Nueve jueces supremos en el banquillo
El Congreso de Argentina acusar¨¢ esta semana a los miembros del Supremo por el mal desempe?o de sus funciones
Se dir¨ªa que son nueve hombres sin piedad. Los sumos pont¨ªfices del poder judicial. Los que tienen en sus manos decisiones trascendentales, que no admiten discusi¨®n. Inapelables. La c¨²spide de la pir¨¢mide de la judicatura. Quiz¨¢ no eran muy queridos por la poblaci¨®n, pero qui¨¦n iba a meterse con aquellos magistrados que parec¨ªan estar por encima del bien y del mal. Hasta fecha reciente, los nueve integrantes de la ilustre Corte Suprema de Justicia de Argentina eran intocables en sus cargos vitalicios. Esta semana, la comisi¨®n parlamentaria de Juicio Pol¨ªtico presentar¨¢ los cargos acusatorios contra los miembros del alto tribunal por mal desempe?o de sus funciones. Comienza una etapa decisiva que puede fulminar a nueve jueces supremos en el ¨²ltimo tramo de su carrera profesional.
Cada juez acumula al menos 15 causas, la mayor¨ªa esc¨¢ndalos de la ¨²ltima d¨¦cada
'De ac¨¢ me van a sacar con el Ej¨¦rcito', dijo Adolfo V¨¢zquez, uno de los magistrados
Algo empieza a cambiar en Argentina. Quienes se comportaban como seres todopoderosos viven recluidos, sin apenas aparecer en la escena p¨²blica. Cuando se mueven lo hacen fuertemente custodiados. No est¨¢n los tiempos para correr riesgos. Los ilustres cortesanos son objeto de constantes manifestaciones de repudio en distintos puntos del pa¨ªs que llegan hasta las puertas de sus casas, a menudo embadurnadas con pintadas ofensivas. Ahora, los ciudadanos conocen sus nombres y sus caras y saben d¨®nde viven. Un nuevo grito de guerra recorre Argentina: '?Que se vayan todos!'. La Corte Suprema de Justicia es la instituci¨®n m¨¢s cuestionada.
La mayor¨ªa calla, pero alguno, como Adolfo V¨¢zquez, no esconde su arrogancia. 'De ac¨¢ me van sacar con el Ej¨¦rcito', ha dicho. La noche del jueves pasado no pudo salir de su casa al comprobar que una veintena de personas le esperaban en la calle con insultos. Dio marcha atr¨¢s y al d¨ªa siguiente present¨® una denuncia por 'amenazas y privaci¨®n ilegal de libertad'.
La Corte resuelve anualmente 14.770 causas. Cuenta con 192 funcionarios de alta jerarqu¨ªa que asisten al tribunal y emplea a 2.341 funcionarios y empleados administrativos. Como comparaci¨®n, la Corte Suprema de Estados Unidos, de cuya jurisprudencia se nutre el m¨¢ximo tribunal argentino, decide entre 70 y 90 casos por a?o (menos del 1% que en Argentina, a pesar de tener siete veces m¨¢s habitantes).
El inicio del juicio pol¨ªtico por parte del Congreso, que cuenta con el respaldo del Gobierno, es la puntilla que podr¨ªa desembocar en la destituci¨®n de los miembros del alto tribunal. Las causas son numerosas -cada uno de los jueces acumula no menos de 15-, e incluyen los mayores esc¨¢ndalos no resueltos de la ¨²ltima d¨¦cada en los que la Corte dio carpetazo. Como el atentado a la Embajada de Israel -los diputados acusadores hablan de negligencia por la demora injustificable de la Corte en la instrucci¨®n de la causa-; el rebalanceo de tarifas telef¨®nicas -el tribunal dio validez legal al aumento de tarifas durante el Gobierno de Menem y al desmantelamiento del organismo regulador que dej¨® desamparados a los usuarios-; el caso Corrientes -los jueces habilitaron la candidatura a gobernador de la provincia de Ra¨²l Romero Feris, a pesar de que estaba detenido y procesado-; o el contrabando de armas a Croacia y Ecuador, por el que fue detenido y procesado y posteriormente absuelto el ex presidente Menem. 'Hoy, la Corte Suprema no es un ¨®rgano independiente y por eso est¨¢ siendo enjuiciada', dice Sergio Acevedo, diputado peronista y presidente de la Comisi¨®n de Juicio Pol¨ªtico de la C¨¢mara Baja.
Los jueces tardaron 24 horas en responder al inicio de la ofensiva del Parlamento. Un d¨ªa despu¨¦s de constituirse la comisi¨®n de Juicio Pol¨ªtico, la Corte Suprema declar¨® inconstitucional la congelaci¨®n de dep¨®sitos bancarios (corralito), en el pol¨¦mico fallo del caso del ciudadano Carlos Antonio Smith, que hab¨ªa exigido la restituci¨®n de sus fondos al banco en la provincia de Corrientes. La sentencia, redactada y firmada en escasas horas, ech¨® m¨¢s le?a al fuego y el presidente Eduardo Duhalde la calific¨® de chantaje. La comisi¨®n parlamentaria dijo que se creaba un clima institucional de resultados imprevisibles. 'La Corte no actu¨® en beneficio de los ahorristas ni del sistema financiero, sino en respuesta al juicio pol¨ªtico, para crear caos', opina Acevedo.
