Cela Conde define a su padre como una persona generosa, parad¨®jica e iconoclasta
El escritor asegura que vendi¨® el cuadro de Mir¨® por odio y que desconoce lo que cobr¨®
Cree que lleva encima 'una maldici¨®n gitana', y no se conforma con que la imagen que quede para la posteridad de Camilo Jos¨¦ Cela, su padre, no sea la de ese vagabundo, parad¨®jico, generoso e iconoclasta que le ense?¨® a manejarse por la vida. Camilo Jos¨¦ Cela Conde present¨® ayer en Madrid la reedici¨®n aumentada de Cela, mi padre (Temas de Hoy), rodeado de c¨¢maras y atosigado por preguntas personales. Respondi¨® claro, sincero y elegante acerca de Marina Casta?o y el cuadro que le ha tocado como herencia: 'Lo vend¨ª porque se convirti¨® en algo que llegu¨¦ a a odiar'.
Camin¨® con su traje gris y su corbata azul lleno de tino por todos y cada uno de los temas escabrosos que han saltado a la luz desde el entierro de su padre. Camilo Jos¨¦ Cela Conde (Madrid, 1946) y su mujer, Gis¨¨le, se rodearon ayer de t¨ªos carnales -todos los hermanos del Nobel-, amigos y expertos en tormentas familiares paterno-filiales, como Gabriel Gonz¨¢lez de Gregorio, hijo de Luisa Isabel ?lvarez de Toledo, duquesa de Medina Sidonia, y sus abogados, a quienes une m¨¢s de una d¨¦cada de pleitos hereditarios, para responder alto y claro ante los periodistas sobre lo que se terciara.
Ayer s¨ª pronunci¨® el nombre de Marina Casta?o, viuda de su padre, aunque para justificar por qu¨¦ no aparece en el ¨ªndice onom¨¢stico de su libro, en el que la denomina 'otra persona'. 'Es, sencillamente, porque no nos hemos tratado', dijo Cela Conde.
Esta edici¨®n de Cela, mi padre incluye tres cap¨ªtulos nuevos. Uno sobre el episodio del Nobel, otro que titula Los a?os oscuros, los que pas¨® ¨¦l sin su padre, entre 1989 y 2002, y un ep¨ªlogo duro. 'No deber¨ªa haber sido as¨ª, pero el Nobel, en vez de darle a mi padre una proyecci¨®n m¨¢s internacional, fue la puntilla de su carrera como escritor', asegur¨®.
?l reivindica al Cela arriesgado, al Cela ¨²nico, inclasificable, que escrib¨ªa y experimentaba en su etapa gloriosa de Palma de Mallorca. No quiere que pase al olvido tampoco lo que se ha denominado Cela menor, 'el de los libros de viajes, el de los Apuntes carpetovet¨®nicos, que describe una Espa?a que ya no existe'. Y asegura no reconocer al de la ¨²ltima ¨¦poca, el que se present¨® al Premio Planeta tras haber ganado el Nobel: 'La obra de mi padre que no he le¨ªdo se puede contar con un dedo de una mano. Es La cruz de San Andr¨¦s. No puedo juzgarla, aunque tampoco creo que hubiera plagio, ¨¦l s¨®lo le¨ªa a los cl¨¢sicos'.
Cela Conde comparti¨® esa ensalada de sentimientos que fue su relaci¨®n con C JC entre socarr¨®n y emocionado, con an¨¦cdotas cl¨¢sicas, escatol¨®gicas, brillantes, '¨¦sas que le hac¨ªan un maestro del regate en corto', dijo. No rehuy¨® hablar del cuadro de Mir¨®, el que le dej¨® como pago a su herencia. 'Dentro de la maldici¨®n gitana que ha ca¨ªdo sobre m¨ª, ¨¦sa que dice 'pleitos tengas y los ganes', est¨¢ el cuadro. Para m¨ª fue el mejor cuadro del mundo, pero despu¨¦s lo vend¨ª porque se convirti¨® en algo que llegu¨¦ a odiar. Lo ten¨ªa guardado en un armario cubierto por una s¨¢bana, era un estigma'. ?Cu¨¢nto sac¨® por ¨¦l? 'No me acuerdo, de verdad', fue la respuesta.
En otras cuestiones, como la del marquesado de Iria Flavia, coloc¨® la pelota nada m¨¢s y nada menos que en el Palacio de la Zarzuela: 'Ideol¨®gicamente, los que me conocen saben que no tengo nada que ver con la aristocracia. Esos t¨ªtulos los da el Rey como condecoraci¨®n. Si vivi¨¦ramos en una rep¨²blica le habr¨ªan dado otra cosa. En principio, prefiero mi apellido al t¨ªtulo, pero luego he reflexionado y he pensado que al haberlo dado el Rey, que sea ¨¦l quien decida qui¨¦n debe heredar el marquesado', afirm¨®.
