81 presos usaron parches 'antidroga' en 2001 para demostrar su rehabilitaci¨®n
Seis de los reos podr¨ªan lograr el r¨¦gimen abierto
Un total de 81 reclusos de distintas c¨¢rceles madrile?as y con antecedentes por drogas utilizaron el a?o pasado los parches antidroga para demostrar ante los jueces su rehabilitaci¨®n -los parches prueban si el reo ha consumido o no estupefacientes- y poder solicitar as¨ª permisos carcelarios. El programa ha resultado positivo para seis de estos internos, cuyo comportamiento -demostraron no consumir drogas- les podr¨ªa suponer pasar a r¨¦gimen abierto y acudir s¨®lo a la c¨¢rcel para dormir. El Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad, promotores del programa, repartir¨¢n este a?o 400 parches m¨¢s.
La puesta en marcha del sistema de los parches antidroga, en marzo de 2001, ha servido desde entonces para que los internos con antecedentes como consumidores habituales de drogas puedan demostrar ante los jueces que durante los permisos carcelarios que disfrutan no consumen estupefaciente alguno. Esta prueba posibilita a los penados solicitar otros permisos similares y alg¨²n que otro beneficio penitenciario si, adem¨¢s, el preso demuestra un buen comportamiento intramuros y si as¨ª lo aconseja una valoraci¨®n psicol¨®gica previa. Seg¨²n datos aportados por el Servicio de Asesoramiento a Jueces e Informaci¨®n y Atenci¨®n a Detenidos Drogodependientes (Sajiad), ubicado en los juzgados de la plaza de Castilla, 81 internos de distintas c¨¢rceles madrile?as utilizaron en 2001 los parches antidroga para justificar su abstinencia de estupefacientes y conseguir permisos penitenciarios. El an¨¢lisis de los 81 parches colocados a los internos arroj¨® un 75% de casos negativos en el consumo de hero¨ªna y un 89% tambi¨¦n negativo en el consumo de coca¨ªna; adem¨¢s, s¨®lo un 32% dio positivo en el consumo de cannabis. Cuando un interno solicita uno de estos permisos, los t¨¦cnicos del Sajiad le colocan un parche en alg¨²n lugar del cuerpo (en general, un brazo o una pierna) durante una semana. Si en ese tiempo, estando todav¨ªa el reo en prisi¨®n, no se detecta ning¨²n consumo de drogas y, adem¨¢s, una valoraci¨®n psicol¨®gica lo aconseja, los expertos le ponen otro parche, y se le concede a continuaci¨®n el permiso penitenciario. M¨¢s tarde, cuando el recluso regresa al centro, el an¨¢lisis del parche detecta si ha habido o no consumo de drogas y, en caso afirmativo, de qu¨¦ tipo han sido ¨¦stas. En base a ese resultado, los responsables penitenciarios toman decisiones sobre futuros permisos. Los parches, como las esponjas, absorben la toxinas que se expulsan a trav¨¦s de la piel y se impregnan de las sustancias consumidas. As¨ª, con ellos se puede detectar si el penado ha consumido hero¨ªna, coca¨ªna, hach¨ªs o psicotr¨®picos como Diazepan, Transilium o Rohipnol, o drogas de dise?o. Si alguna de estas sustancias es descubierta, se acabaron los permisos. Pero si la anal¨ªtica es negativa el preso podr¨¢ seguir disfrut¨¢ndolos, siempre y cuando su comportamiento en el interior del centro penitenciario as¨ª lo merezca. El programa depende de los t¨¦cnicos del Sajiad, un servicio cofinanciado por la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid que tiene su sede en los juzgados de la plaza de Castilla. Tambi¨¦n participan, desde su creaci¨®n, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y el Ministerio de Justicia.
Efecto disuasorio
'Creo que el parche tiene un efecto disuasorio, act¨²a como una herramienta de control ante la tentaci¨®n del consumo de sustancias. Es decir, permite al interno reflexionar antes de actuar de forma impulsiva', comenta Berta Gord¨®n, directora del servicio. Las entrevistas con los internos interesados en el programa comenzaron en 2000, y los primeros parches antidroga les fueron colocados, de forma experimental, a dos presos, uno de ellos interno en la prisi¨®n de Aranjuez y el otro en el centro de r¨¦gimen abierto Victoria Kent. Ninguno de los dos tom¨® estupefacientes. A lo largo de este a?o, el servicio tiene previsto entregar otros 400 parches antidroga a presos de la regi¨®n.
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