los jueces.
Los ataques a los jueces de Mil¨¢n no impidieron a algunos de los dirigentes de izquierda, como el ex primer ministro Massimo D'Alema, iniciar un di¨¢logo pol¨ªtico sobre la reforma de la justicia con Berlusconi, que se sald¨® con una ruptura en 1997.
Los jueces de Mil¨¢n se sintieron amenazados por los pol¨ªticos. De ah¨ª que los magistrados m¨¢s pr¨®ximos a la izquierda celebraran la concentraci¨®n del s¨¢bado en el Palavobis de Mil¨¢n, como un intento de restituci¨®n del prestigio popular perdido. Los manifestantes aplaudieron sobre todo al ex magistrado Antonio di Pietro y respondieron con abucheos a la pregunta suscitada por los oradores: '?D¨®nde est¨¢n los dirigentes de la izquierda?'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.