Castell¨®n desde las alturas
La visita a la restaurada torre de El Fadr¨ª se convierte en motivo de atracci¨®n en la Magdalena del 750 aniversario de la ciudad
Castell¨®n recuper¨® ayer para los castellonenses uno de sus principales s¨ªmbolos: El Fadr¨ª. La rehabilitaci¨®n del interior y exterior de este monumento, en el que se ubica el campanar de la capital de la Plana, ha devuelto la curiosidad por conocer qu¨¦ es y para qu¨¦ se construy¨® El Fadr¨ª, (el soltero) que recibi¨® este nombre por estar separado de la iglesia. Ayer d¨ªa de Magdalena, lunes festivo en Castell¨®n, fue tambi¨¦n el d¨ªa en el que la colla Pixav¨ª, como todos los a?os, invita a visitar el campanario. La expectaci¨®n fue m¨¢xima. Cientos de castellonenses y for¨¢neos se acercaron hasta el campanario y no dudaron en esperar largas colas pese a que tras ellas les aguardaba una interminable escalinata para contemplar Castell¨®n desde las alturas. Desde las cuatro de la tarde y a pie del campanario, cerca de media hora de espera para contemplar el primero de los elementos restaurados, que es la fachada de la torre, en la que se ha recuperado una leyenda de la ¨¦poca de Carlos II, aproximadamente de 1667, con la que, seg¨²n los responsables de la restauraci¨®n, se conmemor¨® una victoria de la ¨¦poca.
Tambi¨¦n en la parte inferior de la fachada, se pudieron ver ayer los clavos de los que los mercaderes se val¨ªan para colgar los toldos de sus comercios.
Despu¨¦s de casi un centenar de escalones, la Sala del Reloj, donde han aparecido representaciones que, posiblemente, se encuentren relacionadas con la inscripci¨®n de la fachada, ya que muestran una figura blandiendo una espada, relacionada con la Guerra de Catalu?a.
Adem¨¢s, en la estancia se conserva la m¨¢quina del reloj de 1850. Un poco m¨¢s arriba, la c¨¢rcel, uno de los espacios que despert¨® m¨¢s inter¨¦s y el que ha permitido dilucidar una buena parte de la historia del campanario. Adem¨¢s de las cuerdas para tocar las campanas y un peque?o altar dedicado a la Mare de D¨¦u de la Cova Santa, los trabajos de limpieza y restauraci¨®n de la letrina han permitido encontrar llaves de oro, monedas pertenecientes a los presos o un rev¨®lver, correspondientes a una larga ¨¦poca de tres siglos, entre 1600 y 1900, que, en un futuro, se expondr¨¢n en el interior del monumento.
En la parte m¨¢s alta de la torre se encuentra la Casa del Campanero, en la que existen im¨¢genes del siglo XX y una reproducci¨®n de los estantes originales de la habitaci¨®n, pintados en tonos azules. El suelo original, junto al banco de la habitaci¨®n que conserva las losas de la ¨¦poca, completa el legado hist¨®rico de la ¨²ltima sala de El Fadr¨ª. Una sala que alberga en una de sus ventanas un reloj de sol de precisi¨®n, una pieza de la que s¨®lo se conservan ocho ejemplares en todo el mundo.
Sin embargo, ¨¦sta no fue la ¨²nica de las novedades que ayer depararon las fiestas de la Magdalena. Tras la pol¨¦mica del pasado a?o, en la que las comisiones de gaiata se negaron a participar en la llamada encesa, molestos por la organizaci¨®n del acto, la Junta de Fiestas ha optado por separar las gaiates y el espect¨¢culo de luz. As¨ª, mientras en una parte de la ciudad los veinte monumentos de luz recib¨ªan su homenaje, en otro punto de la capital de La Plana llegaba el espect¨¢culo de Iluminaci¨®n Ornamental con la pervivencia del fuego y la m¨²sica como elementos predominantes, con la m¨²sica de El Amor Brujo, de la Danza del Fuego de Manuel de Falla, entre otras piezas, como fondo.
Dicen que las fiestas de la Magdalena est¨¢n evolucionando, aunque el monumento y s¨ªmbolo principal, la gaiata, mantenga su tan criticada estructura y materiales. En cualquier caso, quiz¨¢ por la celebraci¨®n del 750 aniversario de la fundaci¨®n de la ciudad o porque los actos resultan cada vez m¨¢s participativos, el hecho es que las calles de Castell¨®n est¨¢n estos d¨ªas m¨¢s repletas que otros a?os.
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