Do?a Juana y los locos
Por Granada corre desde antiguo una sospecha entre ir¨®nica y tierna seg¨²n la cual en el mausoleo de los Reyes Cat¨®licos, en la Capilla Real, est¨¢n enterrados en realidad un sastre del Realejo y una modista de Cartuja. Un servidor ha supuesto que quiz¨¢ antes de morir, y ser sepultados en secreto bajo toneladas de m¨¢rmol, tejieron su misterioso amor entre hebras de hilo, dedales y jaboncillos perdurables. Si los Reyes Cat¨®licos se han desvanecido en su severo sepulcro ?qu¨¦ pensar¨¢n los sustentadores de este hermoso cuento que guarda el ata¨²d de do?a Juana La Loca? ?Un gajo de raz¨®n? ?La muela de su juicio perdido?
Es l¨®gico que puestos a elegir entre Isabel la Cat¨®lica y Juana la Loca el segundo personaje, un estereotipo rom¨¢ntico, resulte m¨¢s seductor. Una locura misteriosa es m¨¢s fascinante que la fr¨ªa, si no c¨ªnica, raz¨®n de una estadista. El parad¨®jico romanticismo que pusieron de moda ciertos poetas decadentes a¨²n domina nuestro sentido del juicio, de ah¨ª que do?a Juana, en una confrontaci¨®n m¨¢s est¨¦tica que pol¨ªtica, gane a su madre por un pu?ado de sinrazones frente a una poderosa colecci¨®n de decretos y ¨®rdenes de guerra o de conquista.
Ahora bien, convertir esta simpat¨ªa simple en un argumento ideol¨®gico para vivificar la imagen de una por encima de la otra adem¨¢s de un sinsentido es un disparate anacr¨®nico. Pues bien, justamente en este a?o 2002 la reina cat¨®lica y la reina demente parecen que han salido de sus sepulcros granadinos para confrontar sus respectivos temperamentos en un mundo extra?o donde los fantasmas cobran un sorprendente sentido de la realidad.
Asunci¨®n J¨®dar, no se sabe si en calidad de concejal de la Mujer o como miembro de la diplomacia (Relaciones Institucionales) del Ayuntamiento de Granada, deposit¨® ayer un ramo de flores sobre la tumba de Juana la Loca por 'primera vez en cuatro siglos'. Es cierto que en el pante¨®n se han visto coronas f¨²nebres pero nunca una dedicada en exclusiva. En su elogio funeral, dijo la concejal que do?a Juana no sobresali¨® porque era mujer y antepuso la familia a los cuidados del Estado y que si hubiera sido hombre 'su vida habr¨ªa sido diferente'. Pero adem¨¢s, Asunci¨®n J¨®dar supuso, en un atrevido juicio universal, que si hubiera reinado 'la historia habr¨ªa cambiado mucho'. O sea, que fue otra v¨ªctima del machismo seg¨²n nuestro entendimiento contempor¨¢neo. M¨¢s festiva ha sido Sara Baras que ha montado un espect¨¢culo flamenco en el que la enamorada de Felipe el Hermoso baila por buler¨ªas.
Frente a la reina esquizofr¨¦nica surge la figura poderosa de su madre, a quien los obispos espa?oles, ay, quieren hacer santa. En Granada un servidor asisti¨® hace a?os al funeral m¨¢s ins¨®lito de todo su dolorido sentir: un funeral, en efecto, por Isabel la Cat¨®lica, con sus gorigoris y requi¨¦scat. Falt¨®, eso s¨ª, el pariente del finado a quien al final de la funci¨®n se da el p¨¦same en fila india.
Pregunta: qu¨¦ ejemplares son m¨¢s razonables ?los locos, los cuerdos, los santos, los obispos o las concejales? Respuesta: el sastre del Realejo y la modista de Cartuja.
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