Machismo en el banco

Suena el tel¨¦fono. La se?ora atiende a la llamada y le preguntan por su marido. Ella pregunta qui¨¦n llama. Es del banco. La se?ora dice que, si es del banco, pueden hablar con ella. Le responden que preferir¨ªan hablar con su marido. La se?ora le dice que ella, y no su marido, es la titular de la cuenta y que por lo tanto puede darle a ella cualquier informaci¨®n. Del otro lado del tel¨¦fono insisten en que, de todas maneras, prefieren hablar con su marido. La se?ora, decepcionada, le pasa el tel¨¦fono a su marido. La llamada es para informar al marido de la existencia de un servicio telef¨®nico para gestionar la cuenta bancaria. Afortunadamente, la interlocutora logr¨® hablar con el hombre. Hubiera sido una p¨¦rdida de tiempo intentar que una mujer entendiera esta informaci¨®n tan sofisticada. Por otra parte, as¨ª se evitan riesgos de que la mujer entienda algo y se le ocurra gestionar las cuentas bancarias. Adivinen en qu¨¦ pa¨ªs machista ha sucedido. ?Un pa¨ªs ¨¢rabe? ?Tercermundista? Lo siento. Yo tampoco cre¨ªa que est¨¢bamos as¨ª. Esto sucedi¨® en Madrid la semana pasada.