De balde
La muerte de dos personas durante el pasado fin de semana, despu¨¦s de consumir ¨¦xtasis en una fiesta musical, ha puesto de relieve la incapacidad y la ausencia de responsabilidad, por parte de quienes est¨¢n obligados a cuidar de la seguridad y a prevenir la comisi¨®n de delitos. Tambi¨¦n de quienes est¨¢n obligados a exigirla. No se trata, en esta ocasi¨®n, de unas muertes por posible sobredosis, que hayan ocurrido en lugares escondidos. Aquellos en los que, a solas y sin miradas, te acercas a la muerte, o a la locura, con la droga. Se trata de unas muertes que, por las circunstancias que las han rodeado, las hacen diferentes.
La celebraci¨®n de una fiesta musical en un recinto p¨²blico, cedido gratuitamente por el Ayuntamiento de M¨¢laga para que una parte de la juventud se distraiga, mientras otros se lucran de este desinter¨¦s, y la presencia de polic¨ªas, y vigilantes privados, debieron servir para impedir el consumo generalizado de drogas, cuando no su venta. Una situaci¨®n f¨¢cil de detectar, cuando las ambulancias no pararon durante toda la noche de asistir a j¨®venes con sobredosis, sin que nadie fuera capaz de asumir la responsabilidad de detener esta locura.
De poco sirve a estos j¨®venes que han muerto que, ahora, se quiera culpar a presiones de dirigentes de Canal Sur Radio sobre el Ayuntamiento de M¨¢laga para que cediera el recinto. Tampoco les sirve que el ministro del Interior, tan cuidadoso en el orden p¨²blico de trabajadores y universitarios, se deje caer con aquello de que 'es una asunto triste' y a continuaci¨®n advierta de que 'nadie busque responsabilidades en la Junta, en el Ayuntamiento o en los otros' (lo de los otros debe referirse, sin decirlo, a su Ministerio). Es normal, para muchos pol¨ªticos, que siempre que el comportamiento de alguien pueda enmierdar a su grupo, lo mejor es que no pase nada. As¨ª la mierda no salpica.
En cualquier caso, no estar¨ªa de m¨¢s que, por una sola vez, quienes nos gobiernan dejaran de enmierdarse entre s¨ª y acabaran con la incompetencia de quienes permiten el uso gratis de recintos municipales, y se ayudan de la publicidad de una Radio de todos y, en cambio, no son capaces de evitar que la droga forme parte de la fiesta. A estos incompetentes, estas muertes no deber¨ªan salirles de balde.
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