28-F
El presidente Chaves ha pedido un periodo de reflexi¨®n para que los sevillanos se pronuncien sobre el supuesto pacto entre Madrid y Sevilla para los Juegos Ol¨ªmpicos de 2012. No parece que haya gustado mucho al presidente el que el alcalde de Sevilla haya aceptado iniciar alg¨²n contacto para que esta ciudad sea subsede ol¨ªmpica, lo que liberar¨ªa al Gobierno de la incomodidad de quedar en evidencia al decidir sus apoyos a Madrid. Por lo dem¨¢s, quienes saben de estas cosas aseguran que ni Madrid ni Sevilla tendr¨¢n posibilidad de ser sede ol¨ªmpica en el 2012, si acaso en el 2016 y si el COI no decide empezar a mirar a pa¨ªses que realmente necesitan m¨¢s de una excusa como esa para mejorar sus infraestructuras. No es el caso. Aqu¨ª ya no hacen falta excusas, hacen falta compromisos pol¨ªticos cotidianos. Cuando estamos a punto de celebrar un nuevo 28 de febrero, es justo recordar y reconocer, si no se est¨¢ en el radicalismo m¨¢s est¨¦ril o en la estrategia de oposici¨®n m¨¢s ciega, que Andaluc¨ªa ha crecido en los ¨²ltimos 20 a?os m¨¢s que en toda su historia. Andaluc¨ªa no est¨¢ hoy entre las comunidades m¨¢s ricas de Espa?a, pero s¨ª es la que m¨¢s ha crecido, lo que permite reflexionar sobre la dureza del pasado y la exigencia del futuro. Andaluc¨ªa es un lugar en el mundo, cuando s¨®lo fue un cuadro costumbrista y eso tiene que servir de impulso para seguir mejorando, para que nunca nos pueda nadie robar el presente, ni condicionar el futuro.
El asunto ol¨ªmpico puede ponernos en la circunstancia indeseable de competencia entre ciudades y la reivindicaci¨®n integrista de lo local. Nada m¨¢s est¨¦ril. En general estamos todos bastante dotados para la ¨¦pica, y ella suele dejar p¨¢ginas en la historia, pero donde verdaderamente se fragua el bienestar y el futuro de los pueblos es en el esfuerzo cotidiano. Ah¨ª es donde queremos ver brillar a nuestros pol¨ªticos haciendo buena cada ma?ana de cada d¨ªa para todos, para que todos podamos tener la misma disposici¨®n a celebrar acontecimientos que s¨ª lo fueron y tuvieron sentido, porque eran necesarios en su momento, tan necesarios como el, sin duda, ¨¦pico y decisivo 28 de febrero de 1980, cuyo 22 aniversario estamos a punto de celebrar.
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