Entre los 31 diputados que forman la comisi¨®n de Juicio Pol¨ªtico hay planteamientos claramente divergentes. Quienes abogan por una reforma profunda del poder judicial critican el hecho de que los magistrados no est¨¢n sometidos a los mismos c¨®digos de conducta y rendici¨®n de cuentas que el resto de funcionarios. No est¨¢n obligados a presentar sus declaraciones juradas, est¨¢n exentos del pago del impuesto a las ganancias y no se han visto afectados por recorte salarial alguno.
La falta de transparencia y deliberaci¨®n en la designaci¨®n y destituci¨®n de jueces es norma, los partidos pol¨ªticos hacen y deshacen al margen del Parlamento. El prestigioso constitucionalista Rafael Bielsa, ex s¨ªndico general de la Naci¨®n (cargo similar al Defensor del Pueblo), opina que '¨¦sta es una ocasi¨®n ¨²nica para sentar de manera ejemplar las bases de un nuevo poder judicial. No se trata de remover un n¨²mero de jueces. Habr¨¢ que remover a quienes merezcan ser removidos porque se prob¨® que merec¨ªan serlo. Un juicio pol¨ªtico no es un juicio final, es un juicio, en alguna medida, de concepto'.
Hay miembros de la comisi¨®n de Juicio Pol¨ªtico, como la vicepresidenta Nilda Garr¨¦ (Frepaso) o Elisa Carri¨® (ARI), que opinan que un cargo vitalicio tiene que ser examinado no s¨®lo de sus conocimientos jur¨ªdicos, sino de sus condiciones democr¨¢ticas y de su trayectoria p¨²blica.
Las peticiones de juicio pol¨ªtico en manos de la comisi¨®n parlamentaria ascienden a 32. 'Algunos son muy serios y muy concretos', asegura Bielsa, y afirma que afectan a los nueve miembros. Pero el grueso de las denuncias apuntan a los cinco integrantes de la llamada mayor¨ªa autom¨¢tica, que son Julio Nazareno (presidente), Guillermo L¨®pez, Adolfo V¨¢zquez, Molin¨¦ O'Connor y Antonio Boggiano. Todos ellos fueron nombrados por Menem, m¨¢s Augusto Belluscio y Gustavo Bossert. Enrique Petracchi y Carlos Fayt son los miembros restantes.
Nazareno ha llenado bastantes cr¨®nicas mundanas. De ¨¦l se recuerda, por ejemplo, que una vez pas¨® un sem¨¢foro en rojo cuando iba a jugar al golf. Un polic¨ªa le dio el alto y el juez interpel¨® arrogante: '?Usted sabe con qui¨¦n est¨¢ hablando?'. El incidente termin¨® ah¨ª y el presidente de la Corte Suprema sigui¨® su camino sin multa ni sanci¨®n alguna. Bielsa subraya que Nazareno est¨¢ muy asociado 'a una vida impropia' de su cargo.
Jorge Bacqu¨¦, nombrado por Ra¨²l Alfons¨ªn, protagoniz¨® uno de los gestos c¨ªvicos m¨¢s notables de la Argentina de los ¨²ltimos a?os. En abril de 1990, el presidente Carlos Menem promovi¨® la ampliaci¨®n de la Corte Suprema, y el juez advirti¨® que si aumentaba el n¨²mero de miembros del alto tribunal de cinco a nueve se generar¨ªa una mayor¨ªa autom¨¢tica, que quebrar¨ªa la continuidad jurisprudencial. 'Si esta ley se aprueba, voy a renunciar', dijo. Y renunci¨®. Fue el ¨²nico. 'Tuve el p¨¢lpito, que confirm¨¦ inmediatamente en el primer a?o, de que no podr¨ªa hacer nada en contra de la nueva mayor¨ªa. La Corte, a veces con el voto de alguno de los viejos y otras veces s¨®lo con los cinco nuevos, empez¨® a dictar sentencias con una ideolog¨ªa mucho m¨¢s conservadora. Por ejemplo, en materia laboral o de la vida privada de las personas'.
Una encuesta reciente entre juristas le sit¨²a en cabeza de las preferencias para ocupar un puesto en una eventual Corte renovada. ?Aceptar¨ªa? 'Tendr¨ªa que pensarlo, la respuesta inmediata es no, pero tendr¨ªa que ver cu¨¢les son las circunstancias, qui¨¦nes ser¨ªan los dem¨¢s, que procesos son llevados a cabo, porque nunca aceptar¨ªa ser miembro de la Corte si creo que el proceso de separaci¨®n ha sido injusto. Tendr¨ªan que ser demasiadas condiciones que dif¨ªcilmente se dar¨ªan'.
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