'Todo el mundo va puesto de algo'
Una de las 35 fiestas 'tecno' celebradas ayer muestra c¨®mo el '¨¦xtasis' circula libremente entre los j¨®venes asistentes
Juanma sali¨® a trabajar este s¨¢bado en una discoteca de Madrid a las ocho de la tarde con 120 pastillas de ¨¦xtasis en el bolsillo: smileys amarillos (con la carita redonda y sonriente que se puso de moda a principios de los noventa) y prince (con el estramb¨®tico s¨ªmbolo que utiliza el cantante estadounidense Prince). A mediod¨ªa del domingo, para cuando entr¨® en su tercera fiesta rave hab¨ªa vendido ya ochenta pastillas de droga a seis euros cada una: en dos horas vendi¨® otras veinte. Era cuesti¨®n de tiempo que vendiera las veinte restantes. 'Mira a tu alrededor: todo el mundo, o el 95%, va puesto de algo'.
La fiesta en cuesti¨®n se celebraba en el centro comercial Parquesur, de Legan¨¦s (periferia de Madrid), desde las diez de la ma?ana hasta las doce de la noche. S¨®lo era una m¨¢s de entre las 12 sesiones de tecno que se pod¨ªan disfrutar ayer en Madrid. En toda Espa?a se celebraron 35. Juanma hab¨ªa estado antes en otras dos, pero el s¨¢bado hubo 89 sesiones diferentes en todo el pa¨ªs, y el viernes, 71. En la puerta, nada de comida, nada de bebida. Registro somero y un riguros¨ªsimo control de la edad de los asistentes.
'Yo, a veces he llegado a empalmar desde el jueves hasta el lunes', dice Erika, de 19 a?os. Habla de la cultura tecno en t¨¦rminos de 'modo de vida'. Se ha tomado a las once de la ma?ana un smiley azul. 'Puedo llegar a tomar hasta ocho pastillas. El que se mata con ¨¦xtasis tambi¨¦n se mata solito, no se pueden buscar culpables'.
Juanma, canario de 21 a?os, le quita importancia al negocio y afirma que 'ya no es como antes'. 'Hace meses yo compraba a un intermediario partidas de 1.000 pastillas y se las daba a otros para que las vendieran por m¨ª. Con eso sacaba un dineral. Ahora hay m¨¢s locales, m¨¢s p¨²blico, m¨¢s m¨²sica, m¨¢s pinchas, m¨¢s pastillas, m¨¢s camellos... y menos ganancias para cada uno, como en todo'. Aparte de Juanma, para buscar la marcha en unos gramos de ¨¦xtasis basta con preguntar 'a cualquiera m¨¢s acelerado de la cuenta'.
El p¨²blico de la fiesta de Legan¨¦s se esfuerza en distinguirse de 'la gente que va a cosas como la de M¨¢laga [dos chicos murieron presuntamente por ingesti¨®n de ¨¦xtasis adulterado]'. Erika se?ala: 'Eso no tiene nada que ver con la gente que hay aqu¨ª. Si t¨² eres de clase media, tus padres te han dado una educaci¨®n y te han ense?ado a tener amplitud de miras, eres una persona que controla. Si conoces tus l¨ªmites no tienes problemas'.
Esa persona que 'controla' podr¨ªa ser Beatriz, de 18 a?os, que lleg¨® en septiembre a Madrid desde Le¨®n a estudiar Dise?o Industrial en una universidad privada 'Por Le¨®n tambi¨¦n buscaba este tipo de ambiente, pero es que aqu¨ª todo es a lo grande'. Se levant¨® ayer s¨®lo para ir a Legan¨¦s. Bea no es tan indulgente con las pastillas que han acompa?ado sus meses en la capital. 'El otro d¨ªa, mi novio me besaba y yo le apartaba porque cre¨ªa que era otra persona. A m¨ª no me acaba de gustar esto. Intento darle cada vez menos al ¨¦xtasis. Algunas pastillas te dan unos rollos muy malos'. Bea tampoco cree en esa supuesta hermandad espont¨¢nea que surge con las pastillas y el tecno: 'A esos luego te los encuentras sin colocar y son personas totalmente distintas. El ¨¦xtasis no te hace amigo de nadie'.
A las dos de la tarde, el local abre una terraza soleada. Con la m¨²sica de fondo, el ambiente es de excursi¨®n, pero dentro de la discoteca. Erika concluye: 'En los ochenta todo el mundo se puso de hero¨ªna, y nuestra generaci¨®n ha visto los efectos, hemos visto c¨®mo deja a las personas. Por eso nos da asco, nadie la prueba. Ahora, ¨¦sta es nuestra droga. Somos los conejillos de indias de las drogas de dise?o'.
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