'El suicidio ha crecido cuatro veces en cinco a?os en los hombres'
La conducta suicida nunca es s¨®lo fruto de una situaci¨®n vital l¨ªmite por un gran estr¨¦s o sufrimiento, sino que se gesta en el seno familiar a partir de dos factores de riesgo: la gen¨¦tica y todo lo relacionado con los padres. As¨ª lo asegura John Mann, profesor de Psiquiatr¨ªa y Radiolog¨ªa y jefe de la secci¨®n de Neurociencias en la Universidad de Columbia de Nueva York.
En opini¨®n de Mann, la conducta suicida se incrementa notablemente a partir de procesos psiqui¨¢tricos m¨¢s o menos graves. 'Sin enfermedad mental es rar¨ªsimo que se produzca un acto suicida. En m¨¢s del 90% de los casos consumados existe un trastorno mental diagnosticable en el momento de la muerte', se?ala.
En el 60% de los casos de suicidio se observa un sustrato de enfermedad depresiva y en el 40% restante existen trastornos de la personalidad, esquizofrenia, drogadicci¨®n y alcoholismo. Seg¨²n Mann, la prevenci¨®n del suicidio debe plantearse mediante el diagn¨®stico y correcto tratamiento de los problemas mentales. 'Sin embargo', advierte, 's¨®lo uno de cada seis pacientes depresivos est¨¢ bien diagnosticado'.
'En el 90% de los casos consumados existe un trastorno mental diagnosticable'
Considerado una primera autoridad mundial en el estudio de los factores biopsicosociales del suicidio, Mann aclara que la mayor parte de los pacientes psiqui¨¢tricos no se suicidan, 'por lo que no pueden equipararse los conceptos de enfermedad mental y suicidio'. De esto se deduce que existen adem¨¢s otros factores, a¨²n no bien conocidos, 'que se podr¨ªan encuadrar en el marco de la vulnerabilidad e impulsividad'.
Observaciones y estudios epidemiol¨®gicos han demostrado que la mayor tasa de suicidios en pacientes psiqui¨¢tricos se registra en aqu¨¦llos con un rico historial de actos de impulsividad, agresividad, competitividad e inestabilidad, seg¨²n reconoce Mann, que ha viajado a Madrid para participar en un simposio internacional de avances en psiquiatr¨ªa.
Cada a?o consuman el suicidio un mill¨®n de personas en todo el mundo y de 20 a 30 millones lo intentan. La conducta suicida y sus tentativas constituyen una causa importante de morbimortalidad (complicaciones y muerte). Cuanta m¨¢s carga de agresividad exista en una sociedad, mayor es la prevalencia de suicidios. En la poblaci¨®n estadounidense de 15 a 35 a?os, por ejemplo, esta conducta es la tercera causa de muerte, tras los accidentes y los actos de violencia. En Espa?a y el resto de Europa se sit¨²a en segundo lugar.
Mann se?ala que el suicido consumado es m¨¢s prevalente en los varones, y las tentativas en las mujeres. En los ¨²ltimos cinco a?os esta conducta se ha incrementado de tres a cuatro veces en el sexo masculino.
Para el psiquiatra australiano, afincado en Estados Unidos desde 1976, el estudio de los factores biol¨®gicos ha demostrado una alteraci¨®n en el sistema serotonin¨¦rgico, implicado en un alto n¨²mero de funciones que controla el cerebro. 'En investigaciones post mortem con t¨¦cnicas de neuroimagen hemos visto que el cerebro de los suicidas presenta niveles m¨¢s bajos de serotonina en la corteza prefrontal, relacionada con la impulsividad. Este conocimiento reciente puede ayudarnos a identificar en las personas vivas aquellas que tienen m¨¢s alto riesgo de suicidarse', afirma Mann, que preside el Consejo Cient¨ªfico de la Fundaci¨®n Americana para la Prevenci¨®n del Suicidio.
Mann explica que si en la depresi¨®n, que es uno de los procesos mentales m¨¢s infradiagnosticados y con un alto riesgo de suicidio, la serotonina est¨¢ disminuida en distintas regiones de la corteza cerebral, se ha hallado que los pacientes depresivos m¨¢s proclives al suicidio tienen unos niveles de este neurotransmisor a¨²n m¨¢s bajos en la zona prefrontal.
Ausencia de la madre y niveles de serotonina
Los conocimientos actuales del modelo biopsicosocial del suicidio revelan que la gen¨¦tica determina en gran medida los niveles de los dos neurotransmisores implicados, y hasta ahora identificados, en esta conducta: la serotonina y la noradrenalina. 'La influencia de los padres', explica Mann, 'y especialmente de la madre, desempe?a un papel relevante'. Se ha visto en estudios en monos que cuando estos animales eran privados de la compa?¨ªa materna presentaban unos niveles m¨¢s bajos de serotonina. Estos monos sin madre eran mucho m¨¢s agresivos e impulsivos. Igualmente, las investigaciones de Mann y su equipo han hallado en adultos sometidos a malos tratos en la infancia que presentan m¨¢s riesgo de impulsividad y de conductas suicidas. 'La falta de cari?o y los malos tratos en la ni?ez generan un estr¨¦s que condiciona alteraciones de la noradrenalina', a?ade el psiquiatra. Estudios en cerebros han permitido ver que los suicidas presentan m¨¢s estr¨¦s y niveles m¨¢s bajos de este neurotransmisor. 'Las experiencias vitales estresantes y negativas predisponen al suicidio, pero siempre tras la aparici¨®n de un cuadro depresivo, m¨¢s o menos larvado, y con un claro descenso de los niveles de serotonina en distintas ¨¢reas cerebrales y m¨¢s a¨²n en la corteza prefrontal', explica Mann. El componente gen¨¦tico tambi¨¦n se ha hallado, seg¨²n Mann, en investigaciones en ni?os divididos en grupos: unos eran hijos de suicidas y otros no. Los primeros se deprim¨ªan m¨¢s y corr¨ªan m¨¢s riesgo de suicidarse.
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