Y tampoco quiso dejar de comentar cosas sobre la Fundaci¨®n Camilo Jos¨¦ Cela de Iria Flavia, pueblo natal de su padre en A Coru?a: 'Me preocupa lo que haga la fundaci¨®n, claro, aunque yo renunci¨¦ a formar parte de su patronato porque mi padre me pidi¨® que lo hiciera por escrito, y al tiempo siento que me libr¨¦ de una carga'.
Sin rencor
Pese a todo, Cela Conde asegura no haber escrito desde el rencor: 'Quien vaya buscando eso, que no lo lea', dice, y si tiene que elegir una palabra para definir a su padre le es dif¨ªcil -'por eso he escrito un libro'-, pero la ha encontrado: 'Era, ante todo, generoso'. Tampoco ve su apellido como una carga pesada: 'Cr¨¦anme, es el patrimonio m¨¢s hermoso que pueda haber recibido', confes¨®. Algo que no incluye la vocaci¨®n y las aptitudes como escritor de este ingeniero y catedr¨¢tico de Antropolog¨ªa de la Universidad de Baleares: 'Eso est¨¢ claro, y a la vista es como si se enfrentaran en un partido el Real Madrid y el Legan¨¦s. Mi padre fue el hombre con m¨¢s capacidad de desarrollo de la lengua que ha existido en el siglo XX', agreg¨® en su faceta de cr¨ªtico literario.
Camilo Jos¨¦ Cela Conde da la cara, pero afirma que esto de los pleitos lo lleva 'muy mal'. 'Est¨¢ todo en manos de mi abogado, Miguel Capell¨¤, que tiene un poder de sustituci¨®n de mi persona y en el que he depositado la m¨¢xima confianza; era compa?ero m¨ªo de pupitre en el colegio', asegur¨®. De todas formas, las herencias legales es algo que no le preocupa. 'Tal y como funciona la justicia en Espa?a, para cuando algo empiece a aclararse yo ya estar¨¦ enterrado'.
T¨ªmido y con absoluta falta de confianza
?Se acuerdan del Cela vital, el del exabrupto, el arrebato, la fiera enjaulada que se defend¨ªa atacando primero? Pues exist¨ªa, s¨ª. Pero Camilo Jos¨¦ Cela Conde conoci¨® tambi¨¦n una faceta de su padre que s¨®lo se manifestaba de puertas adentro. A ese Cela le pon¨ªa firme otro personaje clave en su vida: Rosario Conde, su primera mujer. 'A m¨ª madre no le gustar¨¢ que hable de ella, pero voy a hacerlo. Fue la que siempre estuvo all¨ª, la que le daba fuerzas y moral al ser t¨ªmido y con absoluta falta de confianza que se manifestaba en la intimidad', asegura. Fue ella no s¨®lo la que le mecanografiaba las p¨¢ginas de sus manuscritos ca¨®ticos, 'fue quien rescat¨® de la quema la versi¨®n de La colmena que crey¨® que era la que se deb¨ªa publicar, fue la persona a la que el joven escritor le¨ªa todos los d¨ªas los fragmentos de La familia de Pascual Duarte que iba creando'. Fue, en definitiva, un ser fundamental en la vida del escritor, con el que comparti¨® m¨¢s de 40 a?os.
Cela Conde tampoco eludi¨® ayer los aspectos m¨¢s negros de la biograf¨ªa de su padre. Si bien afirm¨® que todos en la familia estaban seguros de que ganar¨ªa el Nobel, 'aunque se lo dieron tarde', dijo, habl¨® tambi¨¦n del Cela censor y, seg¨²n algunos, delator. 'Si no hubiese surgido no me lo habr¨ªa contado nunca, pero cuando sali¨® a la luz, le pregunt¨¦. Fueron a?os dif¨ªciles y yo no soy qui¨¦n para juzgarle', afirm¨®, 'pero quiero recordar que Cela fue tambi¨¦n esa figura que en su revista Papeles de Son Armadans publicaba a escritores en el exilio y reivindicaba a Max Aub'. Era otra de las facetas cruciales para entender a su padre: 'Fue un hombre parad¨®jico, contradictorio'. Y record¨® una an¨¦cdota: 'Una vez, un periodista le ech¨® en cara que le estaba contando lo contrario de lo que le hab¨ªa asegurado un a?o antes. Mi padre le respondi¨®: 'No querr¨¢ usted que sea consecuente con mis propias opiniones'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.