La Copa es as¨ª
Al fin lleg¨® un encuentro que hace honor a una competici¨®n que ha basado su reputaci¨®n precisamente en ejercicios como el que brindaron el Tau y el Joventut. Adormecidos por los 80 minutos anteriores (bueno, salvemos diez), que no sirvieron para mucho m¨¢s que decidir dos semifinalistas, vitorianos y badaloneses despertaron al respetable con un partido tenso de principio a fin entre dos equipos sumamente concentrados en lo que hac¨ªan y que generalmente obedec¨ªan a inteligentes pautas marcadas desde el banquillo.
En su camino para desdecir la historia y ser el primer equipo en 18 a?os que es capaz de ganar siendo el anfitri¨®n, el Tau tuvo que sufrir todo y m¨¢s, lo que sin duda le vendr¨¢ muy bien como preparaci¨®n a los dos asaltos que le restan. Lo mejor que se puede decir de ¨¦l es que fue un Tau reconocible, condici¨®n que se tiende a perder cuando el agobio puede con uno. Sin dejarse manejar por lo que estaba en juego, se pudieron apreciar muchas de las virtudes del equipo que, diga lo que diga la clasificaci¨®n, es el mejor de la Liga ACB.
Si miramos apartado por apartado, los de Ivanovic tienen de todo y en cantidades suficientes. Y, a pesar de lo tremendo de su fortaleza f¨ªsica, hacen el hueco necesario para leer las circunstancias que acontecen en un partido. Ayer, en cuanto Beard y Baston empezaron a tener problemas con las faltas, se tiraron a por ellos de forma indisimula, buscando el contacto, luchando fieramente en el rebote. Hasta el punto de desechar en ocasiones un tiro claro para irse hacia el aro en busca de sus objetivos. Al final, Baston cay¨® y vio las jugadas decisivas desde el banquillo. Un t¨¦cnico norteamericano resum¨ªa el baloncesto como un juego que trata b¨¢sicamente de buscar las debilidades del rival y explotarlas. El Tau lo hizo, y as¨ª pudo mantenerse a flote.
En cuanto al Joventut, nada que objetar. Demostr¨® que tiene un equipo base muy apa?ado al que en futuras temporadas deber¨¢ mejorar con alguna adquisici¨®n importante si quiere dar el salto definitivo. Hasta el final cont¨® con las referencias necesarias para convertirse en una amenaza seria. Jofresa dirigiendo, Espil tirando y Beard faj¨¢ndose con la muralla que forman los hombres altos del Tau. Se marcha a Badalona porque no tiene la pujanza f¨ªsica y los recursos de banquillo de sus adversarios. Pero demostr¨® que se puede contar en el futuro con ¨¦l.
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