Sue?os y promesas

Empez¨® a capella con una especie de canci¨®n de cuna enternecedora y termin¨® su actuaci¨®n intimista con una larga y bailable rumba congole?a que levant¨® al p¨²blico de los asientos. De las antiguas colonias portuguesas de ?frica llegan m¨²sicas de gran belleza y sensibilidad. Aunque Sara Tavares le da a la suya ese punto de soul norteamericano que la diferencia de sus colegas lus¨®fonos africanos, m¨¢s cerca de Brasil y Cuba. Naci¨® en Lisboa, en una familia de Cabo Verde, pero, para entendernos, canta m¨¢s como Alicia Keys que como Cesaria Evora.

Trajo en su voz de timbre c¨¢lido buenas canciones, la mayor¨ªa de su pu?o y letra. La que trata de una mariposa, con golpes r¨ªtmicos sobre una tinaja y el canto-respuesta del bajista, se convirti¨® en un momento emotivo de la noche. Se puede seguir su rastro en Eurovisi¨®n 1994, en adaptaciones para pel¨ªculas de Disney como El jorobado de Notre Dame o, incluso, en la primera edici¨®n portuguesa de Lluvia de estrellas, que Sara Tavares, aficionada al gospel, gan¨® imitando a Whitney Houston. Seg¨²n los momentos, se perciben influencias de Mar¨ªa Jo?o, Lokua Kanza, Djavan, Tito Paris, Noa... Tiene personalidad y un encanto indiscutible. Es de esas personas para las que cantar parece una necesidad.

Repite que est¨¢ comenzando. Se dir¨ªa que est¨¢ creciendo y luchando por una independencia que no siempre ha tenido. Empez¨® no hace mucho a mirarse en ?frica y a sentirse caboverdiana, aprendi¨® a hablar crioulo. Deber¨ªa ir recogiendo los frutos. A sus 24 a?os, y con esa voz, le est¨¢ permitido so?ar.