'Coco' busca due?o
A pesar de que el pasado 2 de noviembre le serraron las patas, a ¨¦l y a otros catorce canes, Coco consigui¨® escapar. Fue el ¨²nico superviviente. Sin que nadie lo supiera logr¨® sobrevivir gravemente herido, por las calles, hasta que un vecino lo recogi¨® y lo devolvi¨® a la Protectora de Animales. Imag¨ªnense el infierno por el que tuvo que pasar el animal hasta que fue rescatado por humanos, la misma especie a la que pertenec¨ªa el que blandi¨® la sierra y le amput¨® las patas. Al fin y al cabo, Coco volvi¨® a confiar, una vez m¨¢s, en las personas.
Si observamos la posici¨®n de su cuerpo mutilado, deduciremos que Coco s¨®lo puede moverse saltando sobre las patas traseras, como lo har¨ªa un peque?o canguro o un animal similar. Ya fue raro que no pereciese a causa de la terrible hemorragia de sus mu?ones, pero a¨²n m¨¢s asombrosas son sus actuales ganas de vivir. Por la expresi¨®n de su mirada brillante, uno dir¨ªa que Coco est¨¢ alegre. Feliz de seguir adelante. Ha superado el terrible trauma de la amputaci¨®n de sus extremidades superiores, y, seg¨²n los titulares, busca due?o. ?l mismo parece proclamarlo con sus acuosos ojos casta?os. Coco no puede intuir que a muchos les resultar¨ªa muy dif¨ªcil ser sus due?os. No por su cuerpo incompleto y por su saltar grotesco, sino por el enorme respeto que debe inspirar un animal que ha pasado por un indefinible tormento y ha sobrevivido sin ayuda alguna arrastr¨¢ndose por las calles. ?Qui¨¦n puede considerarse, por derecho, due?o de Coco? Al contrario, Coco parece tener suficientes m¨¦ritos como para ser alimentado y querido sin que nadie se defina nunca como su due?o. A lo sumo, uno puede hacerle creer a Coco que es su amo, pero en el fondo siempre sabr¨¢ que eso es una mentira piadosa para guardar las formas entre hombres y perros.
Con sus dos patas delanteras amputadas, Coco impresiona como un veterano soldado lisiado y condecorado. Aunque las cicatrices son sus medallas, no tiene orgullo, y sorprende su vitalidad inocente, su tremenda resistencia ante la adversidad sin quejas. En todos los sentidos, Coco aparece al primer golpe de vista como un ser superior al desaprensivo que le cort¨® las patas a ¨¦l y a otros catorce perros que murieron desangrados o tuvieron que ser rematados. Sin ahondar demasiado en la comparaci¨®n, es inevitable preguntarse por el origen de la energ¨ªa que desprende el perro tras su recuperaci¨®n milagrosa. ?Es algo natural, tan simple como el instinto de supervivencia? ?Es que ha comenzado a creer otra vez en el ser humano, ha recibido cari?o como quien cambia el combustible de su coraz¨®n y eso ha curado sus heridas? ?O acaso se trata de que los perros no piensan, ni se lamentan, ni se autocompadecen, ni se derrumban, sino que tiran palante sin hacerse preguntas, precisamente porque son animales irracionales, puras bestias dotadas de una fuerza singular? Sea lo que fuere, son muchas las reflexiones que puede suscitar un caso as¨ª, hasta el punto de afirmar que el que le cort¨® las patas a Coco perdi¨® su calidad humana y le otorg¨® al can su propia calidad de hombre. Pudo ser un m¨¢gico trasvase, por el cual lo poco de humano que hab¨ªa en el verdugo se traslad¨® a la esencia del perro, humaniz¨¢ndole. Y ah¨ª est¨¢ la prueba, el propio Coco, que ahora anda erguido sobre sus dos patas, casi como un ser humano.
'Ese perro es m¨¢s hombre que t¨²', se le podr¨ªa decir al que blandi¨® la sierra, sin temor a equivocarse. Y a pesar de todo, cuando las personas carecen de humanidad, se las compara con animales. Se les dice 'salvajes' cuando su impulso no ha respondido a un acto guiado por el hambre o por el instinto de supervivencia, sino a una acci¨®n premeditada y perversa. La perversidad se revela como un sin sentido -?es justificable la perversidad?- y se materializa, disfrazada o no de razones, como un atributo inherentemente humano, manifest¨¢ndose mediante cualquier atrocidad que no va a ninguna parte.
M¨¢s incre¨ªble todav¨ªa es que Coco, tras haber sufrido un trauma semejante, haya asimilado que no todos los hombres son iguales, sino que los hay buenos y malos. Lo cual se aproxima a distinguir entre el bien y el mal. Ese es un nivel de conocimiento al que algunos seres humanos no lograr¨¢n llegar en toda su vida.
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